Usted está aquí: jueves 6 de septiembre de 2007 Mundo Aumenta a 21 el número de muertos en Nicaragua por el huracán Félix

Honduras, Guatemala y El Salvador bajan su alerta al mejorar las condiciones climáticas

Aumenta a 21 el número de muertos en Nicaragua por el huracán Félix

Hay al menos 200 desaparecidos y unos 50 mil damnificados, dice el presidente Daniel Ortega

Se ignora la suerte de miles de personas en zonas remotas; decenas habrían fallecido en el noreste

Dpa, Reuters y Afp

Ampliar la imagen Un familiar de las decenas de pescadores desaparecidos en Puerto Cabezas es asistido por parientes cerca de esa población nicaragüense Un familiar de las decenas de pescadores desaparecidos en Puerto Cabezas es asistido por parientes cerca de esa población nicaragüense Foto: Reuters

Managua, 5 de septiembre. El número de víctimas por el huracán Félix, que el martes pasado arrasó con toda su fuerza la costa noreste de Nicaragua, se elevó a 21 muertos, 200 desaparecidos, 14 heridos y 50 mil damnificados, afirmó este miércoles el presidente Daniel Ortega, tras recorrer la ciudad de Puerto Cabezas y otras de las comunidades más afectadas, mientras Honduras, Guatemala y El Salvador bajaron su alerta ante la mejoría de las condiciones climáticas luego de que el meteoro se degradó a tormenta tropical.

Ortega, que inspeccionó la zona de desastre junto con algunos de sus ministros, recibió un reporte de la Defensa Civil sobre la existencia de por lo menos 50 mil damnificados en 32 comunidades pobres de la región, donde Félix dejó más de 8 mil 411 viviendas destruidas, de éstas 7 mil 895 de forma total.

El huracán también destruyó ocho edificios públicos y siete privados, el muelle de Puerto Cabezas y 35 letrinas, así como un número no precisado de iglesias en las diversas localidades afectadas por los vientos y la lluvia que trajo Félix.

El gobernador de la Región Autónoma del Atlántico Norte, Reynaldo Francis, elevó el número de los damnificados a 50 mil y afirmó que es posible que la cifra aumente porque todavía se ignora la suerte de miles de personas en zonas remotas a las cuales no se ha podido llegar.

Una de esas zonas son los Cayos Misquitos, islas situadas frente al litoral noreste del país, donde se teme que otras 30 personas hayan fallecido, dijo Francis, tras señalar que muchos pobladores del lugar se negaron a abandonar sus casas en vísperas de que el huracán tocara tierra la madrugada del pasado martes.

Añadió que recibió información de los residentes sobre personas que flotan en las aguas asidas a ramas, al reclamar ayuda urgente a las autoridades con medios aéreos y navales para socorrer a las poblaciones costeras que están incomunicadas.

Enormes daños materiales

Con una poderosa categoría 5, la más alta y destructiva en la escala Saffir Simpson, Félix pasó cerca de Puerto Cabezas, una empobrecida región de casas de madera y lámina, habitada en su mayor parte por indígenas miskitos y la etnia garífuna.

Además de Puerto Cabezas, cuya infraestructura, de acuerdo con la Defensa Civil, quedó 90 por ciento destruida, se reportaron enormes daños materiales en las comunidades costeras de Sandy Bay y Bismona.

El director de la empresa estatal de Energía, Ernesto Martínez-Tiffer, dijo por su parte que 80 por ciento del tendido eléctrico y telefónico de Puerto Cabezas fue arrasado y tardará por lo menos cinco días en ser restablecido.

La víspera, el presidente Ortega decretó el estado de desastre en toda la región norcaribeña a fin de poder recibir ayuda humanitaria internacional, la que comenzó a llegar ya al país.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) donó 4.5 toneladas de alimentos a Puerto Cabezas, y el martes anterior hizo llegar la primera entrega de 70 toneladas valorados en 56 mil dólares, para la atención inmediata de 14 mil damnificados de esa región.

La embajada de Estados Unidos anunció que la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID) desembolsó 25 mil dólares con carácter de urgencia, mientras gestiona un donativo adicional de 150 mil dólares para atender a los miles de afectados.

De la misma manera, el gobierno de España anunció que enviará de urgencia unos 204 mil dólares para la adquisición de material para atender a los damnificados por el meteoro.

A ese apoyo se sumaron también Venezuela y la organización evangélica Diakonie Katastrophenhilfe, de Alemania.

Vuelve la tranquilidad

Con el huracán ya convertido en depresión tropical, se alejó la amenaza que pendía sobre Honduras, Guatemala y El Salvador, aunque durante la mayor parte del día esos países centroamericanos mantuvieron la alerta por la posibilidad de lluvias torrenciales y eventuales desastres.

Por la tarde, las autoridades hondureñas suspendieron la alerta roja, la máxima, en Tegucigalpa y varios departamentos, después de que el fenómeno se degradó a sistema de baja presión.

La población intentaba recobrar la normalidad pese a que todavía continúan sus habitantes sin energía eléctrica tras el paso del viento y la lluvia que trajo a la región el fenómeno climático.

En el norte y noreste de Guatemala llovía intensamente, lo que originó la crecida de los ríos y algunas inundaciones, según los primeros informes de voluntarios recibidos por la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).

En El Salvador, el presidente Elías Antonio Saca bajó la alerta de naranja a amarilla (preventiva) ante la tendencia a una mejoría de las condiciones climáticas, aunque se mantendrá la vigilancia debido a eventuales emergencias que generen las lluvias.

Mientras, en Belice la población respiraba aliviaba ante la degradación de Félix.

En tanto, un potente tifón acompañado de vientos de 180 kilómetros por hora se dirige este miércoles hacia Japón y podría alcanzar Tokio y sus alrededores antes del viernes por la mañana, advirtió el Servicio de Meteorología Nacional del país asiático.

 
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