Se rehabilitaron jardines y fuentes y se pintaron banquetas en todas las demarcaciones
Realizan Caravana de la Limpieza en 16 vialidades primarias de la ciudad
En el Día Mundial sin Auto, Ebrard se trasladó en Metro, Metrobús, bicicleta y a pie
El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, guardó ayer el coche por ser el Día Mundial sin Auto y anduvo a pie, en Metro y Metrobús, para desplazarse de su domicilio a los sitios marcados en su agenda y volver al hogar pedaleando en bicicleta.
La jornada inició a las 9:00 horas en el camellón central de la avenida Plutarco Elías Calles, convertido en parque lineal, acompañado por el jefe delegacional de Benito Juárez, Germán de la Garza, para inaugurar el programa Caravana de la Limpieza, donde esmaltó el emblema del águila juarista de una banca estilo colonial, en tanto el delegado panista pintó, de amarillo, el muro de un barandal; además, ambos funcionarios maniobraron algunas herramientas de jardinería como una motosierra teleférica para cortar ramas altas de un árbol y una desmalezadora para cortar el pasto.
Instalado el programa, que simultáneamente se aplicó en tramos de otras 15 vialidades primarias –una por delegación– para completar en esta jornada 13 mil 406 metros lineales, Ebrard y De la Garza caminaron hasta Tlalpan, donde este último abordó su camioneta mientras que el jefe del Ejecutivo local –con manchas de pintura verde en las manos y los zapatos– ingresó a la estación Portales del Metro, entre la sorpresa de los usuarios al reconocerlo.
“Ni saben a dónde van estos bueyes”
Delegaciones como Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc atendieron el llamado a la caravana de limpieza del GDF y en esta primera, más de 400 trabajadores encabezados por el delegado Francisco Chiguil, realizaron labores de limpieza y rehabilitación en el deportivo Hermanos Galeana.
En Cuauhtémoc, el jefe delegacional, José Luis Muñoz, encabezó la caravana en el parque México, en la colonia Hipódromo Condesa, con labores de poda de árboles, rehabilitación en jardineras, revisión y cambio de luminarias en el Foro Lindbergh, pintura y mantenimiento en fuentes, lugar al que se dirigía precisamente el mandatario capitalino.
En su trayecto, Ebrard comentó que usualmente viaja en Metro –el viaje más reciente fue hace unos 15 días– y en los recorridos la gente le plantea los problemas de sus colonias, le pide empleo o mayor atención al Metro, como los intervalos en el paso de los trenes y el funcionamiento de las escaleras eléctricas, tal como ocurrió en esta ocasión en que un hombre le pidió: “más mantenimiento para el Metro, Marcelo, la línea 2”. “Estamos en eso”, le respondió.
Ebrard transbordó en Chabacano a la Línea 9, en dirección a Tacubaya, y mientras esperaba el tren le surgió una duda: “¿a dónde vamos? ¿al Zócalo?”. Alguien dijo a modo de pregunta “¿a la Canaco?”, (al Centro de Convenciones, donde tenía que estar a las 10:00 con Alejandro Encinas en un acto partidista) y ante la falta de respuesta soltó “ni saben a dónde van estos bueyes”, señalando a su gente de logística.
Salió en Chilpancingo y con tan buena suerte que no tuvo que soportar el estruendo de los reproductores de cedes de los vagoneros, aunque debió esquivar a los ambulantes que suelen obstruir los accesos del Metro.
Caminó a su casa y salió unos 10 minutos después, con nuevo calzado aunque las manchas en las manos seguían allí. Caminó por la calle de Sonora a la estación del Metrobús del mismo nombre y bajó en la estación Reforma, donde caminó por Madrid, París, Reforma, Versalles, Atenas y Bucareli hasta llegar a la calle Morelos, donde tendría su siguiente acto y donde al salir, ya lo esperaban con su bicicleta, en la cual se montó para regresar a casa.