Andanzas
Heredarás el humo: Tania Pérez Salas
La danza es una actividad que se desvanece como el humo. Sin embargo, permanece en la tierra desde que las danzas de animales y Pithecantropus erectus, en los ancestrales rituales de fecundidad y otras manifestaciones vitales, demostraron la imperiosa necesidad de comunicarse, compartir el grito profundo de permanecer y reproducirse.
Actualmente, en el siglo XXI, la danza entre los humanos, sofisticada y sublimada en su manifestación artística en las altas esferas de la estética y múltiples aspectos conceptuales filosóficos creativos, flotando en los portales del tiempo-espacio-forma, firma su permanencia mediante un trabajo devorador de vidas y haciendas que consume todo, y mientras más le das, más requiere, porque vive en la espiral de humo; y el humo se desvanece, se va, desaparece. Piedras esculturas, libros fotos, video películas, etcétera, hoy atrapan el recuerdo de la forma instante luminoso y fugaz de su consistencia.
No basta una vida, ni una tras otra generación para mantener el milagro, el fuego encendido, pasado de mano en mano durante milenios para conservar el calor de la vida, la manifestación creativa. Es un ritual interminable de reiniciar, reinventar lo mismo, morir y volver a empezar.
Entonces, cuando en el aquí y el ahora, en la cultura del desperdicio y la autodestrucción se mira el milagroso florecimiento de la belleza, el talento, el movimiento exacto que traduce ancestrales secretos, nos afirma y consuela en una hermandad secreta de genes que aparecen flotando desde la noche del tiempo en un escenario cualquiera para recordarnos lo olvidado, pero latentes, entonces todos sabemos cuando esto, it, ahí está, es, y punto. El fuego sagrado, la estafeta de la carrera por sobrevivir el estúpido horror, parece haber llegado a nuestras miles de manos ansiosas por creer, ver, renovar el milagro de simplemente la verdad insólita.
Se antoja entonces pensar, bueno, y cómo salvaremos esto, cómo conservarlo, difundirlo a otros, continuarlo. Y entonces, no hace falta más que una brevísima mirada a la realidad circundante para ver los piedrones, las dificultades que tienen los artistas, los coreógrafos y bailarines de verdadero talento para continuar. Créanme, puede ser enormemente desgastante y desalentador.
Afortunadamente, muchos lo logran. Se imponen y se hacen fuertes en sus bastiones y parece vivirán eternamente, pero de pronto desaparecen y toda la obra, la montaña inmensa de sacrificios y solidaridades compartidas se viene abajo, es humo, se fue de un soplo. No preveíamos, o no nos dejaron, no hay continuidad, planificación, experiencia escalonada asimilable... ¿Cómo salvar la herencia?, ¿cómo dar su lugar a los otros, su honor y gloria, abriendo el camino a los nuevos talentos?, ¿se deshojarán luchando contra la jauría?, ¿aguantarán vivir flotando? ¿Quién va a soltar todo lo que logró en la vida?, ¿cuál es la herencia, quién el albacea, los beneficiarios?, ¿avanzará el país, la cultura nacional, en el reparto de utilidades?
Tania Pérez Salas y su grupo han consolidado una compañía hermosa y fuerte. Ella ha sabido obtener ayuda, sensibilizar a empresarios llenos de todo, permitiéndose dar un poquitín a la cultura, a una mujer sumamente trabajadora y talentosa que sabe lo que quiere y lo que puede, y como ella, ya hay varias personas y grupos que han crecido lo suficiente con su talento para demostrar lo que ya cumplió, pero inamovible, uf, siempre ahí, hasta que el destino nos alcance. Total, siempre se puede empezar, siempre hay sangre nueva.
Pero yo opino que los talentos tienen que cuidarse y darles todo lo necesario para crecer en una nueva época. Ya es tiempo de encarar la realidad.
Deben proporcionarse nuevas oportunidades al talento, y éste debe fundirse en la cultura nacional, nada es personal, individual para siempre. ¿Seríamos capaces de tener un ballet Kirov, una tradición como la Ópera de París, de Lyon, de Holanda, de Nueva York?... ¿Seríamos capaces de hacer, fomentar estrellas para conveniencia del espectáculo, de la nación en sí?...
La danza, diezmada en multitud de grupitos, donde nadie puede realmente sobrevivir de una forma estable, profesional, a cabalidad en un proyecto de impulso nacional, se podría... ¿Valdría la pena?...
Geniales bailarines andan de grupo en grupo sin rescate posible, ¿a quién le importa? ¿Acaso no es la danza el patito pobre de la cultura? Hagamos números. Como Pérez Salas, hay otros grupos de enorme potencial, pero ella ha dado pasos sustanciales en el asunto del patrocinio, es un camino importante, árido, difícil, ¿habría convenios más sólidos y estables Estado-empresas?...
Fue una hermosa función la del día 11 en Bellas Artes, con todo y problemas con el audio. Ningún estreno,