Domingo
La riqueza del cártel de San Cristóbal
El éxito según Zedillo
Braceros VIP
La ciudad del miedo
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Si la investigación del Congreso sobre la fortuna de la familia Fox-Sahagún se detiene en sus declaraciones patrimoniales no va a hallar nada relevante. Lo interesante está en el extranjero.
Foto: Ap
Es sorprendente que todavía en un sector de la población –en las clases medias y altas principalmente– Vicente Fox conserve la imagen de político honesto. “Los corruptos son Marta y sus hijos”, suelen decir. También es explicable: construirla llevó seis años de espots de radio y televisión, pagados sin pudor con dinero del gobierno. Sin embargo, su imagen podría cambiar en las próximas semanas. El golpe le viene –como tantos otros– de la patológica necesidad de figurar en el escenario social y político de la señora Marta. Resultó aberrante la exhibición de su incalculable riqueza en la revista Quién, justo en días que los mexicanos resienten la quemadura a flor de piel del gasolinazo. Si la comisión legislativa que se hará cargo de investigar su patrimonio se enfoca a desentrañar las inconsistencias de las declaraciones patrimoniales de Fox, al llegar y salir del gobierno, será tiempo perdido de ooootra de las numerosas comisiones que se integran y desintegran sin resultados concretos. Las propiedades que poseen los Fox en San Cristóbal difícilmente rebasan los 250 millones de pesos, una cantidad muy superior a los 25 millones, aproximadamente, que declaró en su reporte patriomonial de enero de este año. Pero en México no va a la cárcel un político –menos un ex presidente– por tristes 250 millones. Los líderes del sindicato de Pemex y el ex director Rogelio Montemayor nunca pisaron una celda, y eso que el Pemexgate fue por mil 400 millones. Lo importante es detectar cuál es la fortuna que el cártel de San Cristóbal presuntamente oculta en paraísos fiscales del extranjero. Ese nido de sospechas que es Vamos México contó con los servicios de una empresa especializada en la materia, la cual fue hallada culpable en Estados Unidos de asesorar a sus clientes para exportar capitales. Eso por un lado. Por otro, ahora que se discute la reforma del Estado sería conveniente desmantelar el blindaje jurídico de los ex presidentes, que los hace prácticamente intocables. Entre paréntesis, no falta quien calcula la fortuna de los Fox-Sahagún-Bribiesca en miles de millones de dólares. Sería la familia más rica de México, después de los Slim.
En la cumbre
Al parecer el ex presidente Ernesto Zedillo puso ya el pie en el escalón más alto de su carrera al servicio de empresas trasnacionales. La Fundación Bill y Melinda Gates –sobran las presentaciones– lo contrató como consejero de uno de sus grupos de asesores externos, dedicado al programa Desarrollo Global. Ahora sí no podrá dar la disculpa “no tengo cash”, porque se está embolsando muy buenos billetes como chalán de varias firmas internacionales. En su nueva chamba alternará con el ex rector de la Universidad de Harvard, Lawrence Summers, quien tuvo que renunciar a su cargo después de que afirmó que las diferencias innatas entre hombres y mujeres son una de las razones por las que pocas de ellas tienen éxito en el campo de las ciencias. En otras palabras, les dijo descerebradas.
Braceros VIP
No crean que todos nuestros paisanos se van al otro lado gracias a los servicios de un pollero y arriesgando la vida en el desierto de Arizona. The New York Times reveló esta semana un capítulo de la vida de los braceros VIP, los que llegan a Estados Unidos por avión, en cabina de primera clase, con dinero para invertir y con una visa de negocios en el marco del Tratado de Libre Comercio. El diario presentó a la señora Ana Luisa Sánchez Maccise, quien vive y trabaja en Houston, tiene una franquicia de la platería Tame. Su hijo va a una escuela privada y su esposo labora en México. No fue por motivos económicos que establecieron su residencia en Houston, sino buscando un refugio por la inseguridad que se vive en nuestro país. “Puedes ser robado en cualquier momento, en cualquier restaurante. No puedes tener un carro bonito. Tampoco un buen reloj. A mí me gusta Estados Unidos porque me siento libre”, dijo la señora Sánchez Maccise al NYT. Otro caso es el de Alejandro Chaoul, de 38 años. Trabaja en Pemex y actualmente le construyen una mansión de un millón de dólares. Seguramente después de los recientes bombazos menos deseos tendrá de vivir permanentemente acá de este lado. Una de las zonas más exclusivas de Houston está siendo poblada por mexicanos que tienen un capital promedio de 100 millones de dólares. Algunos pagan al cash sus casas. Mientras más crece la inseguridad, hay más ricos en la lista de braceros VIP: en 2002 se expidieron 57 mil 721 visas de negocios, y el año pasado llegaron a 72 mil 613.
e@Vox Populi
Asunto: la ciudad del miedo
Vivo en la delegación Miguel Hidalgo. Son las 6 de la mañana y me dirijo con mi hija a recoger a mi sobrina y cuñado para llevarlos a la escuela en el taxi que trabajo todos los días. Antes de sacar el auto me pareció extraño ver carros que no eran del vecindario. Al sacar mi coche fuimos interceptados por más de 15 individuos vestidos de civil que venían en ocho autos y con lujo de violencia nos encañonaron a todos obligándonos con palabras altisonantes a tirarnos al piso. Nos preguntaban: “¿quiénes son?”, “¿dónde viven?”, “¿a dónde van?”, sin retirar sus armas de nuestras cabezas y sus pies de nuestras espaldas. Al no encontrar algo que nos inculpara nos ordenaron que nos mantuviéramos tirados en el piso mientras se retiraban. Mi sobrina no dejaba de temblar y mi hija no podía articular frase; ellas son menores de edad. A las 6:25 am mi cuñado y yo nos incorporamos preguntándonos: “¿De quién debemos cuidarnos?”
Nota curiosa: el sábado estuvimos en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, invitados por Marcelo Ebrard para participar en la verbena de las festividades patrias, y ahora los que cuidan de nuestra seguridad nos dan de esa forma los buenos días.
Serafín Domínguez González, 40 años, taxista; Francisco González Velásquez, 49 años, carpintero; Iliana Domínguez González, 16 años, estudiante de la Preparatoria 4; Patricia González Tovar, 16 años, estudiante de la Preparatoria 3.