Otra vez Chihuahua intenta legislar
No es que con ellos se haya elaborado, ni siquiera se les ha consultado. Los pueblos indios quedan de nuevo al margen en otro conato de ley al vapor. Se repite el mismo esquema. En las vísperas del fin de cada legislatura se simula una consulta para aprobar una ley de indígenas. En ocasiones anteriores se ha llegado a decir que más vale una mala ley que ninguna. Ahora es urgente porque es una vergüenza que Chihuahua no la tenga.
La nota aparecida en este mismo medio el día 29 de agosto recoge palabras que reflejan lo que por acá se comenta. No son citas textuales pero se atribuyen, al parecer, a Humberto Pérez Rodríguez, presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas de la legislatura. Dice la nota:
“A unos días de que la actual legislatura concluya funciones agregó (el diputado), se ha lanzado una convocatoria para realizar una consulta pública a fin de crear la ley indígena y se está buscando que participen las autoridades tradicionales de los cuatro grupos étnicos que habitan en la entidad.
“Explicó que ya se ha avanzado en el trabajo de gabinete y en un estudio comparativo con las leyes indígenas de otras entidades, y descubrieron que Chihuahua es el único estado que carece de una ley reglamentaria de los derechos que reconoce la Constitución a los pueblos indios.”
O sea que a unos días de que termine la legislatura se está buscando que participen las autoridades indígenas. ¿Cuántas, cuáles, todas? ¿Y la consulta a los pueblos que debe seguir sus pautas culturales? Estas palabras, al menos, son una falta de respeto y son discriminatorias. ¿Cuánto tiempo les toman otros procesos legislativos? ¿Serán todos así de ligeros, o se aplica el trato peculiar que según la legislatura merecen los indios?
El descubrimiento de que Chihuahua es el único estado sin tal ley parece ser el motivo de tal precipitación, ¿Tiene esto lógica? ¿Importan los pueblos, las personas, los diferentes, o importa lavar una omisión jurídica tan sólo por decoro? Podrían considerar que en todo caso es un elogio a Chihuahua, ya que cualquier reglamentación será nociva mientras no se reforme la ofensiva ley federal al respecto.
Circula ahora una carta de protesta para recabar firmas. Es reveladora también. Entresaco algunas líneas para deplorar, con los autores, la superficialidad de la legislatura y el temor de ser confrontada al respecto.
“A últimas fechas nos enteramos de que se realizarán ‘foros de consulta’ sobre esta iniciativa, y nos llama la atención el que con tan poco tiempo para que termine la 61 Legislatura se quiera impulsar una iniciativa de tal importancia. Este nuevo intento se suma a otros que se han quedado en el camino por la forma tan apresurada y unilateral con que se han realizado, dejando de lado a los actores principales de esta ley.
“Aunque se ha solicitado que se haga público el documento inicial a partir del cual partirían estos foros, el Congreso ha informado que no hay tal y que se consultará por temas a pesar de que por procedimiento se debe partir de un documento base. De no existir, no es de explicarse cómo pretenden elaborar una iniciativa de ley y votarla en unas cuantas semanas. De existir una iniciativa y no darse a conocer, estaremos de nueva cuenta ante una imposición y un agravio del Congreso para con los pueblos indígenas de Chihuahua.”
Exigen luego que se dé a conocer íntegramente el documento del cual partirá la consulta a los pueblos indios y se le dé amplia y previa difusión, para que sea acorde con el derecho internacional y con nuestra propia Constitución. Exigen también que se pospongan la consulta y la eventual aprobación, para que la próxima legislatura trate con seriedad el asunto.
La 57 Legislatura formuló en 1995 una iniciativa de ley reglamentaria largamente consultada en las comunidades y en sus asambleas. No fue aprobada. La 58 Legislatura formuló su propuesta sin consulta alguna a los indígenas. No valía la pena. Cada legislatura, desde entonces, ha hecho su intento. Todos se han frustrado por desconocimiento de los pueblos y sus culturas, porque han desdeñado las aportaciones indígenas para abordar teóricamente el tema, etcétera.
La actual 61 Legislatura, hace meses ya, también hizo su proyecto. Las reacciones le hicieron reconocer su incapacidad ante el caso. Según fuentes confiables, consultó a Francisco López Bárcenas, a quien consideró brillante al principio e intolerable al final. Por lo que se sabe, su trabajo fue desechado.