Es triste que una barda divida a muchas familias, dijo la activista deportada de EU
Elvira Arellano ya está con su hijo; van a Michoacán para continuar sus vidas
Tijuana, BC, 13 de septiembre. Saúl Arellano se reunió hoy en esta frontera con Elvira, su madre, quien fue deportada de ese país la noche del 19 de agosto tras ser detenida en Los Angeles, California. Horas antes, el joven participó en una manifestación efectuada en Washington en favor de legalizar a millones de migrantes.
La activista mostró satisfacción de abrazar a su hijo, quien acudió a Tijuana acompañado de su tutora, la activista Emma Lozano.
“Es triste que una barda divida a muchas familias, que las separe, porque Dios no creó esos muros, no creó fronteras sino un mundo para sus hijos. Me da tristeza que en Estados Unidos haya tanto odio y racismo hacia nuestra familias”, sostuvo esta mujer originaria de la comunidad michoacana de San Miguel Curahuango.
Destacó que miles de voces se alzaran cuando estaba muerta toda esperanza de lograr una ley migratoria, lo que provocó que reviviera la exigencia de legalizar a millones de hombres mujeres separadas de sus hijos.
“Lo primero que hice cuando me deportaron fue preguntar por mi hijo y decirles a mi pastor y a Emma que me encontraba bien, pero me sorprendió que me dijeran que mi deportación provocó que se alzaran nuevas voces”, agregó.
En ese lapso Saúl permaneció bajo la égida de Ema Lozano, activista pro migrantes de Chicago, Illinois, que “para nosotros es parte de nuestra familia” comentó Elvira Arellano, considerada icono en la lucha por la legalización de trabajadores que residen en las principales ciudades de la nación vecina.
El rencuentro ocurrió en el hotel Pueblo Amigo, a unos metros de la línea internacional, donde estarían hasta la medianoche de este jueves, cuando tenían planeado trasladarse al aeropuerto de Tijuana y abordar el avión que los llevará al Distrito Federal y de ahí a Maravatío, Michoacán, donde comprarán un uniforme y útiles escolares para adaptarse a su nueva vida en territorio mexicano.
El movimiento Familia Latina Unida calcula que existen al menos 4 millones de casos similares al de Elvira y Saúl.