Damnificados por Stan: de la orilla del río a la vía del tren
Huixtla, Chis., 26 de septiembre. Casas construidas con madera, lámina y desechos recogidos de basureros o de la ribera del río Huixtla albergan a una decena de familias que perdieron todo durante el paso del huracán Stan y que, ante la indiferencia del gobierno, optaron por asentarse a orillas de la vía del ferrocarril Chiapas-Mayab, que dejó de funcionar recientemente.
Sin un lugar donde vivir desde octubre de 2005, cuando el citado meteoro devastó poblaciones de la Costa y la Sierra de la entidad, estas familias se quedaron sin la oportunidad de recibir alguna de las viviendas que entregaron las autoridades estatales y no les quedó otra opción que buscar un sitio que habitar.
Son personas de escasos recursos económicos, con escolaridad mínima o nula. La mayoría se dedican a transportar pasajeros a bordo de triciclos.
Su llegada a orillas de la vía del ferrocarril no fue planeada. La necesidad los orilló y poco a poco comenzaron a llegar.
Ellos mismos construyeron las casas donde viven. Carecen de servicios de agua potable, energía eléctrica y drenaje.
Cocinan con leña que recogen del monte y para conseguir agua caminan aproximadamente un kilómetro hasta el río Huixtla o recolectan la lluvia.
En un recorrido por la zona, se pudo observar que estas viviendas precarias miden apenas tres metros cuadrados y tienen piso de tierra. En esos espacios los damnificados por el huracán Stan cocinan, comen y duermen.
En lugar de sanitario usan una letrina improvisada: un hoyo en la tierra rodeado de palos y cubierto de plásticos.
Margarita López Gómez, una de las habitantes de este lugar, comentó que tenía su vivienda en la colonia 2 de Octubre, en Huixtla, en las faldas del cerro cerca de las márgenes del río.
Sin embargo, como su casa resultó dañada por las corrientes pero no fue derribada, las autoridades decidieron no incluirla en la lista de personas que serían reubicadas en otras viviendas y sólo le dieron material para repararla.