Pueden venir meses “sumamente duros”, advierte
Cuba elogia la valiente y sabia decisión del líder bolivariano
La Habana, 3 de diciembre. Tras la derrota del plan de reforma constitucional en Venezuela, el presidente Fidel Castro consideró un “deber” recordar a los cubanos su advertencia del viernes anterior de que pueden venir semanas o meses “sumamente duros” para muchos países, incluida la isla.
Un pueblo bajo el fuego, el artículo difundido por Castro dos días antes del referéndum venezolano, fue repetido esta noche por la televisión, que puso en pantalla fija algunos de sus pasajes, como el que prevé a partir de ahora un periodo de riesgos.
En ese texto Castro recordó la estrecha relación económica entre los dos países, que se ha convertido en una palanca del crecimiento de la isla, al coincidir un financiamiento preferencial del suministro de petróleo venezolano con un amplio mercado en el país sudamericano para la oferta de servicios cubanos.
La televisión informó que Castro envió hoy dos mensajes a Chávez. En el primero, por la mañana, lo felicitó por la declaración de madrugada, en la que el líder venezolano reconoció su derrota.
“Fue un veni,vidi, vinci de dignidad y ética”, dijo el mandatario cubano a su colega.
En el segundo le anunció a Chávez que haría recordar a los cubanos su artículo del viernes y nuevamente elogió “tu valiente y sabia decisión”.
Aunque el horizonte de riesgo está explícitamente colocado frente a los cubanos, Castro no elaboró mayores conclusiones, como tampoco lo hizo el viernes, sobre las expectativas que mantiene acerca del impacto de la situación venezolana en su país.
En una breve conversación con periodistas extranjeros, el canciller Felipe Pérez Roque evitó igualmente aventurar posibles desarrollos.
“No se ha decidido que Chávez no está en la presidencia”, dijo el ministro. “Solamente se ha rechazado, por una estrecha votación, un proyecto de reforma. Chávez es presidente y ha sido elegido hasta el año 2013, así que tenemos tiempo para pensar en todo”.
Parece que la percepción oficial cubana es, con la fuerte advertencia de Castro por delante, la de observar fijamente la situación en Venezuela y, en cualquier caso, adoptar previsiones para eventuales desajustes, en un momento en el que la economía de la isla tiene una alta exposición a cualquier variable en aquel país.