Reconoce que por su personalidad afectó intereses y posiciones en el panismo
Espino se disculpa al dejar la dirigencia de AN; el desafuero, entre sus “logros”
Pide a consejeros no desperdiciar su voto en revanchismos
No entrar a la onda grupera, demanda Abascal al nuevo presidente del blanquiazul, quien fue ungido frente a Calderón, su amigo de juventud
Ampliar la imagen Carlos Abascal, José Espina, Manuel Espino y Héctor Larios durante el acto en que Germán Martínez fue electo dirigente nacional del PAN Foto: Notimex
En una valoración de su estadía al frente de la dirigencia nacional del PAN, Manuel Espino ponderó el reposicionamiento de su partido en el quehacer de la política nacional, justificó las omisiones atribuibles a su dirigencia y, sobre todo, dio la bienvenida a Germán Martínez Cázares, para quien pidió el respaldo de todos los consejeros, quienes votaron ayer por mayoría en favor del michoacano.
El discurso de Espino fue terso y contrastó con su postura de enfrentamiento con el nuevo dirigente. En la misma tónica, Carlos Abascal emitió una apología de Martínez Cázares y lo conminó a sostener la unidad de los panistas sin caer “en la onda grupera”.
En la sede nacional del blanquiazul, el último día de Espino al frente de la dirigencia nacional reveló el acercamiento final con su sucesor, tras meses de ataques directos e indirectos. Con actitud amable, emitió una recomendación a los consejeros de su partido a impulsar “decididamente” la candidatura de su oponente.
“Es preciso comprometernos todos a respaldarlo y hacer valer su autoridad; es necesario depositar en él nuestra lealtad institucional y expresarle nuestra sincera solidaridad con la delicada responsabilidad de dirigirnos durante los siguientes tres años hacia el cumplimiento de la tarea orientada a satisfacer las demandas de justicia social de todos los mexicanos”.
El discurso de Espino redundó en resaltar que, por encima de las naturales diferencias de opinión, se provea a Germán Martínez de la confianza y el acompañamiento del trabajo diario de los panistas: “terminemos la jornada este día con un jefe nacional fuerte, respaldado por todos los aquí presentes, como corresponde a nuestro deber de consejeros nacionales. Estará aquí, con las potencias de su alma dispuestas para ser presidente nacional, el licenciado Germán Martínez Cázares. Cuando llegue el momento, no desperdiciemos nuestro voto en revanchismos y mezquindades que destruyen la posibilidad del bien. Démosle la oportunidad de tendernos la mano y rencontrarnos en el hermoso espacio común de nuestro partido”.
Criticado por muchos en el PAN por su “notable autoritarismo”, Manuel Espino reconoció que en su gestión hubo aciertos y desaciertos, logros alcanzados por todos y “omisiones atribuibles a mi dirigencia”, dijo.
“Pero puedo afirmar con verdad que en todos hay la enorme satisfacción de haber obrado con recta intención y total respeto por nuestra doctrina y nuestras tesis de política práctica”.
También reconoció haber afectado intereses y posiciones en el panismo a consecuencia de su personalidad:
“Me hago cargo de mi temperamento; por ello, si como presidente del partido, en el debate de ideas o de los posicionamientos políticos se ofendió con mi proceder, pido perdón aún como presidente, porque es lo que corresponde entre personas de bien que comparten el humanismo político como orientación de vida”.
“Cerramos el paso al populismo”
Entre las satisfacciones de Espino enunciadas en su mensaje destaca su participación, junto a Vicente Fox, en el proceso de desafuero de Andrés Manuel López Obrador, cuando era jefe de Gobierno del Distrito Federal.
“Durante los últimos 20 meses de gobierno, compartimos con el entonces presidente Vicente Fox Quesada el reto de cerrar el sexenio resolviendo juntos el problema político que estuvo a punto de instalar el populismo demagógico como presidente de la República. Así, recuperamos confianza ciudadana y abonamos a la posibilidad de ganar, por segunda ocasión consecutiva, la Presidencia del país”.
Más tarde, a la hora de la elección de Germán Martínez, éste cedió el turno a Carlos Abascal para que lo presentara como nuevo dirigente nacional panista.
Citándolo en cada uno de los párrafos de su discurso, llamándolo “don Germán Martínez”, el ex secretario de Gobernación emitió un mensaje barroco con una apología del michoacano de por medio.
La participación de Abascal fue interpretada entre los panistas como un cierre de filas que aglutinará a todos los grupos que integran el PAN en torno a Germán Martínez. Precisamente, Abascal Carranza solicitó a su nuevo dirigente, quien es un hombre cercano y responde a los intereses de Felipe Calderón Hinojosa, “no caer en manos de la llamada onda grupera (tribus). Para ello, Acción Nacional, así lo hemos platicado con Germán, deberá avanzar en enero con la reforma de sus estatutos en materia de selección de candidatos”.
En el PAN todo fue algarabía. Germán Martínez fue ungido como dirigente frente al presidente Felipe Calderón, su amigo de juventud; la mayoría de los consejeros le tributaron respaldo, y al término del acto, mientras los panistas se retiraban, la Banda Guasaveña, a la que perteneció Valentín Elizalde –el cantante asesinado por narcotraficantes el año pasado–, desbordaba en acordes el edificio que alberga la sede de ese partido.