Usted está aquí: jueves 27 de septiembre de 2007 Mundo Rechaza Maliki en Naciones Unidas las injerencias externas

Casi 60 muertos, en otra jornada de violencia en Irak

Rechaza Maliki en Naciones Unidas las injerencias externas

Afp, Dpa y Reuters

Ampliar la imagen Miembros del grupo pacifista Código Rosa protestan detrás del jefe del Pentágono, Robert Gates, quien solicitó al Senado estadunidense más dinero para las tropas en Afganistán e Irak Miembros del grupo pacifista Código Rosa protestan detrás del jefe del Pentágono, Robert Gates, quien solicitó al Senado estadunidense más dinero para las tropas en Afganistán e Irak Foto: Reuters

Nueva York, 26 de septiembre. El primer ministro iraquí, Nuri Maliki, afirmó hoy que “la política extranjera del nuevo Irak está erigida sobre la Constitución, que no permite que su territorio sea utilizado contra sus vecinos”, y que, por tanto “también rechaza cualquier tipo de interferencias en sus asuntos internos”.

En su discurso ante el Asamblea General de Naciones Unidas, Maliki se declaró “optimista” en torno al largo camino hacia la estabilización de su país, y añadió que “siempre respetará y apreciará a los países y gobiernos que apoyan el proceso político, y que participan en el proceso de reconstrucción” interno.

El gobernante del país invadido por Estados Unidos y sus aliados en marzo de 2003 reafirmó después su esperanza de que “Naciones Unidas reanudará sus actividades en Irak”, luego de que el pasado sábado el secretario general de ese organismo, Ban Ki Moon, aseguró que no incrementará su presencia hasta que Irak sea “seguro”.

Maliki también insistió en el “compromiso” de su país en la lucha contra “el terrorismo” y en favor de la “democracia”, y pidió que se suavicen las sanciones que Irak todavía afronta desde las guerras contra Irán y Kuwait.

Al mismo tiempo, el Senado estadunidense apoyó una resolución del precandidato presidencial demócrata Joseph Biden, en el sentido de dividir Irak en tres zonas según los grupos étnicos chiíta, sunita y kurdo, a fin de lograr “incrementar la seguridad” y permitir el retiro de las tropas de Estados Unidos.

Pero el gobierno de George W. Bush, que rechaza ese proyecto al igual que Turquía y Arabia Saudita, inició en el Congreso una nueva batalla al solicitar la enorme suma de casi 190 mil millones de dólares para seguir financiando las guerras en Irak y Afganistán, la partida más grande desde que comenzó la llamada “guerra contra el terrorismo internacional”.

Además, el Pentágono anunció ante los congresistas estar listo para vender a Irak hasta 2 mil 300 millones de dólares en armamento, a fin de ayudar al ejército iraquí a expandirse y abarcar misiones que ahora realizan las fuerzas de ocupación.

En el teatro de guerra en Irak, se reportó que al menos 59 personas murieron y más de 120 resultaron heridas tras una nueva ola de ataques con bombas, con una intensificación de las acciones por parte de Al Qaeda. Asimismo, 10 civiles murieron durante ataques de las fuerzas estadunidenses en la ciudad de Hilla. Autoridades sanitarias iraquíes reportaron la muerte de una mujer de cólera, lo que suma dos decesos por esta causa en septiembre.

 
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