Ser adolescente es tener las hormonas a tope, excitarse con
cualquier roce y sentir que cada enamoramiento es el definitivo.
Es muy fácil dejarse llevar y hacer cosas para las que no se está
preparado si no se cuenta con la información adecuada. Como tener
sexo. Pero aguantarse tampoco es fácil. Por qué no jugar
un poco para
darle la vuelta a los riesgos.
Por Redacción
Cuando dos adolescentes se enamoran
el mundo tiembla. Todo es bello,
romántico, cachondo y apasionado.
Cualquier rincón es bueno para estar juntos.
Solos con sus deseos, pero también con los
riesgos agazapados tras sus hormonas. Un
embarazo no deseado o una infección de
transmisión sexual pueden ser las indeseables
consecuencias, si no se toman las debidas
precauciones.
Por supuesto, la mejor opción y la recomendación
básica es “no lo hagan” (es lo que
recomendarían tus padres si les preguntaras).
Como dirían algunos vigilantes de la moral,
“la abstención es el único método 100 por
ciento seguro para prevenir las infecciones de
transmisión sexual y los embarazos”. Es verdad,
pero qué lejano suena el sermón después de
sentir cómo todo el cuerpo se alborota al mirar
al elegido o a la elegida. Y cuando las ganas
son correspondidas, más vale empezar a pensar
cómo le van a hacer.
Y no sólo es esquivar a los padres para quedarse
solos. Eso es muy sencillo frente a lo que
sigue. Ya están los dos frente a frente sin obstáculos
de por medio, en medio de la penumbra
de una habitación. Tras el primer beso viene
la angustia: ¿Te avientas o no te avientas? Te
“abstienes” o tienes relaciones sexuales. Eliges la
protección total o el riesgo. Qué difícil. ¿No hay
algo así como un sustituto, como un orgasmo
sin riesgos? A decir verdad, sí.
Los “juegos sexuales” pueden ser una excelente
opción. Nada del otro mundo. Se trata
del clásico faje o cachondeo. Una práctica que
permite desfogar las ganas que se acumulan
en tu cuerpo, sin el riesgo de intercambiar
fluidos. ¿Pero es sexo? Por supuesto que lo es,
cuando los cuerpos se involucran para sentir
placer, el sexo está presente. Hay quienes
afirman que la piel es el “órgano” sexual más
importante. Lo único que no hay es un coito,
por eso le llaman sexo sin penetración.
El sexo sin penetración es 100 por ciento
libre de riesgos y es apropiado tanto para
los adolescentes como para las personas
mayores, sean personas solteras o en pareja,
heterosexuales, gays, lesbianas, bisexuales o
cualquier otra preferencia. Por eso se le llama
sexo seguro.
Para abrir boca, el beso
Besarse intensamente y durante largo rato es
una forma magnífica de sentirse involucrado
y sumido en el placer sin llegar más allá de lo que uno quiere. Se puede besar con los labios
cerrados y también “a la francesa”, con la boca
abierta y usando la lengua. Y no sólo se usan
los labios. Piensa en la cercanía, el aroma, la
textura del cabello y de la piel. La sensación
toda de abrazar al “amor de tu vida” (o del día,
según sea el caso). Una buena sesión de besos
enciende, pero también libera los deseos en
forma segura. No por nada todo el mundo lo
hace, sin que (casi) nadie se dé por ofendido.
Besar a alguien por primera vez puede
resultar atemorizante y muchas personas se
ponen nerviosas en esa situación. La verdad es
que la primera vez puede sentirse raro —casi
todos se sienten así en algún momento. Por
eso, en el momento de besarse o de participar
en algún otro juego
sexual, es importante estar
lo más relajados posible.
Tocarse no hace daño
El autoerotismo es otra gran opción para
darse placer sin riesgos. Tu cuerpo es la carrocería
que te acompañará toda la vida, qué
mejor manera de sacarle el mejor provecho
que conocerlo. Cada persona tiene puntos
de placer distintos —y no sólo en los genitales—
que están listos para ser descubiertos por
una mano cuidadosa.
La masturbación (la estimulación de los
genitales) tiene —para muchos— mala fama,
aunque buenos, y plancenteros, resultados.
En el pasado, algunas personas pensaban que
“hacerse el amor a uno mismo” provocaba
ceguera, esterilidad, pelos en las manos y
varias patrañas más. En realidad, la masturbación
es la forma más segura y común de vivir la
sexualidad y de disfrutar de un orgasmo.
Y no siempre tiene que practicarse en soledad:
observarse mutuamente durante la masturbación
puede ser muy excitante y es una
forma de conocer las preferencias de nuestra
pareja. Una buena idea para pasar el tiempo a
solas, una vez que han logrado esquivar la vigilancia.
Sexo, orgasmos incluidos, sin riesgos.
Sexo sin penetración
Por lo general, “sexo sin penetración” significa
juegos sexuales sin penetración vaginal o
anal. Según las preferencias personales puede
incluir besos, masajes, masturbación, fricción
de cuerpos (frotarse juntos), compartir fantasías
—que incluyen sexo cibernético y sexo
telefónico—, etcétera. Las ventajas del sexo sin
penetración incluyen:
■ Sexo seguro. La penetración vaginal y anal
sin la protección de un condón son actividades
que conllevan el riesgo de transmisión
de infecciones por vía sexual, como
por ejemplo el VIH/sida y el virus del papiloma
humano. Evitarlas elimina el riesgo
de infección. El sexo oral (la estimulación
de los genitales con la boca) tiene cierto
riesgo, aunque bastante menor.
■ Anticoncepción. En tanto el semen o los
fluidos liberados en la preeyaculación no
ingresen en la vagina, el sexo sin penetración
no implica riesgo de embarazo.
■ Alivio psicológico. A muchas y muchos
jóvenes el inicio de su vida sexual les provoca
angustia o culpa. Estar preparado es
cuestión de tiempo. El sexo sin penetración
puede aliviar la presión de sentir que tienes
que mantener relaciones sexuales.
■ Satisfacción sexual. El sexo sin penetración
puede aumentar la intimidad y ayudar a la
mujer a alcanzar el orgasmo. (En general, los
hombres no tienen que preocuparse por
alcanzar el orgasmo, pero el sexo sin penetra
ción puede ayudarlos a tomarse las cosas con
más calma y a disfrutar más de la relación y
del contacto: en el sexo no todo es el pene.)
Piensa qué tipo de juegos sexuales te
parecen bien (o no) y conversa con tu pareja
acerca de tus preferencias. Decir lo que queremos
y lo que nos gusta (o nos disgusta) es
parte del aprendizaje. Hablarlo puede ser un
poco difícil, pero vale la pena y a la larga te
enseñará a tener una vida sexual más placentera
y responsable. Trata de hablarlo antes de
empezar el faje. Recuerda que es más difícil
poner límites cuando se está en medio de una
situación intensa y apasionada.
¿Y si ya no me aguanto?
Pensándolo bien, sí hay un riesgo importante
al practicar sexo seguro: dejarse llevar. Todavía
muchos piensan que estos juegos no son
más que preámbulos para lo que realmente
importa, el coito. No es así, disfrutar nuestro
cuerpo y el de nuestra pareja es parte de la
comunicación y crecimiento mutuos.
Pero cuando la pasión crece, es fácil ceder
y uno puede terminar teniendo relaciones sin
protección. Más vale tener condones a mano.
Algunas personas disfrutan del sexo sin penetración
con condones. Y si llega el caso de
tener relaciones sexuales vaginales o anales,
estarán preparados. Lo primordial es estar
seguros de que el semen y los fluidos preeyaculatorios
no ingresen en la vagina o el ano.
Todo tipo de contacto genital, ano-genital,
oral-genital u oral-anal puede transmitir infecciones.
Chupar el pene es una práctica segura si no
hay eyaculación, pero si se desea eliminar todo
riesgo se recomienda usar condón. La chava
puede pedirle a su pareja que coloque contra su vulva un condón abierto, un plástico delgado
(del que suele usarse en la cocina) antes de
demostrar sus habilidades con la lengua. Colocar
el látex sobre el ano también puede ayudar a
reducir los riesgos durante el sexo oral anal.
Si ya decidiste que el coito es lo tuyo
La estimulación sexual es como el sexo sin
penetración pero con expectativas de llegar a
relaciones sexuales con penetración. En otras
palabras, por lo general, la estimulación sexual
es el juego sexual que lleva a las relaciones
sexuales o a la penetración.
La estimulación sexual puede aumentar la
excitación de la mujer y provocar la producción
de fluidos vaginales conocidos como
lubricación. Esta lubricación natural es fundamental
para que la mujer sienta placer. Sin
lubricación, las relaciones sexuales pueden
ser dolorosas. Aun con estimulación sexual, a
veces la vagina no puede producir suficiente
humedad. En ese caso, los lubricantes artificiales
pueden ayudar. El aceite perjudica el látex
del condón por lo que se recomienda el uso
de lubricantes a base de agua cuando se usen
condones de látex.
Ante la ausencia de condones, más vale
optar por algunas de las opciones de sexo
seguro y mantener los fluidos (semen, líquido
preeyaculatorio, flujo vaginal) alejados de los
genitales o el ano.
Recuerda que el coito interrumpido
(penetración vaginal
o anal sin condón
en la que el pene se retira instantes antes
de la eyaculación) no es una forma segura de
prevención de infecciones, ni mucho menos
de embarazos.
Los condones pueden usarse en el sexo sin
penetración, la estimulación sexual o las relaciones
sexuales con penetración. Los chavos
a los que no les entusiasma demasiado usar
condones, pueden pedirle a su pareja que les
ayude a colocarlo como parte del juego sexual.
Eso puede ayudarlos a mantener la excitación y
la erección.
Recuerda que también están disponibles
los condones femeninos, tanto para sexo vaginal
—colocado dentro
del vagina— como
para sexo anal, introducido en el recto. Pueden
dejarse colocados aun cuando el chavo pierda
la erección por un rato.
Lo más importante que tengas en mente
es que puedes vivir tu sexualidad a tope sin
los riesgos relacionados con las relaciones
sexuales penetrativas. Pero cualquiera que sea
la forma que elijas para hacerlo, que sea una
forma segura.
Versión libre del texto de Juliet Eastland “Todo lo que siempre quisiste
saber sobre el no hacerlo”, publicado por la página electrónica www.teenwire.com/espanol de la Planned Parenthood Federation of America.
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