El incremento a gasolinas, “estocada” al sector campesino, advierte la CNC
Canasta básica y energéticos, los que más han aumentado, cita estudio de la UNAM
En lo que va del gobierno de Felipe Calderón, los artículos y servicios que más se han encarecido son los que integran la canasta básica de consumo y energéticos, como el gas doméstico, la electricidad y ahora la gasolina, apunta un reporte de investigación del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El documento, titulado La calidad de vida puesta en la mesa, señala que los incrementos salariales aplicados desde el inicio de año a los mínimos, y durante todo el periodo en los salarios contractuales, ya quedaron borrados por los aumentos de precios y se verán aún más pulverizados por el ajuste permanente a las gasolinas.
Precisa que la escalada de precios es la más vertiginosa que se recuerda en muchos años y que los ajustes han impactado más a la clase trabajadora, dado que los incrementos se han registrado en la canasta básica y en los energéticos. Así, la crisis económica, social y política que enfrenta el país se ha reflejado más crudamente en las condiciones de vida de los trabajadores.
Historia repetida
Explica que la tendencia que han seguido los dos últimos gobiernos es que el incremento de precios y tarifas en los productos y servicios prioritarios es mayor que la inflación general, lo que significa que se continúa afectando en mayor medida a los sectores sociales de menores ingresos. “Es una historia que se ha repetido durante el gobierno de Vicente Fox y que se volverá a ver en el de Felipe Calderón”, pronostica el informe.
También advierte que los funcionarios del gabinete han trabajado arduamente tratando de justificar la necesidad de mantener la liberación de los precios de los productos básicos.
Para ejemplificar lo que ha sucedido con la escalada inflacionaria, y lo que se prevé para el corto y mediano plazos, señala que actualmente con un salario mínimo sólo se puede comprar entre cinco y seis kilos de tortilla; sin embargo, con esa misma remuneración, en 1994 se podían adquirir 20 kilogramos, lo que refleja la constante depauperización en las mesas de los trabajadores mexicanos, la cual continuará por la escalada inflacionaria.
Para este centro de investigación, el futuro de los trabajadores mexicanos se vislumbra poco alentador, ya que “ante el despojo y la opresión” a la que han sido sometidos, se ha generado un proceso de mayor migración, discriminación, pobreza y desintegración familiar, entre otros fenómenos de afectación social y económica.
Por otra parte, la Confederación Nacional Campesina (CNC) y el Frente Nacional de Legisladores del Sector Rural advirtieron que el incremento a la gasolina y el diesel va a tener un duro impacto en el campo, pues los costos de producción aumentarán y ello repercutirá en una escalada de precios de frutas, verduras y productos pecuarios.
Más de 5 millones de medianos y pequeños productores tendrán que pagar más por la preparación de la tierra, las semillas, los fertilizantes y la transportación de las cosechas a bodegas y ciudades, dijo el dirigente de la CNC, Cruz López Aguilar.
El impuesto a las gasolinas es “absolutamente regresivo”, pues grava con mayor peso a la gente de bajos ingresos, asentó Heladio Ramírez López, dirigente del Frente Nacional de Legisladores del Sector Rural y presidente de la Comisión de Desarrollo Rural del Senado.
“Los comerciantes ya anunciaron que elevarán los precios de los productos de consumo hasta en 6 por ciento, como sucedió con el costo de la tortilla; entonces, cuando el gobierno reaccione, el alza en estos bienes será irreversible”, dijo.
Explicó que el incremento de 5.5 por ciento en las gasolinas, a un plazo de 18 meses, como fue aprobado en el Congreso de la Unión, es subir los costos de vida y de producción a por lo menos 60 por ciento de los campesinos de México. “Es, sencillamente, empobrecerlos más que antes y reducir sus condiciones de vida”.
López Aguilar y Ramírez López asentaron que los incrementos a los combustibles, aunado a la propuesta de presupuesto menor para el campo, es “una estocada más al sector campesino, a cuyos integrantes se hará más pobres”.
(Con información de Matilde Pérez U.)