Usted está aquí: martes 4 de diciembre de 2007 Cultura Pervive en Rusia tesis de Tolstoi para educar mediante el amor

Selma Ancira habla del tomo final de su tetralogía publicada por Ediciones Era

Pervive en Rusia tesis de Tolstoi para educar mediante el amor

La traductora pretende acercar al lector a la persona humana que se oculta detrás del literato

Queda pendiente de dar a conocer en español sus textos religiosos y algunos pedagógicos, dice

Presentará Correspondencia II, el domingo 9, en la sala Manuel M. Ponce de Bellas Artes

Mónica Mateos-Vega

Ampliar la imagen Selma Ancira ayer, en Coyoacán, durante la entrevista con La Jornada Selma Ancira ayer, en Coyoacán, durante la entrevista con La Jornada Foto: Cristina Rodríguez

El mundo y la obra de León Tolstoi sólo son comprensibles mediante el amor, afirma Selma Ancira, quien presenta el último tomo de su tetralogía dedicada a difundir los diarios y la correspondencia del autor de La guerra y la paz, para acercar al lector al ser humano que se oculta detrás del literato.

Cartas a Rainer Maria Rilke, Bernard Shaw, Máximo Gorki y Mahatma Gandhi, entre otros personajes, están incluidas en el libro publicado por Ediciones Era, en el que se perfila un hombre en el ocaso de la vida, “alguien que ha hecho un camino muy largo y espinoso, que empezó siendo carnívoro, cazador, guerrero y que ahora vemos en contra de la guerra, vegetariano, preparándose para enfrentar a la muerte de una forma muy distinta al común de las personas”, explica la traductora en entrevista con La Jornada.

Sufrimiento para crecer

Luego de haber hurgado en los 13 tomos que conforman los diarios de Tolstoi y en su vasto acervo epistolar, Selma Ancira considera que quedan varios pendientes para ser traducidos al español, como sus escritos sobre religión y textos pedagógicos.

El novelista ruso “hizo libros de texto en los que propone una educación mediante el amor y la comprensión. Este material es usado hoy día en escuelas de Rusia, en particular en algunos orfanatos donde viven niños cuyos padres son alcohólicos y están imposibilitados para cuidarlos.

“En esos lugares, los maestros y tutores de los pequeños han sido preparados siguiendo los preceptos de Tolstoi y es evidente que los niños son distintos a los de otros hospicios: son felices, las ideas del escritor funcionan. Es la manera de entender el mundo de este autor aplicada al ser humano, aun en esas condiciones de abandono.

“Por ejemplo, tiene un libro que les enseña las letras mediante pequeñas historias, pero no banales, sino con una moraleja tolstoiana. Me gustaría mucho ahora ofrecer esto.”

En el segundo tomo de la correspondencia de Tolstoi –con el que se completa la colección de cuatro libros que hace ocho años inició Selma Ancira, con Diarios, tomos I y II, y Correspondencia, tomo I– se descubre al escritor “maduro, pero siempre inquieto y lleno de contradicciones. Este volumen comienza cuando el autor tenía 52 años, con una carta al zar en la cual le pide que se perdone a los asesinos de su padre. Ahí comienza un camino que traté de ir siguiendo: su evolución y crecimiento como ser humano.

“Por otra parte, está la relación con su mujer, la cual fue muy difícil y conflictiva pese a que tuvieron 13 hijos y ella lo ayudaba mucho, le pasaba en limpio los manuscritos de sus novelas. Creo que sus diferencias fueron porque hubo un momento en que crecieron como personas siguiendo líneas divergentes, la distancia que se abrió entre ellos fue grande.

“Por eso él huyó, porque no encontró ningún tipo de eco en su casa. En sus cartas se queja de que sus hijos están en una cosa y él en otra. Por ejemplo, en una le dice a un hijo que ojalá siga mucho tiempo enfermo y muy grave, porque sólo entonces pensaría las cosas con profundidad y madurez. Tolstoi ahondaba en el malestar y en la enfermedad para poder crecer.”

Pasar la tría del tiempo

–¿Cómo era su relación con el mundo intelectual?

–Nula, porque fue buscando la esencia y entre los escritores de su época no la encontraba. En una carta dice que no hay que leer a los autores contemporáneos, sino dejar pasar cien años para saber si realmente quien escribe vale la pena, si un escritor ya pasó la tría del tiempo. Decía que había que centrarse en los clásicos, en ver quién quedó de la literatura latina, quién del medievo, quién del siglo XVIII.

“En cambio, cuando leyó Los hermanos Karamázov, de Dostoyevski, estaba muy impresionado; él sí era su par. Pero a Bernard Shaw lo pone pinto por su humor, pues no le gustan para nada las bromas, siempre piensa en la seriedad y le dice en una carta: ‘pienso que este libro suyo (Man and Superman, 1902) no expresa sus puntos de vista en su desarrollo amplio y claro, sino únicamente en su estado embrionario’.

“Trabajar en este proyecto ha sido un doble placer para mí, por un lado, Tolstoi me enriqueció en muchos aspectos de mi vida, y por otro, pude ofrecer al público la traducción de sus escritos, los cuales no sólo han cambiado plumas, sino la forma de ver el mundo en varias personas. En estos libros tenemos la intimidad de un escritor que no se disfraza, que no juega a ser lo que no es, todo el tiempo hace un muy exhaustivo análisis de conciencia. Un Tolstoi difícilmente va a volver a nacer.”

El libro Lev Tolstói: correspondencia 1880-1910 será presentado el domingo 9 en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes (avenida Juárez y Eje Central, Centro Histórico).

Participarán el bisnieto del autor, Vladimir Tolstoi; la cantante rusa, Elena Frolova, y Selma Ancira, entre otros. La cita es a las 12 horas.

 
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