Incursión apoyada por el Ejército, denuncia JBG
Despliegue paramilitar en municipio zapatista
Los agresores son militantes del PRI y el PRD, asegura
San Cristóbal de las Casas, Chis. 21 de septiembre. Desde el caracol Que habla para todos, en Roberto Barrios, la junta de buen gobierno (JBG) Nueva semilla que va a producir reveló la presencia en el municipio autónomo Ak’abalna de un grupo paramilitar armado y uniformado –que cuenta con respaldo del Ejército y la policía–, conformado por militantes del PRI y el PRD.
El 19 de febrero de 1994 los zapatistas recuperaron la finca Morelia –compuesta por los predios El Arenal, Los Mangos, El Bosque, La Catarata, La Peña y El Vado– de manos del finquero Juan Benito Machín. “Desde entonces hemos construido nuestra comunidad Nueva Revolución. Estas tierras pertenecen al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZ-LN); son producto del levantamiento, pero con el tiempo el mal gobierno y sus partidos políticos se han encargado de sembrar la división”.
La JBG denuncia que “priístas y perredistas de la comunidad nos quieren despojar de nuestra tierra, cuando desde que la recuperamos la hemos compartido en partes iguales sin distinguir si son o no zapatistas. Nos traicionan y olvidan cómo fue que esta tierra la recuperamos, y nos amenazan con despojarnos de nuestros derechos”. La JBG responsabiliza a los representantes comunales oficiales Rafael Vázquez Gómez y Sebastián López Pérez, el agente rural Daniel Pérez Pérez y los consejeros de vigilancia Manuel Pérez Ramírez y Domingo Pérez Pérez.
El pasado 18 de mayo dispararon a la casa de Carmelino Pérez Gutiérrez. “Fue a propósito, porque ha sido amenazado por estar en la resistencia, por no pagar el predial y supuestamente por no participar en los trabajos colectivos de la escuela oficial. Nosotros sí participamos en los trabajos colectivos que benefician a la comunidad, como el mantenimiento del agua, pero no en lo que tiene que ver con los trabajos que quiere el mal gobierno”.
El 9 de julio, “uno de nuestros compañeros iba a la milpa y vio pasar a cuatro paramilitares vestidos con ‘traje pinto’ y armados”. No los reconoció porque iban encapuchados y se metieron rápidamente a la montaña”. Al día siguiente, otro campesino vio a seis paramilitares de traje verde a 50 metros de su casa, “pero no los reconoció porque no son de la comunidad”. El 11 de julio pasaron por La Chachalaca alrededor de 40 paramilitares uniformados de verde. Tampoco eran de la comunidad.
Más hechos de intimidación
El 21 de agosto fueron vistos unos 50 paramilitares con armas de fuego. Preguntaron por los dirigentes zapatistas de Nueva Revolución; aseguraron tener “compañeros” allí y se dirigieron a Sabanilla. “Ese mismo día pasó un helicóptero militar volando muy bajo, llevaba sus puertas abiertas y militares armados que apuntaban a la comunidad. El agente rural oficial dijo que él sabía que iba a aterrizar, pero no bajó porque estaba lloviendo”.
El 7 de septiembre transitaron de Tila a Chulum Juárez 13 camiones del Ejército y Seguridad Pública estatal. “En Coquijá dijeron que iban a entrar a las comunidades Iturbide y La Nueva Revolución, pero no llegaron”. Durante su trayecto iban bajando policías que se metían al monte.
En 2005 la junta dialogó con priístas y perredistas para “acordar respeto a nuestros trabajos colectivos”, pero éstos se negaron a firmar. “A partir de entonces hemos encontrado muertos becerros y vacas”. Este 20 de junio, un becerro tenía un balazo. El 21 de julio encontraron envenenada una marrana.
Los zapatistas de La Chachalaca son amenazados por el comisariado ejidal Fernando Pérez Díaz, el agente rural Francisco Jiménez Pérez y el dirigente de Paz y Justicia, Manuel Jiménez Pérez: “Dicen que los van a matar”. En julio, los priístas y la Comisión Federal de Electricidad colocaron postes para las líneas de energía sin considerar a 11 familias del EZLN. “Los postes fueron sembrados en terrenos de nuestros compañeros sin permiso y cortaron muchos arbolitos. También los amenazan con quitarles el derecho de paso por las veredas y quieren que paguen 250 pesos cada vez, por ser zapatistas”.
La JBG manifiesta: “La envidia que nos tienen es porque defendemos nuestros derechos y nuestra tierra”. Hechos similares están sucediendo “donde quiera” en la zona norte.
“No abandonaremos nuestros derechos, porque la tierra está pagada con la sangre de los compañeros caídos. Como zapatistas declaramos que jamás nos van a humillar, no nos vamos a dejar de sus ejércitos o paramilitares. Ya basta. Queremos que nos dejen vivir y trabajar en paz, y que se respete nuestro derecho. Que quede claro que esta tierra la recuperamos y la seguiremos defendiendo”.