Habitantes de Tixkokob se quejan de que los militares no los dejan “ni ir al baño”
Virtual toque de queda en pueblo yucateco donde cayó un avión cargado de cocaína
Confirma la PGR captura de uno de los pasajeros de la nave; dijo que viajaba con otros dos
Un virtual toque de queda se vive en Tixkokob, comunidad indígena de Yucatán, luego de que los soldados de la décima Región Militar han hecho ahí su campamento provisional, ante la caída de un avión con más de tres toneladas de cocaína y la búsqueda de los pilotos de la aeronave, que no estalló porque su precipitación se debió a la falta de combustible.
Desde la madrugada del pasado lunes, la tradicional tranquilidad de esta comunidad se vio rota cuando un avión cargado de cocaína se estrelló en el monte al ser perseguido por aeronaves del Ejército mexicano, desde el estado de Quintana Roo.
Después del accidente, los militares tomaron por asalto la población y, desde ese día, interrogan a cuanta persona consideran sospechosa.
Inclusive, el alcalde, Adolfo Calderón Sabido, se dijo desconcertado ante esa situación y aseguró que en su comunidad se vive un ambiente tenso por la inevitable presencia de los efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), sus armas de grueso calibre, los vehículos militares y las miradas de “pocos amigos” de los soldados.
La presencia y actividad castrense se ha reflejado también en el acceso a la zona del percance, ya que, de acuerdo con reportes de la agencia Afp, el mismo edil reveló que este miércoles personal de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) pretendió llegar hasta donde estaban los restos de la nave, con matrícula N987SA estadunidense, sin conseguirlo, pues la Sedena se lo impidió.
Según fuentes federales, la presencia de agentes de la DEA en investigaciones o hechos relevantes relacionados con el narcotráfico no es nada extraña, toda vez que con los acuerdos de cooperación bilateral y las llamadas operaciones espejo, los efectivos estadunidenses tienen acceso a la información y los sitios adonde acude personal de la Procuraduría General de la República (PGR), a fin de poder “intercambiar información en tiempo real”.
Sin embargo, la colaboración no ha ocurrido de la misma manera con personal militar, que ahora ha incrementado su presencia aérea en la zona de Yucatán, ya que constituye uno de los principales puntos de entrada de aeronaves cargadas de enervantes procedentes de Centro y Sudamérica.
En tanto, en Tixkokob, Fidencio Tut, un joven campesino que vive en los alrededores del rancho San Francisco, donde cayó la aeronave el lunes anterior y los presuntos narcotraficantes se ocultaron, expresó: “coño, no me dejan (los soldados) ni ir al baño. Es el colmo; tengo que ir a trabajar la milpa y los soldados me detienen, me interrogan y hasta me impiden ir a mi pedazo de tierra, creen que soy narco”, se quejó.
La vida se ha trastocado momentáneamente en Tixkokob. Los militares rondan las calles de la comunidad donde habitan alrededor de 30 mil personas dedicadas al comercio, la agricultura y al trabajo eventual en Mérida, y los militares “no cesan” de interrogarlos.
Algunos aseguran: “me amenazaron, me dijeron que estábamos ocultando a los narcotraficantes y que si yo sabía algo, mejor que cantara, porque si no, me darían en la madre”, sostuvo Eustaquio Moo Chan, residente de Tixkokob, quien se gana la vida conduciendo un tricitaxi para transportar personas.
Lo cierto es que los militares no se irán de Tixkokob hasta que terminen de aclarar este asunto y den con los presuntos dos prófugos –al parecer una mujer y un hombre– que se habrían estrellado en el avión. Hasta esta tarde, los soldados continuaban peinando la zona sin resultados satisfactorios.
Ya es tal la molestia de los pobladores de dicha comunidad por la presencia militar que, por las noches, evitan salir de sus casas. “Los soldaditos nos han dicho que para que no tengamos problemas, mejor nos quedemos en nuestras casas; hay casi una orden, algo así como un toque de queda”, afirmó María Cruz Nah, vecina de la comunidad, quien ahora se ve obligada a cerrar por las noches su negocio de venta de comida regional.
El alcalde Calderón Sabido no quiere armar polémica al respecto. A la pregunta de si existe un toque de queda nocturno respondió: “casi, casi”. En un esfuerzo por ser irónico, Luis Cetz, campesino, agregó: “el pueblo ya no se llama Tixkokob, ahora se le conoce como Tixcoca”.
Hermetismo
La PGR informó que la Comisión de Delitos contra la Salud consignó a Dante Pat Caamal y Leonel Ayala López por cohecho y delincuencia organizada. Ambos son originarios de Yucatán y fueron detenidos el pasado lunes tras llegar al lugar del percance y ofrecer al personal de la Sedena dinero a cambio de dejar libres a los pasajeros que venían en el avión matrícula N987SA, y porque también pidieron que les permitieran mover la droga.
Ambos quedaron a disposición de un juez federal con sede en Mérida, ante quien deberán rendir su declaración preparatoria durante las próximas horas.
Asimismo, la dependencia federal confirmó la detención de uno de los pasajeros que viajaban en la aeronave accidentada y, aunque no se ha dado a conocer su nombre, se corroboró que presenta heridas a consecuencia del desplome del aparato, entre ellas fractura en una pierna, por lo que permanecía en el Hospital Militar en Mérida.
Este detenido, del cual aún se desconoce su nacionalidad, habría revelado que junto con él viajaban dos personas más, por lo que los efectivos militares desplegaron una nueva búsqueda en la zona de Tixkokob para tratar de localizar a los otros narcotraficantes.