Necesario, aclarar el porcentaje a campañas de tipo social
Gobernación, desplazada por el IFE en manejo de tiempos oficiales
En tiempos de campañas proselitistas, la Secretaría de Gobernación quedará relegada de su función rectora frente a los mensajes políticos difundidos en radio y televisión.
En cambio, el Instituto Federal Electoral (IFE) ejercerá poderes sin precedente, no sólo por fiscalizar a los concesionarios sino al convertirse en absoluto administrador de los llamados tiempos oficiales.
Funcionarios de Gobernación y consejeros electorales advierten que, con la reforma electoral en proceso (resta su aprobación en los congresos locales y la respectiva promulgación por el Ejecutivo), el IFE superará el margen de negociación del gobierno federal.
Ante ello –señalan– es necesario detallar en el Reglamento de la Ley Federal de Radio y Televisión, derivado de la enmienda constitucional, el uso de los tiempos oficiales.
Aquellos están clasificados en fiscales (tiempos cedidos por las empresas a cambio del pago de 12.5 por ciento de impuestos) y del Estado, utilizado formalmente para la difusión de “temas de interés público”.
De acuerdo con cifras de Gobernación, la magnitud de los tiempos oficiales es significativa: casi 700 mil horas en un año.
Ante este gran pastel a repartir, el gobierno calderonista pretende, por la vía del reglamento de la citada ley, conservar el mayor número de espacios posibles para la transmisión de sus mensajes, con el argumento que hay diversos casos “extraordinarios”, aun en tiempo de campañas políticas, para los que no pueden ser suspendidos los mensajes gubernamentales
La reforma electoral, aprobada en días recientes por los legisladores, ordena la suspensión de la propaganda gubernamental (de todos los niveles), salvo la relacionada con servicios educativos, salud y protección civil; el gobierno apuesta por mayor precisión en esos detalles.
Juan María Naveja, subsecretario de Normatividad de Medios de Gobernación, dijo que en tiempo electoral el IFE se convertirá en el administrador de los tiempos oficiales, de ahí que el Ejecutivo queda relegado en ese periodo.
Sin embargo, agregó en entrevista, es necesario dejar en claro cómo quedarán los tiempos oficiales y qué porcentaje se otorgará para las campañas de tipo social que requieren permanecer al aire.
“Ahí pudiera haber una acción conjunta, donde el IFE administre un porcentaje y el resto lo siga manejando el Ejecutivo, durante el periodo de campañas”, indicó el funcionario, encargado –entre otros aspectos– de la relación con los concesionarios de radio y televisión.
El tiempo fiscal (que las empresas ceden, a cambio de salvar el pago de impuestos) se destina para la transmisión de programas y anuncios previamente establecidos.
Es decir, poco más de 300 mil horas en radio y televisión fueron utilizadas por los tres poderes de la Unión y órganos de autonomía constitucional en la siguiente proporción: 40 por ciento para el Ejecutivo federal (Presidencia y dependencias); 30 por ciento para el Legislativo; 20 por ciento para entidades autónomas (IFE, Banco de México, Comisión Nacional de Derechos Humanos, entre otras) y el resto para el Poder Judicial.
El punto anterior es de especial interés para el gobierno federal, ya que la negociación con los concesionarios pasará a manos del IFE, en lo que se refiere al momento específico en que serán difundidos los mensajes por los diversos canales de radio y televisión.
“Súper RTC”
Los consejeros electorales consultados coincidieron en que la reforma en cuestión coloca al IFE, al menos en tiempo de campañas, como un “súper RTC”, en referencia al área de Gobernación (Radio, Televisión y Cinematografía) que regula el contenido de los tiempos oficiales y, sobre todo, al caudal de nuevas atribuciones como la posibilidad de ordenar la suspensión inmediata de un mensaje y aplicar la sanción correspondiente mediante procedimientos expeditos.
“El IFE supervisará directamente todo el proceso; definitivamente será la autoridad única para el uso del tiempo oficial”, dijo uno de los consejeros.