Cada día fueron ejecutadas 6.3 personas por cuestiones ligadas al crimen organizado

Pendiente, reclamo nacional de abatir el delito, luego de un año de calderonismo

Los planes incumplidos, a pesar de la captura de líderes del narco y la incautación de droga

Gustavo Castillo García

Al cumplirse el primer año de gobierno de Felipe Calderón Hinojosa –como dijo el pasado 23 de noviembre Eduardo Medina Mora, titular de la Procuraduría General de la República (PGR)–, sigue vigente “el reclamo nacional de que se combata y extermine el delito”, y también, que “la sociedad ansía tener tranquilidad y sosiego después de una alta turbulencia delincuencial en el país”.

En estos primeros 12 meses de la administración calderonista, son más las promesas pendientes que los proyectos cumplidos en materia de seguridad pública y procuración de justicia.

Los pendientes existen a pesar de las grandes incautaciones de dinero y droga; de la extradición de barones del narcotráfico a Estados Unidos; de la puesta en marcha de los llamados Operativos Conjuntos contra el Crimen Organizado, en nueve entidades del país; de la participación mayoritaria de militares en tareas de seguridad pública y, sobre todo, de la cruzada nacional contra la delincuencia, a la que el Presidente convocó desde el 22 de enero de este año.

Entre dichos pendientes está además la unificación –mediante reformas legislativas– de la Policía Federal Preventiva y la Agencia Federal de Investigación en una sola corporación; el establecimiento de un sistema de evaluación de resultados con indicadores compartidos con la sociedad; la real puesta en operación de la llamada Plataforma México, un sistema de interconexión entre municipios, estados y Federación, que generará información que permita combatir de manera eficaz los delitos; la creación de mecanismos e instancias de coordinación y cooperación entre autoridades.

Durante esta administración han sido detenidos importantes líderes de diferentes organizaciones de narcotráfico, como Luis Reyes Enríquez, El Rex; Juan Carlos de la Cruz Reina, El JC, y Nabor Vargas García, El Débora, del cártel del Golfo; Sandra Ávila Beltrán, La reina del Pacífico, y el colombiano Juan Diego Espinosa Ramírez, El Tigre, operadores del cártel de Sinaloa, que dirige Joaquín El Chapo Guzmán Loera.

Con ello, como refieren informes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal y de la PGR, se ha provocado que las organizaciones mexicanas tengan una recomposición provocada tanto por los golpes a sus estructuras operativas como por la extradición de barones de las drogas, como Osiel Cárdenas Guillén, Héctor El Güero Palma y los hermanos Ismael y Gilberto Higuera Guerrero.

Sin embargo, hoy la mayor proporción del tráfico de drogas la controlan dos grandes sociedades de cárteles: por un lado, la unión Arellano Félix-Golfo-Juárez, y por otro, Sinaloa-Valencia y ex líderes históricos del cártel de Juárez, como Ismael El Mayo Zambada y Juan José Esparragoza Moreno, El Azul. En menor medida, participa en el mercado de drogas el llamado cártel de Pedro Díaz Parada.

En ese contexto, la disputa de territorios entre los grupos generó gran violencia. Según reportes de la PGR, hasta noviembre de este año ha habido más de 2 mil 300 ejecuciones en el país, lo que significa que en estos 12 meses de gobierno de Felipe Calderón cada día fueron asesinadas 6.3 personas por cuestiones ligadas al crimen organizado.

Las entidades donde mayor número de ejecuciones ha ocurrido son Sinaloa, Michoacán, Guerrero, Sonora, Nuevo León, Veracruz, Durango y Chihuahua.

Hasta el pasado 18 de septiembre, el propio Medina Mora reconoció que comparado con el último año de la administración de Vicente Fox, las muertes por ajustes de cuentas aumentaron 10.7 por ciento.

Aunque no todos los golpes espectaculares contra el narcotráfico se dieron por la SSP federal o la PGR, destaca la incautación de más de 205 millones de dólares en efectivo al empresario mexicano, de origen chino, Zhenli Ye Gon, y el desmantelamiento de su organización, la cual, según el gobierno federal, abastecía de precursores químicos a varias organizaciones del país para la producción de drogas sintéticas.

En cuanto a decomisos de cocaína, destacan los realizados en octubre y noviembre pasados. El primero ocurrió en Tampico, Tamaulipas, donde se incautaron 11 toneladas 720 kilogramos, y el segundo en el puerto de Manzanillo, Colima, donde se detectó un cargamento de 23.5 toneladas de la droga. En el primero de los casos, el cártel afectado fue el del Golfo, y en el segundo, la organización que dirige El Chapo Guzmán Loera.

El pasado mes de octubre fue de grandes decomisos, como el de mil 997 kilos de seudoefedrina, en Manzanillo.

Sin embargo, este último provocó que saliera a la luz la soterrada disputa que existe entre las dependencias por sobresalir en la lucha contra el narcotráfico.

Cabe recordar que la Administración General de Aduanas, dependiente de la Secretaría de Hacienda, aseguró en un comunicado que se habían decomisado 15 toneladas de ese precursor químico, y un día después, en un boletín conjunto, la PGR y la Secretaría de Marina desmintieron el conteo aduanal e informaron que únicamente eran mil 997 kilogramos.

Así, a pesar de que supuestamente han sido capturados 15 mil delincuentes, después de un año de que Felipe Calderón tomó posesión del cargo, aún están pendientes “las acciones necesarias para restablecer la paz y la tranquilidad en la República”, y que el gobierno federal ponga “todos los instrumentos a su alcance para hacer realidad los derechos y garantías de cada mexicano”, como dijo el pasado 22 de enero Genaro García Luna, al llamar a la cruzada nacional contra la delincuencia.