Despidos, secuestros e intimidaciones para lograr un gremio favorable, señalan abogados
Sindicato minero denuncia maniobras de Grupo México para influir en votaciones
Despidos, secuestros, amenazas, intimidación policiaca y persecución penal contra trabajadores, fueron las tácticas que utilizó Industrial Minera México en los recuentos que se llevaron a cabo ayer en 10 secciones del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSRM) con el propósito de imponer a toda costa un “sindicato blanco”, todo esto con el respaldo a la empresa por parte de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA).
Abogados del sindicato señalaron que se diseñó una amplia estrategia entre la empresa y las autoridades laborales para entregarle los contratos colectivos al nuevo Sindicato Nacional de Trabajadores para la Exploración, Explotación y Beneficio de Minas de la República Mexicana y quitárselos a la organización que encabeza Napoleón Gómez Urrutia.
La junta permitió esta situación anómala e incluso se pidió la intervención de miembros del Ejército Mexicano, así como de las policías federal, estatal y municipal para evitar las acciones de protesta de los trabajadores en este recuento.
Al respecto, trabajadores de la sección 28 de San Luis Potosí enviaron una carta a la redacción de este medio en la que señalan que para preparar los referidos recuentos la empresa despidió trabajadores leales a Napoleón Gómez Urrutia para impedir que votaran; además, amedrentó e intimidó a mineros para que aceptaran afiliarse a un nuevo sindicato.
Incluso, señalan los trabajadores, en la sección 14 de Nueva Rosita, Coahuila, el personal del primer y segundo turnos “fueron encerrados desde la mañana del 4 de septiembre hasta la tarde del 5 en las instalaciones de la empresa para que participaran en el recuento en favor de la firma”.
En tanto en las secciones 298 y 207 de Nacozari, Sonora, el recuento se realizó de forma totalmente anómala, ya que hay órdenes de presentación del Ministerio Público local contra trabajadores, a quienes se les acusa de haber participado en el enfrentamiento en el que murió Reynaldo Hernández el pasado 12 de agosto, lo que ocasionó que “no pudieron salir de sus casas por miedo a ser aprehendidos”. Antes, se había despedido a 900 trabajadores y se recontrató solamente a quienes aceptaron firmar con el nuevo sindicato.
Registran otro sindicato
A toda esta situación se sumó el hecho de que ayer mismo se registró otra organización del gremio, denominado Sindicato Único de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares Independiente. El dirigente minero en Cananea, Francisco Hernández Gámez solicitó ante las autoridades laborales el registro formal de esta organización y acudió a la Dirección General del Registro de Asociaciones de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) a entregar un padrón con el número de trabajadores que respaldan la solicitud, un ejemplar de los estatutos y declaración de principios, así como la copia de la asamblea que eligió a la directiva.
En Nueva Rosita, Coahuila, el recuento para determinar la titularidad del contrato colectivo se realizó a puerta de factoría, y se enmarcó en un despliegue de al menos 300 elementos de las policías Ministerial del Estado, Municipal, Agencia Federal de Investigación y del Ejército Mexicano que sitiaron las instalaciones de la planta de lavado y coquizado de carbón que Minera México tiene en este municipio.
El delegado especial de la dirigencia nacional del gremio, José Ángel Hernández Puente, denunció que “los compañeros votaron intimidados por el Ejército y las corporaciones policiacas que dentro de la planta (carbonera) desplegó la misma empresa”
Sin embargo, la STPS no vio ninguna anomalía y en un comunicado aseguró: “de acuerdo con los reportes de los representantes de la Dirección General de Inspección Federal del Trabajo, quienes participaron para atestiguar la legalidad de las referidas diligencias, se informa que los citados recuentos se llevaron a cabo en orden y con respeto a las disposiciones de ley, lo cual permitió que los trabajadores mineros expresaran su voluntad libremente”.