Usted está aquí: lunes 17 de diciembre de 2007 Deportes AC Milán tomó revancha del Boca y conquistó el Mundial de Clubes

Con gran actuación del brasileño Kaká, el cuadro italiano doblegó 4-2 al sudamericano

AC Milán tomó revancha del Boca y conquistó el Mundial de Clubes

El partido iba 1-1 al inicio de la segunda mitad, pero tras el gol de Nesta el equipo argentino se desordenó

Sumó su decimoctavo título internacional

Estamos en la cima del orbe: Ancelotti

Agencias

Ampliar la imagen Los jugadores del AC Milán aprovecharon el desconcierto del Boca tras el segundo tanto para golearlo y llevarse el trofeo de mejor club del orbe Los jugadores del AC Milán aprovecharon el desconcierto del Boca tras el segundo tanto para golearlo y llevarse el trofeo de mejor club del orbe Foto: Ap

Yokohama, 16 de diciembre. Kaká confirmó hoy su condición de mejor jugador del mundo al conducir al AC Milán a una contundente victoria por 4-2 en la final del Mundial de Clubes, en la cual el equipo italiano tomó venganza ante Boca Juniors tras su derrota en 2003.

El goleador Filippo Inzaghi, con dos tantos, Alessandro Nesta y el propio Kaká desarticularon la resistencia boquense de la primera parte, que había finalizado 1-1. Los goles del equipo argentino fueron de Rodrigo Palacio y Pablo Ledesma.

El partido fue dirigido por la tripleta mexicana conformada por Marco Rodríguez, José Luis Camargo y Pedro Rebollar. Milán se convirtió en el primer equipo europeo en conquistar este certamen y ganó cinco millones de dólares, uno más que el subcampeón.

La primera parte no anunciaba un resultado tan abultado para los italianos. Ambos equipos jugaron de poder a poder en los iniciales 45 minutos, aunque el Milán siempre mostró más claridad y un toque de distinción cuando el balón pasaba por los pies de sus talentosos volantes Clarence Seedorf y Andrea Pirlo, y aún más cuando de manera intermitente llegaba a su mejor jugador, Kaká, flamante Balón de Oro.

Empate inicial

Pero Boca pudo contrarrestar el juego milanista y la posesión de la pelota era casi a partes iguales, hasta que llegó el primer gol italiano a los 20 minutos, cuando Kaká, en gran penetración y luego de un primer rebote en Hugo Ibarra, logró tocar al medio para la entrada de Inzaghi, quien sólo empujó la pelota a la red.

Boca reaccionó de inmediato, en lo que hasta ese momento parecía una copia de la final que ambos equipos jugaron hace cuatro años; en aquella ocasión con triunfo argentino en penales. Apenas dos minutos después del tanto milanista, Palacio empató con un cabezazo, sin marca alguna, tras un tiro de esquina cobrado por Morel.

Cuando la segunda parte parecía que repetiría el juego equilibrado de la primera, llegó el segundo gol del Milán. Pirlo sacó una falta desde la banda derecha, la defensa de Boca rechazó demasiado corto y el balón le quedó justo delante a Nesta, quien con un derechazo inapelable dejó sin opciones al arquero Caranta.

Allí comenzó un nuevo partido, porque Boca se desarticuló y dejó espacios que fueron aprovechados a la perfección por Kaká.

Boca pudo haber regresado al partido si el potente remate de Ibarra, cuando aún no se llevaban 15 minutos de la segunda parte, hubiera ido unos centímetros más a la derecha. Pero se estrelló en el palo izquierdo de la meta de Dida y Boca ya nunca estuvo cerca del empate.

A los 61 minutos, Kaká picó una vez más al vacío, se frenó ante Maidana, arrancó otra vez ya en el área de Boca y, ante la salida de Caranta, sacó un remate cruzado y corto que entró pegado al segundo palo, para el 3-1. “Pertenezco a Jesús”, se leyó una vez más en la camiseta que mostró el brasileño.

Y a partir de ese momento comenzó el festival de futbol de Kaká. Sus lujos engalanaron una final disputada en una fría noche y ante estadio lleno. Así, a los 71 minutos, el brasileño aprovechó un pase desde la derecha de Seedorf para, con un giro de cabeza y un toque sutil, dejar otra vez solo a Inzaghi, quien no tuvo problemas para empujar la pelota y marcar el 4-1.

El partido ya se había terminado en lo futbolístico, aunque Boca sintió el impulso de descontar, algo que logró a cinco minutos del final, cuando el recién ingresado Pablo Ledesma aprovechó una serie de rebotes para disparar a la puerta. Ambrosini se cruzó y desvió la pelota despistando al arquero brasileño Dida, para el 4-2.

También hubo tiempo para jugadas violentas que motivaron las expulsiones de Kakha Kaladze, por los italianos, y Ledesma por los sudamericanos.

Máximo ganador internacional

El conjunto europeo se convirtió así en el equipo con más número de títulos intercontinentales, después de ganar cuatro (1969, 1989, 1990 y 2007) de sus ocho finales. Además desempató con Boca en la cabeza de la tabla de clubes con más trofeos internacionales en el mundo, al sumar su título 18.

Kaká, quien marcó un gol y dio dos pases de anotación, fue nombrado el mejor jugador del Mundial y donó su premio de 128 mil euros a la Fondazione Milano y a su proyecto Holy Family Hospital en Nazaret. El Balón de Plata fue para Seedorf y el de bronce para Palacio.

El brasileño expresó su satisfacción por el logro, ya que “este trofeo me estaba faltando. Quiero dar las gracias a Dios por este año al haber ganado un título que es muy difícil de conseguir, estoy como en la Luna, es un sueño hecho realidad”, mientras el técnico Carlo Ancelotti dijo vivir “uno de los días más felices, porque estamos en la cima del mundo”.

En tanto, el Urawa Red Diamonds, de Japón, conquistó el tercer puesto al derrotar 4-2 al Etoile du Sahel, de Túnez, en penales, después que el tiempo reglamentario terminó con empate 2-2.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.