Avances médicos
Células madres sanan el corazón
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Según una investigación reciente, las células madres embrionarias humanas podrían reparar corazones dañados. Si los resultados se confirman en pruebas clínicas, las enfermedades cardiacas podrían ser un mercado de miles de millones de dólares para las terapias de células madres.
Científicos de la Universidad de Washington y de Geron, empresa californiana de biotecnología, implantaron células cardiacas derivadas de células madres embrionarias humanas en ratas, cuatro días después de un infarto. Las células favorecieron la reconstrucción de los músculos cardiacos de los animales y mejoraron el funcionamiento general del corazón.
Tom Okarma, ejecutivo en jefe de Geron, informó que el “histórico estudio”, publicado en la revista Nature Biotechnology, era el primero en demostrar de manera convincente que las células madres embrionales podrían ser una opción en el tratamiento de corazones debilitados por un infarto. Cinco millones de personas en Estados Unidos con problemas cardiacos podrían beneficiarse.
El estudio superó dos problemas que han malogrado los esfuerzos en la creación de terapias de células madres para enfermedades cardíacas: crear células de músculos cardiacos a partir de células madres embrionarias, y que las nuevas células vivan y se desarrollen después de ser implantadas en el corazón dañado.
En principio, las células madres embrionarias pueden derivar en cualquier tipo de célula en el cuerpo. Pero los científicos han encontrado difícil en particular que se conviertan en cardiomiocitos: células del músculo cardiaco. Usando una nueva técnica de cultivo, los investigadores convirtieron 90 por ciento de sus células madres en cardiomiocitos. Para que éstos se desarrollaran, los sometieron a un coctel bioquímico de “factores de supervivencia”. En todos los corazones de rata tratados se cultivó un injerto de tejido humano.
“Descubrimos que los injertos no solamente sobrevivieron en los corazones de las ratas, sino también mejoraron el funcionamiento del corazón dañado”, declaró Michael Laflamme de la UW. “Esto es muy importante, porque uno de los principales problemas de las personas que sufren infarto al miocardio es que el corazón dañado ya no bombea bien la sangre. Este tratamiento podría ayudar a que el corazón se recupere de un infarto y conserve su función.”
El siguiente paso es realizar experimentos similares en grandes animales, como cerdos u ovejas, mientras se perfecciona el tratamiento en ratas. Los ensayos clínicos en humanos podrían comenzar en aproximadamente dos años, afirmaron los investigadores.
El próximo año Geron comenzará el primer ensayo clínico de células madres embrionarias en pacientes con lesiones espinales. Se inyectarán a víctimas de accidentes células progenitoras de oligodentrocitos (neuronas especializadas), cultivadas a partir de células madres embrionarias humanas.
Traducción de texto: Jorge Anaya