Logra subsidiar pero no evalúa el costo-beneficio, dice experto
El Estado mexicano sobreprotege a bancos, en vez de dejarlos lidiar con sus riesgos
Mérida, Yuc., 3 de diciembre. El Estado mexicano ha “sobreprotegido” a los bancos y actores del sistema financiero mediante subsidios y fondos de garantía, en lugar de dejarlos que se arriesguen por su cuenta y evalúen los costos-beneficios que les permita ampliar la cobertura de sus servicios a la mayoría de los sectores productivos del país o a la población en general, aseguró Claudio González-Vega, director del Programa de Financiamiento Rural del Departamento de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Económico de la Universidad de Ohio.
“Ha sido más cómodo y más atractivo políticamente que el Estado corra con los riesgos y tenerlo como asegurador de última instancia, a que los actores del sistema financiero aprendan a lidiar con los riesgos. Ha habido una gran, fuerte y continuada presencia del Estado que trata de hacer mucho para fortalecer instituciones, paliar riesgos, incentivar o subsidiar, pero lo hace con poca coordinación, escasa evaluación del costo-beneficio y duplicidades que generan distorsiones”, destacó.
Aunado a lo anterior y debido a la globalización, México enfrenta otro problema con los bancos que operan en su territorio, y es que “como son extranjeros se sienten temerosos, son excesivamente conservadores y no otorgan préstamos a una gran cantidad de actividades productivas que están desatendidas”, dijo el especialista al presentar una ponencia magistral durante el sexto Encuentro Nacional de Microfinanzas, que realiza el Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario (Pronafim) en esta ciudad.
“Ha habido una tendencia muy generalizada a que los riesgos de las carteras de crédito de todo tipo se trasladen al Estado, y el instrumento principal han sido los diferentes fondos de garantía que las autoridades ofrecen. Entonces, las instituciones financieras tienen menos necesidad de aprender a manejar bien el riesgo porque en última instancia si algo no sale bien, el Estado se ha encargado de cubrir esas pérdidas. Eso es lamentable porque lo más importante para tener un buen sistema financiero es que todos los que participan en él aprendan a manejar bien el riesgo”, puntualizó González-Vega en entrevista posterior.
Dicha “sobreprotección estatal” ha propiciado que pese a que México genera por sí solo la tercera parte del producto interno bruto (PIB) de toda América Latina, las actividades de intermediación y profundización financiera representan sólo 20 por ciento del PIB nacional, porcentaje que se ubica por debajo del promedio regional que es de 30 por ciento.
Así, por ejemplo, países como Honduras y Bolivia tienen porcentajes de 40 por ciento en dichas actividades financieras u otorgamiento de créditos bancarios al sector privado respecto al PIB, mientras en Chile alcanza 70 por ciento. “La intervención financiera tan escasa que existe en México es un freno a la eficiencia, el crecimiento económico y el nivel económico del país”, dijo.
Explicó que el Estado mexicano ha protegido a las instituciones financieras cuando para que incursionen en ciertos sectores trata de inducirlas a que lo hagan “quitándoles el riesgo”, y también vela por la estabilidad del sistema para evitar quiebras masivas y afectaciones a los ahorradores.
Pero en tal caso, apuntó, “lo que se necesita es un buen sistema de regulación y supervisión prudencial. Cuando se nacionalizó la banca en México desapareció esa capacidad de supervisar bien a los bancos y sólo recientemente se ha comenzado a desarrollar otra vez ese tema”.
De esa manera, para incentivar a los bancos a que inviertan en sectores donde no lo han hecho, instituciones públicas como Fira les ofrecen fondos de garantía y subsidios para cubrirles cualquier riesgo. “Yo lo que digo es que no, no debe ser así. Lo que debe ser es que tienen que aprender a asumir los riesgos, innovar, experimentar y llevar a cabo un proceso de aprendizaje que en México se ha quedado corto”, puntualizó.