“Acoso” contra subdirectora de secundaria diurna
Padres de familia de la secundaria diurna número 24 Leona Vicario denunciaron que continúa el acoso laboral y sicológico contra la subdirectora del plantel, Lesvia María Merino López, por denunciar “atropellos y prácticas irregulares en la escuela, como venta de papelería, discos compactos y servicio de escaneo, así como el cobro de cuotas por la credencial de estudiante o el acceso al taller de computación”.
En entrevista con La Jornada, aseguraron que ante la negativa de Merino López de “alinearse a las prácticas de corrupción que prevalecen en los planteles educativos, empezó una campaña de acoso en su contra, a pesar de que la subdirectora cuenta con el apoyo de la mayoría de los padres de familia, y particularmente de los alumnos, quienes mejor conocen su trabajo y trato cotidiano con la comunidad”.
Indagar a fondo, exigen padres de familia
Carmen Moya y Guadalupe Rodríguez, madres de familia de la secundaria diurna 24, ubicada en la calle de Fortuna y Misterios, en la colonia Guadalupe Insurgentes, en la delegación Gustavo A. Madero, señalaron que a pesar de haber solicitado una reunión con Enriqueta Rodríguez Rodríguez, directora operativa de secundarias de esa demarcación, “nunca nos dio respuesta, a pesar de que solicitamos que se realizara una investigación a fondo de los hechos que se imputan a la subdirectora”.
Por su parte, Merino López denunció que luego de darse a conocer las “irregularidades que encontré en el plantel, nuevamente comenzaron el acoso y las recomendaciones para que ya le baje, pues para el charrismo sindical, la administración escolar y los espacios gremiales son lo mismo, ya que operan como juez y parte”.
Sin embargo, reiteró que solicitará ante las autoridades correspondientes la realización de una “investigación a fondo de las supuestos errores que se me imputan, porque no se trata de que sea mi palabra contra la de ellos, sino de que se conozcan los hechos y se tome una decisión objetiva y justa”.
Denunció irregularidades
Con 32 años de experiencia como docente, dos maestrías y cuatro años como subdirectora en la secundaria Leona Vicario, Merino López aún corre el riesgo de ser destituida de su cargo, tras recibir tres extrañamientos administrativos por “impedir irregularidades que van desde el cobro de 200 pesos por acceder al taller de cómputo hasta la venta de aparatos electrónicos dentro del plantel”.
Resulta preocupante –insistió– que ante un sistema educativo que requiere urgentemente de docentes comprometidos no sólo con una educación de calidad, sino al servicio de alumnos y padres de familia, el “peor error” que puede cometer un maestro es combatir la corrupción y tratar de hacer lo mejor posible su trabajo para ayudar al mejoramiento de la calidad educativa, insistió.