Jazz
Patricia Carrión – Ki Lat Jazz – Juan Pablo Villa
Después de una vida entera en el canto, el pasado 24 de noviembre Patricia Carrión presentó su primer disco de jazz, Mujer de Luna, en el Centro Nacional de las Artes (en el año 2000 sacó uno de música ranchera bajo el título de Patricia Carrión con el Mariachi Oro Juvenil). La cantante, dueña de una de las voces más amplias y poderosas que se han escuchado por estos rumbos del planeta, estaba mal de una rodilla y tuvo que salir en silla de ruedas.
En el disco la acompañan tres de los mejores pulsos del jazz en México: Miguel Villicaña al piano, Agustín Bernal en el contrabajo y Gabriel Puentes en batería, logrando un inmejorable soporte para la Carrión. Este trabajo se realizó en 2002, y en 2006 Patricia viajó a Chicago para grabar la voz y hacer la mezcla (donde por cierto su voz quedó un poco alta). “Lamentablemente”, ninguno pudo estar en la presentación del sábado, y entrecomillamos el lamento porque en su lugar aparecieron Baldomero Jiménez, Omar Anguiano y Eddy Vega, otros tres maestros de primer nivel.
En Mujer de Luna Patricia Carrión presenta 13 de sus composiciones en un amplio mosaico de posibilidades sonoras, buenas intenciones y, eventuales, logros poéticos. Hay piezas estupendas, como Ana’s song y De Luna, pero en otros momentos se pretende decir tanto y tanto que las estructuras se endurecen, el ejercicio lírico se satura y las líneas melódicas se quiebran de acartonadas. Esta mujer tiene suficiente voz como para colmar diez vidas consecutivas. Ojalá encuentre la fórmula para abordar de mejor manera los accidentados laberintos de la composición.
El miércoles 28 de noviembre Ki Lat Jazz presentó su álbum debut Atemporal, en El Vicio, allá por los rumbos de Coyoacán. El grupo, conformado hace poco tiempo para participar en el primer Encuentro de Jazz de Mazunte, circula bajo la batuta del guitarrista Eduardo Tejedo, y va directo al tema, con elegancia y sencillez, sin complicaciones. Es el jazz en zapatillas. No quiere ni descubrir nuevas rutas ni despejar la tercera incógnita. Ellos sólo quieren tejer jazz ligero y de calidad. Y lo hacen bien.
Entre las múltiples formas que ha tomado y seguirá tomando el jazz, caben todas las posibilidades, y un poco más. A Ki Lat Jazz le vino en gana instalarse en la Tierra de la Fantasía, entre sabores de malvavisco, delicadeza y candor. Ya es cuestión de gustos y de niveles de glucosa. Claudia Bramnfsette, la vocalista, maneja un impecable sentido de la ternura y un melodioso timbre que despertaría las envidias simultáneas de Bella, Cenicienta y Blanca Nieves.
En el otro extremo del universo, y dos hoyos negros más allá, se encuentra Juan Pablo Villa, cantor y chamán. Su quehacer artístico nos ha ido mostrando, desde hace casi una década, las infinitas posibilidades de la sensibilidad, la creación, la improvisación y la cultura del riesgo. Este año, el maestro nos presenta un trabajo solista de voz, objetos y looper bajo el título de La gruta de Baba, donde la elevación y los disminuidos, las curvaturas, las inflexiones, los gritos, las variables y los puntos de quiebra son apenas la plataforma de donde parte su discurso vocal.
Además, no sólo canta sus temas (creados e improvisados en el momento mismo de la presentación). También trae por ahí un par de temas cardenches. “La canción cardenche llegó a mi vida en momentos críticos y decisivos –comenta el cantor–. Ha sido, sin duda, fuerza y dirección para mi voz y mi vida. En 2006 tuve la oportunidad de estar en Sapioriz, Durango, conocer a los cardencheros actuales, empaparme de la energía de su tierra, y de la fuerza de sus cantos y voces. Decidí, entonces, tomar dos temas de esta música como una manifestación vocal mexicana”.
Juan Pablo es un inagotable hacedor de espirales, un criptólogo consumado, un pinche ángel rebelde que a golpes de cuerdas vocales ha derribado murallas y descifrado arcanos, y con ellos juega y canta y rasga y nos convida de la nueva estética con que dibuja sus conciertos. Por si quieres asomarte, él se presenta este 5 de diciembre en el Auditorio B del IPN Zacatenco (a un lado del Auditorio Jaime Torres Bodet). Esto va a empezar a las siete de la noche y la entrada es libre. Salud.