Autoridades francesas rinden tributo al mimo que cautivó al mundo con ternura
La guerra influyó en mi decisión de optar por el silencio, confesó Marceau
Debería haber una quinta edad para el hombre, señaló; será sepultado en Père Lachaise
Ampliar la imagen Marcel Marceau a su llegada a Londres para una presentación, en noviembre de 1962 Foto: Ap
Ampliar la imagen El mimo francés también intervino en el cine, en el que alternó con figuras como Jane Fonda, en la cinta Barbarella, abajo. Michael Jackson confesó que su paso de baile conocido como moonwalker lo creó luego de ver la pantomima Caminando contra el viento, de Marceau. El cantante alternó con Bip en el teatro Beacon, de Nueva York, en 1995 Foto: Ap
París, 23 de septiembre. “El arte de la pantomima es fuente de la juventud eterna”, le diría en cierta ocasión al joven de 20 años Marcel Marceau, su maestro Etienne Decroux.
Más de 60 años después, Marceau parecía no tener edad sobre el escenario cuando interpretaba a su entrañable y melancólico personaje Monsieur Bip, que lo llevó por décadas alrededor del mundo, cautivando a decenas de generaciones.
Marcel Marceau, uno de los artífices del arte de conmover sin palabras, falleció este sábado en París, a los 84 años, informaron sus familiares.
“Marceau siempre será el personaje de Bip. Sus estudiantes y el mundo del espectáculo lo extrañarán”, comentó el primer ministro francés François Fillon, tras confirmar el fallecimiento del artista.
Con su muerte “Francia pierde a uno de sus más eminentes embajadores”, declaró por su parte el presidente galo, Nicolas Sarkozy, mientras que la ministra de Cultura, Christine Albanel, rindió homenaje al mimo, quien “con poesía y ternura” cautivó a la audiencia en escenarios del mundo entero.
“Entra en nuestras casas con paso de ladrón y con el terrible descaro del claro de luna”, solía decir el artista francés Jean Cocteau de Bip.
La experiencia que obtuvo de su participación en la Segunda Guerra Mundial tuvo gran influencia sobre su trabajo, que ponía énfasis en el autocontrol físico y el silencio.
“La gente que volvía de los campos de concentración no podía hablar, no sabía cómo contar. Tal vez eso haya influido inconscientemente en mi elección del silencio”, confió Marceau en una entrevista al diario francés Le Monde, en 1997.
En 1946 comenzó a estudiar interpretación, admirando el trabajo de los grandes protagonistas del cine mudo, como Charles Chaplin y Buster Keaton, además de los gestos estilizados de la Opera China y el teatro Noh, de Japón.
En 1947 fue cuando creó a Monsieur Bip. Su participación en la película Les Enfants du Paradis, de Marcel Carne, en la que interpretaba a Arlequín, lo daría a conocer como mimo.
Marceau llamaba “mimodramas” a sus actos poéticos, en los que Bip podría expresar, sin una sola palabra, el amor y la felicidad, la dicha y la tristeza, o la vejez y la muerte.
“Las palabras no son necesarias para expresar lo que sentimos”, creía con firmeza.
De acuerdo con Marceau, en el mimo los gestos expresan la esencia de la aspiración más secreta del alma. “Para representar el viento, uno se convierte en tempestad. Para hacer un pez, te lanzas al mar. El mimo, como la música, no conoce fronteras ni nacionalidades”, dijo en una ocasión. “Si la risa y las lágrimas son las características de la humanidad, todas las culturas están impregnadas de nuestra disciplina.
“Yo cuento las cosas más simples del mundo. Devuelvo a los espectadores un héroe –Bip– con el que cualquiera se puede identificar. ¡C’est tout! (¡Es todo!).”
Su estilo y poética influyeron en creadores y artistas tan diferentes como el dramaturgo Samuel Beckett, el bailarín ruso Rudolf Nureyev, o el ex rey del pop Michael Jackson, quien admitió haberse inspirado en la pantomima Caminando contra el viento, para su famoso paso de baile moonwalker.
Entre las decenas de películas en las que participó, sólo en una ocasión apareció hablando. En Silent Movie (1976), de Mel Brooks, donde tenía la única línea hablada de la película. Todo lo que dijo fue: “No”.
Fuera del escenario, sin traje ni maquillaje, Marceau era un hombre delgado y ágil.
Se hizo merecedor de una gran cantidad de premios, incluyendo el Deburau (1948), además de dos premios Emmy por sus programas de televisión.
Debería haber una quinta edad
En su momento, comentaría a La Jornada. “A todos les va a tocar algún día llegar a la tercera edad, pero debería de haber una cuarta y una quinta. El hombre debería de vivir 150 años, si supiera de verdad cómo hay que vivir. Acepté esa designación (ser embajador de la ONU de la tercera edad) por respeto a nuestros padres, a la educación que nos dieron, por respeto al pasado en la ciencia, en el teatro y también para mostrar que hay una esperanza. Acepté ese puesto en la ONU para mostrar que la tercera edad es una edad viva”.
A partir de 2002 iniciaría una gira de despedida por América Latina, que lo llevó a Cuba, Colombia, Chile, Brasil y México, entre otros países.
“El carácter de Bip y de la pantomima ha cambiado a lo largo de los años” comentaría a La Jornada, en su paso por México. “Cuando creé mi personaje, dos años después de la Segunda Guerra Mundial, pensaba realmente que habría paz mundial y que sería el último conflicto bélico. Lo que captaba Bip en ese entonces eran mariposas, jugaba a David y Goliat, sin embargo, cuando volvieron a empezar las guerras: Vietnam, Argelia y las que le siguieron, mi arte no tenía más que evolucionar y se hizo más hondo y profundo, más entrañable, con lo que se hace evidente que no he creado pantomimas cómicas o sólo para divertir.”
Marcel Marceau será enterrado en el cementerio parisino de Père Lachaise, donde descansan los restos de otras personalidades artísticas como la actriz Sarah Bernhardt, el escritor Oscar Wilde y el cantante Jim Morrison.