Atribuyen esa falla a la falta de detección oportuna y a limitadas campañas preventivas
Alarma a especialistas que no disminuya la tasa de mortalidad por causa del sida
La falta de una detección oportuna del VIH-sida, así como de un seguimiento clínico integral de los pacientes y las limitadas campañas de prevención de la epidemia explican la todavía alta tasa de mortalidad por causa de esta enfermedad. Durante los pasados 10 años, la pandemia se ha mantenido como la cuarta causa de defunción en la población de 18 a 44 años de edad, y sólo en 2006 fallecieron 4 mil 650 individuos, afirmaron médicos especialistas en el tratamiento de la enfermedad, adscritos a institutos de salud.
Gustavo Reyes, director del Centro de Investigación de Enfermedades Infecciosas (Cieni) del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), evidenció las deficiencias del programa de prevención y control del VIH-sida. En el INER, dijo, 70 por ciento de los diagnósticos de la infección se realizan cuando los pacientes ingresan a hospital por alguna insuficiencia respiratoria, en una fase avanzada de la enfermedad.
Comentó que con 700 pacientes activos, el INER registra unas 200 hospitalizaciones al año y una mortalidad de 30 por ciento, debida, además de lo ya señalado, a la carencia de una unidad de cuidados intensivos en el instituto.
Al participar en el Foro Internacional sobre VIH y sida, organizado por las Comisiones Unidas de Equidad de Género, Derechos Humanos y Atención a Grupos Vulnerables de la Cámara de Diputados y la asociación civil Redsida, el científico destacó que si existiera en el país una estrategia efectiva de detección oportuna, al INER no llegarían los enfermos en etapas tan avanzadas de la infección y tampoco morirían por esa causa.
Luego resaltó que cuando los pacientes siguen un tratamiento clínico adecuado y cuentan con la vigilancia de especialistas, la sobrevida después de la infección puede ser hasta de 20 años.
Para contrastar todavía más las deficiencias en el INER, Reyes Terán comentó la situación que prevalece en el Hospital Civil de Guadalajara, donde con mil 352 pacientes activos se reportan 420 hospitalizaciones por año, pero la mortalidad es de apenas 11 por ciento. Ello, a pesar de que 85 por ciento de las personas llegan a ese nosocomio también en una fase avanzada de la infección y sin haber tomado tratamiento antirretroviral (85 por ciento). Allá el problema es la falta de infraestructura de laboratorio para asegurar el seguimiento clínico en cuanto a carga viral y niveles del sistema de defensas del organismo.
A su vez, Patricia Volkow, del Instituto Nacional de Cancerología, puso énfasis en la todavía elevada frecuencia de la transmisión perinatal del VIH-sida, la cual se refleja en los mil 500 casos que se han reportado desde el inicio de la epidemia de niños contagiados por sus madres al momento del nacimiento.
La especialista comentó que 35 por ciento de las mujeres infectadas transmiten el virus a su hijo durante el embarazo, nacimiento o lactancia, y que en 80 por ciento de los casos el diagnóstico en la mujer se hace al investigar el caso de sida en el hijo.