Debate de académicos y activistas en Monterrey
Necesita AL construir una ciudadanía participativa
Monterrey, NL, 26 septiembre. En la mayoría de países latinoamericanos, la población no ha hallado solución a sus problemas en la democracia formal, electoral, que ha sido insuficiente para dar respuestas satisfactorias; ha hecho falta una democracia participativa y construir ciudadanía. Estas son algunas ideas en las que coincidieron académicos y representantes sociales que participan en Fórum Universal de las Culturas.
Esa es la diferencia –hizo notar la socióloga Lucrecia Lozano, directora de la División de Humanidades y Ciencias Sociales del Tecnológico de Monterrey– entre Europa y Latinoamérica: la primera cuenta con una ciudadanía activa y participativa, mientras en la segunda es prácticamente nula, lo que genera desconfianza hacia la democracia formal y, por lo mismo, la pone en una situación de vulnerabilidad.
Al respecto, el argentino Alberto Consani, director fundador del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de la Plata, sostuvo: “Los latinoamericanos no somos ciudadanos, nos convocan a votar y después los gobiernos hacen lo que quieren. Tenemos gobiernos con legitimidad de origen y con deslegitimidad en el ejercicio”.
Asimismo, se señaló que una de las novedades en la región es que la mayoría de países ya se está dando la oportunidad de hablar un lenguaje propio, ya no necesita el permiso de Estados Unidos para tomar decisiones en función de su interés.
Consani puso como ejemplo la colaboración en materia nuclear entre Argentina y Brasil. Algo que en otro tiempo hubiera sido imposible sin la anuencia estadunidense.
Otro ejemplo de acción política en esa dirección, fue el acercamiento propiciado por el presidente de Brasil con el gobierno mexicano y el exhorto que le hizo a Felipe Calderón para que México se integre al Mercosur. Si bien en términos económicos la incorporación mexicana a ese mercado es compleja, en términos políticos es significativa la invitación de Lula.
Opulencia y marginación
Por su parte, el chileno Alberto Sepúlveda, director del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Viña del Mar, criticó a las organizaciones no gubernamentales europeas que siguen viendo a Latinoamérica como algo pintoresco, exótico y revolucionario. “No conocen América Latina” y les molesta la idea que aquí haya desarrollo económico y social. Se imaginan al campesino arriba de un burro “y eso ya no existe”.
Paradójicamente, Sepúlveda puso como ejemplo de ese desarrollo a Monterrey, como si aparte de la opulencia evidente no hubiera aquí miseria y problemas sociales; o como si la capital de Nuevo León fuera representativa de la situación económica de todo el país.
En contraste, el representante de los pueblos zapotecos de Oaxaca, Lázaro González, advirtió que entre más adelante van los poderosos, más atrás van los indígenas y los pobres en general.
Interrogado sobre las afirmaciones de Sepúlveda frente a las condiciones en que viven las comunidades indígenas, González señaló que el académico chileno estaba hablando de dos realidades diferentes.
También se mostró escéptico sobre los beneficios de este tipo de foros, en cuya organización de gastan millones de pesos.