Guardaespaldas con sueldos exorbitantes protegen en Irak a diplomáticos de EU
Investiga Washington a Blackwater por sus supuestos nexos con el tráfico de armas
La empresa de seguridad estadunidense, acusada del asesinato de 28 personas en Bagdad
Ampliar la imagen Cadetes de la policía nacional iraquí realizan ejercicios militares durante una ceremonia de graduación en sus instalaciones de Bagdad Foto: Ap
Washington, 22 de septiembre. La empresa de seguridad estadunidense Blackwater, acusada de haber asesinado a 28 personas en Bagdad el domingo pasado, esta bajo la lupa de fiscales federales que investigan nexos de la compañía con el tráfico de armas en Irak, publicó hoy el diario The News & Observer, del estado de Carolina del Norte.
El gobierno del presidente George W. Bush investiga si la empresa comercializó armas automáticas y otros productos militares en Irak sin los permisos necesarios, asegura el periódico.
Otros informes de prensa indican que las armas fueron vendidas y después cayeron en manos de organizaciones armadas irregulares iraquíes.
La investigación de The News & Observer, con sede en el mismo estado en que Blackwater tiene su sede, está sustentada en las confesiones judiciales de dos ex trabajadores de la empresa, quienes se declararon culpables de los cargos por armas y cooperan con las pesquisas federales.
Apoyada por los departamentos de Defensa y de Estado, la oficina de la Procuraduría Federal en Raleigh, Carolina del Norte, ha llegado a la conclusión de que existen suficientes evidencias para levantar cargos judiciales contra Blackwater por tráfico de armas.
Con alrededor de mil empleados en Irak, Blackwater es una de las mayores firmas privadas de seguridad con contratos en el país ocupado, donde sus guardaespaldas protegen a diplomáticos estadunidenses con sueldos exorbitantes, que se derivan de altos presupuestos.
Según versión publicada por The Washigton Post el jueves pasado, tan sólo el Departamento de Estado ha pagado a la empresa 6 millones 678 mil dólares desde la invasión de marzo de 2003.
Blackwater se apresuró este sábado a negar supuestos nexos con la venta ilegal de armas. “La compañía no tiene conocimiento de algún empleado que haya exportado armas inapropiadamente”, señaló la compañía en un comunicado.
Tras el tiroteo del domingo, el gobierno iraquí rescindió sus contratos con la empresa, aunque ésta reanudó sus actividades el pasado viernes con la embajada estadunidense en Bagdad.
Blackwater argumentó que sus agentes –llamados mercenarios por la resistencia iraquí– respondieron a ataques y que los muertos –entre quienes hay mujeres y niños– eran milicianos.
El Post señaló que parte del problema con esa compañía y otras 50 que disponen de entre 20 mil y 50 mil agentes es que sus servicios no están regulados.
En otros asuntos, un funcionario policial de Babel, en el sur de Irak, afirmó que miembros del ejército estadunidense mataron a siete integrantes de una misma familia, incluidos mujeres y niños, por su presunta vinculación con una milicia armada.
En el terreno diplomático, este sábado fue divulgada en Bagdad una carta del presidente iraquí Jalal Talabani en la que exigió la “inmediata” liberación de un iraní capturado por las tropas estadunidenses en el norte de Irak, el jueves pasado.