Verdadero vía crucis en San Lázaro; hasta la diputación panista dejó solo al funcionario
Graves fallas en la seguridad nacional, principal reclamo a Ramírez Acuña
Le reprochan deficiencias
Insiste en que no hay eperristas presos
Hubo mofas e insultos
Ampliar la imagen Francisco Ramírez Acuña, ayer en el Palacio Legislativo Foto: José Carlo González
En una comparecencia donde todos los partidos políticos le reclamaron con severidad las fallas en el sistema de seguridad nacional, sus deficiencias y omisiones, el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, intentó convencer a la Cámara de Diputados de que el gobierno federal es el principal interesado en encontrar a los dos militantes del Ejército Popular Revolucionario (EPR) cuya desaparición provocó acciones en contra de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex).
“No están en ninguna de las áreas de gobierno ni del Ejército Mexicano ni de la Procuraduría General de la República (PGR), ni del estado de Oaxaca”, dijo, pero enseguida exclamó que se trata de “terroristas, subversivos ante los que el Estado tendrá que reaccionar con toda su fuerza”. Afirmó que, para la administración calderonista, no hay duda de que los eperristas son los autores de esos hechos porque, adujo, así lo aseguraron en sus comunicados.
Esa fuerza que quiso demostrar ayer Ramírez Acuña se desmoronó en su primera presentación ante legisladores que no sólo lo cuestionaron acremente, sino que se mofaron al señalar que le quedaron grandes los zapatos de Santiago Creel Miranda. Por si fuera poco, le hicieron el vacío: a las tres de la tarde, en las curules del Partido Acción Nacional (PAN) sólo había una veintena de diputados, cuando en esa bancada son 206. Los priístas, encabezados por su coordinador, Emilio Gamboa Patrón, prefirieron salir a la inauguración de una exposición de artesanías poblanas.
Frío saludo con la izquierda
La diputación del Partido de la Revolución Democrática (PRD) exigió la renuncia de Ramírez Acuña, desplegó mantas detrás suyo en la tribuna. Esa actitud la marcó el mismo secretario desde el inicio, cuando se vio obligado a ir a saludar hasta su curul al coordinador del sol azteca, Javier González Garza, quien sin interrumpir una conversación telefónica apenas estiró su mano izquierda.
Rosario de problemas
El secretario Ramírez Acuña acudió a la glosa del primer Informe de gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, y por casi cinco horas tuvo que repetir las justificaciones sobre errores del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen); la indagatoria infructuosa sobre los responsables de las explosiones en Pemex; la actuación del Ejército Mexicano en tareas policiales; el incontrolable flujo migratorio; las reglas de operación del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden); los permisos para operar casinos; el conflicto en el estado de Oaxaca; la fortuna del ex presidente Vicente Fox Quesada y, de manera recurrente, la censura.
Los legisladores volvieron a cuestionar que el primero de septiembre la administración calderonista cortara la transmisión del mensaje de la presidenta de la mesa directiva, la perredista Ruth Zavaleta Salgado.
El diputado de Alternativa Gustavo Pedro Cortés le echó en cara la poca credibilidad en la supuesta “falla técnica”, y resaltó que esa injerencia constituyó “una muestra del autoritarismo con el que se conduce Gobernación”.
Agotado, tras releer decenas de tarjetas que le enviaba el subsecretario Abraham González, Ramírez Acuña dijo: “Yo le pido que me crea, porque no hay otra respuesta ni otra causa ante la situación del primero de septiembre”.
Al inicio, el funcionario aludió precisamente al talón de Aquiles del sistema de seguridad nacional: la previsión. Sin embargo, calificó de “situaciones extraordinarias” los atentados a instalaciones de Pemex y ofreció localizar “por todos los medios a los responsables de esos actos”.
El neopanista Diódoro Carrasco dio la pauta para la exposición de Ramírez Acuña, al señalar las acciones del EPR como una “nueva ofensiva desestabilizadora”. Entonces, el titular de Gobernación justificó las fallas del Cisen con el argumento de que “en los últimos años” a esa instancia se le recortaron mil plazas y ha sufrido una disminución muy significativa de tecnología y recursos económicos.
No obstante, como después le recordó el diputado priísta Víctor Valencia, desde el sexenio de Vicente Fox el Cisen ha recibido crecientes beneficios presupuestales. Para este año ejercerá más de mil 100 millones de pesos y busca más de mil 300 millones para 2008. Uno de los principales centros de la crítica fue el ex director de la encuestadora GEA-Isa, Guillermo Valdés, quien fue designado titular del mencionado centro por su amistad con el presidente Felipe Calderón. Pero ayer fue el gran ausente en el equipo de Ramírez Acuña.
Para la primera ronda de preguntas, el PRD designó a la diputada Valentina Batres, quien resaltó que las deficiencias en la seguridad nacional, las más de 2 mil muertes adjudicadas al crimen organizado y el control de 40 por ciento del territorio por el narcotráfico son signo inequívoco de ingobernabilidad. Uno de los principales objetivos del sol azteca fue reprochar la falta de previsión de los órganos de inteligencia para evitar los atentados en cuatro entidades de la República, y preguntar por el paradero de los dos militantes del EPR presuntamente desaparecidos.
Batres inquirió: “¿El EPR es el responsable de las explosiones o son ustedes tan perversos como para provocar el miedo del pueblo y causar la quiebra de Pemex para venderla o privatizarla inventando atentados? ¿De cuáles muertes nos hablaba que va a costar su política de seguridad pública? ¿Ya mataron a los desaparecidos? Si no los tienen en ningún lado, ¿están tres metros bajo tierra? Díganos, señor secretario, no esquive las respuestas… Mejor renuncie, porque el cargo le está quedando enorme”.
Su compañero de partido Javier Hernández Manzanares insistió en la presentación de los dos eperristas porque, “¿acaso este gobierno pretende repetir las acciones de la guerra sucia de hace 30 años para desaparecer a los grupos radicales?”
Ante la insatisfacción de las respuestas de Ramírez Acuña, el diputado del Partido Verde Francisco Elizondo le preguntó por los efectos económicos de los atentados y si el gobierno cuenta con “líneas de acercamiento” con el EPR.
Ello motivó que el funcionario revelara la existencia de mecanismos no reglamentados en la Ley de Seguridad Nacional, como el denominado Grupo Central de Atención a la Subversión. Más tarde, en entrevista, el titular de Gobernación buscó mostrarse como el principal interesado en la aparición de Edmundo Reyes y Gabriel Cruz. “Si gustan hagamos la revisión de las propias instalaciones (del Ejército)”.
–¿Por qué se creó este grupo de atención a la subversión?
–Eso es simplemente por darle un nombre desde el punto de vista de coordinarse (sic), es como simplemente si fuera momento de coordinación entre la procuraduría y la Secretaría de Seguridad (Pública). No tiene mayor relevancia el nombre. No tiene presupuesto ni orden jerárquico –intentó responder el funcionario.
–Los legisladores le piden renunciar…
–El secretario de Gobernación nunca ha mentido y nunca va a mentir; el secretario dejará la Secretaría (sic) cuando el Presidente de la República se lo pida.
Como no se había visto en ninguna otra comparecencia de un secretario de Gobernación, a Ramírez Acuña le perdieron hasta el respeto. De pie, a su lado, el presidente de la Comisión de Turismo, Octavio Martínez, cuestionó la entrega de 20 permisos otorgados por él para operar casinos. Y ante la falta de una respuesta clara, el legislador le soltó: “Fue usted quien en una reunión de comisiones unidas refirió que no habría más autorizaciones, como lo dijo aquí. ¿No está enterado o se hace tarugo, señor secretario?”
Un grupo de diputados priístas hacía mofa entre las curules y tarareaban el estribillo de Paquita la del Barrio, aquel de “¿me estás oyendo, inútil?” Después mejor se fueron a comer antojitos poblanos.