Diputado de la ALDF afirma que se busca beneficiar a los toreros mexicanos
Reforma a ley de espectáculos “retoma el valor político y cultural de la fiesta”
Para dar certidumbre primero se debe elevar el nivel de la legislación, dice Olavarrieta
Ampliar la imagen La iniciativa dará certidumbre a la fiesta brava en el DF, dice el diputado. La imagen corresponde a Luis Manuel Pérez El Canelo el pasado 16 de septiembre Foto: Jesús Villaseca
Ante la indiferencia mostrada desde hace años por los taurinos frente a la situación de la fiesta de toros que dicen amar y defender, y luego de que el diputado perredista a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal Mauricio Toledo se desistiera a finales de mayo de su iniciativa de reformas a la Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos en el Distrito Federal, el diputado Martín Olavarrieta, integrante del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional en la ALDF, presentó en agosto pasado una iniciativa con proyecto de decreto que modifica y adiciona diversas disposiciones de la citada legislación.
–Se trata de una iniciativa –comienza el legislador Olavarrieta en entrevista para La Jornada– que va a dar certidumbre jurídica a la fiesta brava en la ciudad de México, pero para ello hay que elevar el nivel de la legislación al respecto. En esto quiero ser muy enfático: se busca que todos los sectores involucrados salgan beneficiados.
–¿Los cambios sugeridos en la legislación no favorecen a los matadores extranjeros?
–Eso es lo más alejado de las propuestas –responde el diputado sin alterar el tono–, ya que de ninguna manera se suprime el 50 por ciento de toreros mexicanos, sino que se fomenta el espectáculo en términos menos restrictivos, permitiendo al empresario administrar la contratación y presentación de toreros extranjeros a lo largo del año, no en cada cartel.
–La autorregulación...
–Lo anterior quiere decir –ataja sereno– que se va a cumplir con el principio de equidad de los diestros nacionales frente a los extranjeros, pero será a criterio del empresario, en qué oportunidad de los 12 meses se va cumpliendo con ese porcentaje de 50 por ciento de mexicanos en corridas de toros y de 75 por ciento en novilladas.
–Si hoy escasean toreros nacionales con capacidad de convocatoria, ¿no saldrán beneficiados los famosos de fuera?
–Además de la ley habrá que revisar el reglamento taurino y hacerlo más eficiente para que permita la articulación y coordinación entre los integrantes de la fiesta con un eje rector: enaltecer el espectáculo y proteger y beneficiar a una afición cada día más escéptica.
“Tratamos de evitar polarizaciones, falsas premisas, prejuicios y conclusiones erróneas. Tenemos el propósito de impulsar al torero mexicano a través de la ley”.
–Insisto, diputado...
–Mire, soy un legislador objetivo no afectado por interés alguno. No sé de los resultados que se puedan obtener, pero sí sé de mi obligación de generar en la Asamblea buenas leyes. Hemos emitido esa iniciativa consensuando opiniones de otros compañeros legisladores, así como con representantes de sectores taurinos y lo seguiremos haciendo. Tengo una gran mexicanidad y creo en un nacionalismo razonado, sin estridencias.
–¿Se tauriniza el PRI o se politiza la fiesta?
–Retomamos el valor político, cultural y social que tiene la fiesta brava, pero a cambio del talento y la participación corresponsable y profesional que muestren los involucrados en el espectáculo, con un entendimiento más eficaz entre empresas, ganaderos, toreros y medios. Nos hemos metido al tema taurino porque hay que aterrizar esfuerzos y reconocer carencias, pero esto no es de fracciones parlamentarias o de corrientes ideológicas sino de consensuar en favor de la sociedad y de sus aficiones, incluida la de los toros.
–En 14 corridas –abunda Olavarrieta– la empresa deberá procurar utilidades a cambio de calidad e interés en el espectáculo. Insisto: no se está dejando fuera a los mexicanos y favoreciendo a los extranjeros, sino permitiendo que se prorratee en un año la participación adecuada de ese 50 por ciento.
“Los partidos –concluye el también abogado– son partes de un todo que busca objetivos comunes. En la fiesta las partes deben procurar, en serio, objetivos comunes que los beneficien, unidad y claridad de propósitos taurinos, sin perjudicar o marginar a la ciudadanía que ha posibilitado el espectáculo. Estoy abierto a que se mejore esta iniciativa con argumentos válidos pero sin victimizarse nadie”.