Numerosas plantaciones, abandonadas a causa de la migración
Prevén desplome de la caficultura en Veracruz
Trasnacionales acaparan compras y castigan el precio del grano
En México se paga menos que en Brasil y Costa Rica: CNOC
Ampliar la imagen Según el Consejo Nacional de Organizaciones Cafetaleras, un cortador gana entre 100 y 120 pesos al día por una jornada de 10 horas; por ello, muchos prefieren emigrar Foto: Sergio Hernández Vega
Coatepec, Ver., 6 de diciembre. Las contingencias meteorológicas, el abandono de cultivos por la migración de sus propietarios y la cada vez más escasa mano de obra para el corte de café provocarán un desplome de la producción de casi 50 por ciento, en comparación con los 1.4 millones de quintales (de aproximadamente 46 kilogramos cada uno) obtenidos en la cosecha pasada.
Entre 400 mil y 600 mil quintales del grano dejarán de producirse en la cosecha 2007-2008, una de las más bajas de la década, pronostican los agricultores.
Este panorama se recrudece con el oligopolio de cinco empresas transnacionales, que concentran la mayor parte de la compra del grano mexicano y mantienen castigado el precio desde hace cinco años.
De los 85 mil cafetaleros veracruzanos registrados en el padrón de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), al menos 30 mil resentirán la merma en la producción en la presente cosecha y dejarán de percibir unos 70 millones de pesos. Cada hectárea requiere una inversión promedio de mil 100 pesos.
Los fenómenos meteorológicos afectaron municipios de la zona alta, entre ellos Coatepec, Cosautlán de Carvajal, Teocelo, Xico, Jilotepec, Huatusco, Totutla, Zentla, Comapa y algunas partes del corredor Córdoba-Omealca.
Las principales regiones cafetaleras en Veracruz (Huatusco, Córdoba y Coatepec) iniciaron la cosecha en octubre –en algunas zonas altas se pospuso hasta noviembre–, pero la actividad se ha reducido a cortes esporádicos debido a la escasez de grano en las matas.
Ello obedece principalmente a las heladas tardías en las regiones montañosas y a las intensas lluvias, que hicieron que la flor no alcanzara a desarrollar el grano.
“No pegó la flor. Se cayó y nos fregó a todos”, dice Dionisio Zayas, cafetalero de la región de Llano Grande, en el municipio de Teocelo.
Con cinco hectáreas cultivadas, Zayas ahora sólo ocupa a dos peones. El año pasado, con 10 cortadores, no se daba abasto. “No sacaremos ni para pagar el corte”, señala.
“Que se desplome por mitad la producción es un golpe severo. Tendremos una de las épocas más difíciles”, explica Erasmo Ferto Díaz, presidente del Consejo Regional del Café. El dirigente instó a las autoridades federales a que activen los programas de compensación del precio, financiados con recursos fiscales y aprobados por el Congreso de la Unión para 2008. En 2007 dichos fondos sumaron mil 25 millones de pesos.
El Presupuesto de Egresos 2008 incluye una partida de mil 500 millones de pesos para apoyar el cultivo de café. De esta suma, 530 millones de pesos se integraron al Programa de Fomento Productivo, 300 millones al Fondo de Garantía y 410 millones son para la renovación de cafetales.
Ferto Díaz aseguró que los subsidios canalizados a través de estos programas serán insuficientes si no se resuelven los dos principales problemas del sector: el oligopolio de las transnacionales y la migración de productores y cortadores.
Recordó que cinco empresas controlan la compra de café cereza (grano maduro de color rojizo o amarillo): Agroindustrias Unidas de México, ligada a Ecom Agroindustrial Corporation Ltd y a Atlantic Coffee; Exportadora de Café California, relacionada con Neumann Kaffe Gruppe; Expogranos Mexicanos, de Hercop Coffee Group; Becafisa, de Volcafe Holding Ltd, y Nestlé.
Esas compañías pagan el café a un precio de entre 3.40 y cuatro pesos, hasta 30 por ciento más barato que en Costa Rica.
“Por un café de calidad prima lavado se podría pagar no menos de 4.40 pesos por kilogramo; por el de altura deberían ser no menos de cinco pesos, pero a los caficultores locales se les compra hasta en 3.50 pesos”, explica Fernando Celis Callejas, asesor del Consejo Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC).
México, apunta, es el único país donde el grano se compra a un precio inferior a las cotizaciones de Nueva York y Londres, e incluso inferior a lo que se paga en Costa Rica y Brasil.
A este abuso de las empresas se suma la migración, una amenaza creciente para el sector. Ya no es sólo el abandono de los cafetales, sino que ahora se prevé escasez de mano de obra para la recolección.
“En 10 horas de trabajo y con una cosecha abundante, un cortador llega a ganar entre 100 y 120 pesos por día, cortando y cargando entre 25 y 30 kilogramos de grano. La gente prefiere irse”.
Muchos cortadores que acudían a las cosechas anuales en Coatepec y Huatusco ahora se emplean de albañiles en Córdoba, Jalapa y el puerto de Veracruz, pero la mayoría se fue a Estados Unidos.
Si no hay quien recolecte el grano, advierten los lugareños, solo habrá dos caminos: la mecanización de la cosecha –cara y dificultosa por la orografía– o usar los predios para otros cultivos, como la caña de azúcar.