Usted está aquí: miércoles 19 de diciembre de 2007 Opinión Bajo la Lupa

Bajo la Lupa

Alfredo Jalife-Rahme

La desregulada militarización estadunidense del espacio

Ampliar la imagen El presidente Vladimir Putin durante la ceremonia en que se otorgaron reconocimientos del Estado en el Kremlin, el jueves 13. Putin viajaría más tarde ese día a Bielorrusia en una visita que fue observada atentamente en busca de señales de que los dos vecinos ex soviéticos avanzan hacia una fusión largamente discutida El presidente Vladimir Putin durante la ceremonia en que se otorgaron reconocimientos del Estado en el Kremlin, el jueves 13. Putin viajaría más tarde ese día a Bielorrusia en una visita que fue observada atentamente en busca de señales de que los dos vecinos ex soviéticos avanzan hacia una fusión largamente discutida Foto: Ap

Cuando EU fue derrotado en la guerra de Vietnam pudo reposicionarse mediante dos magistrales jugadas geoestratégicas en la década de los 70 y los 80: uno, la alianza de la dupla de EU en la etapa del dúo Nixon-Kissinger, con la China de Mao-Tse-Tung (que pocos años más tarde abrió la puerta de la globalización económica al mandarín Deng-Xiao-Peng) contra la URSS; y el mayor engaño de la humanidad: la Guerra de las Galaxias, técnicamente conocida como Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI, por sus siglas en inglés) del presidente Reagan, que se tragaron en forma cándida los estrategas de la extinta URSS (ver Bajo La Lupa, “Duopolio sino-ruso frente a EU: la sombra de Ogarkov”, 14/8/07; y “Guerra de las galaxias: China desafía a EU”, 28/1/07).

Es nuestra hipótesis que la catastrófica derrota de EU en las arenas movedizas de Mesopotamia lo obligan a elevar la puja en el espacio sideral con medios militares para aplicar su prodigiosa tecnología mediante la cual intentará recuperarse de sus múltiples debacles en la etapa aciaga del régimen torturador bushiano.

Una de sus panoplias principales se formula mediante su provocación universal que pretende colocar su sistema nacional misilístico-antibalístico en suelo europeo como preámbulo para desplegar la captura del espacio sideral en forma unilateral y dejar sembrados en tierra y mares a sus principales rivales geoeconómicos euroasiáticos del RIC (Rusia, India y China).

Si la ex URSS en la etapa absurda de Andropov-Ogarkov, frente al montaje hollywoodense de la Guerra de las Galaxias, será muy difícil que la dupla geoenergética muy exitosa de Putin-Medvedev en la fase de la muy triunfal Gazpromcracia (ver Bajo la Lupa 16/12/07) emule a sus derrotistas antecesores.

Todo lo contrario: el zar geoenergético global Vlady Putin ha recurrido a todos los medios diplomáticos y a una serie de medidas militares geoestratégicas contra-ofensivas para contrarrestar la nueva puja tecnológica unilateral de parte del régimen torturador bushiano, que intenta adueñarse del espacio sideral mediante su nuevo despliegue bélico, la “miniguerra de las galaxias”, es decir, su Sistema Nacional Misilístico Antibalístico que involucra a Polonia y a la República Checa, dizque para defenderse de los lejanos misiles chiítas iraníes: un vulgar cuento texano que no piensa deglutir la dupla geoenergética Putin-Medvedev, lo cual ha reincendiado los rescoldos separatistas desde los Balcanes hasta el Cáucaso.

La realización de las intenciones de EU en el área de la desregulada militarización unilateral en el espacio sideral puede llevar a un cambio radical e irreversible del equilibrio estratégico bélico internacional en la geoestrategia en favor de Washington.

Para conseguir su propósito, el complejo militar industrial estadunidense promueve activamente la colocación de armamentos letales en el espacio sideral.

La desregulada militarización unilateral del régimen torturador bushiano del espacio sideral, cerca de la Tierra, permitirá a EU llevar a cabo la creación del Sistema Nacional Misilístico Antibalístico, con el fin de prevalecer la única potencia en el espacio y garantizar la supremacía estadunidense en el área tecnológica.

El libre acceso al espacio sideral constituye una condición importante para el progreso técnico-científico con la consecuencia de su aplicación comercial que genera importantes dividendos. Así las cosas, es muy probable que la desregulada militarización unilateral del espacio sideral servirá al régimen torturador bushiano como un instrumento importante de la más elevada estrategia para la contención de sus adversarios geoeconómicos actuales (el BRIC: Brasil, Rusia, India y China).

En las condiciones actuales, el régimen torturador bushiano se obstina en impedir la prohibición internacional total sobre sistemas de defensa antimisiles colocados unilateralmente en el espacio sideral.

Una concreción de acuerdos internacionales en la materia por mínimo que fuese desembocaría inevitablemente en una cierta limitación del acceso irrestricto a las actividades estadunidenses en el espacio sideral que colisionaría con sus intereses egoístas.

De ahí se deriva que algunas restricciones de actividades estadunidenses en el espacio sideral, determinadas por los acuerdos internacionales sobre el control de los armamentos, serían “extremadamente peligrosas (¡súper sic!)”, desde el punto de vista de los intereses nacionales de EU.

El Tratado del Espacio Sideral representa el contexto de referencia legal internacional que prohíbe a sus firmantes colocar armas nucleares o cualquier otro tipo de armamento de destrucción masiva en la órbita terrestre, instalarlas en la Luna o en cualquier otro cuerpo celeste, o bien estacionarlas bajo cualquier propósito seudopacifista, así como ejercer maniobras militares o establecer bases y fortificaciones bélicas.

Sin embargo, el tratado no deroga expresamente la colocación de tecnologías de uso dual (tanto civil como militar), tal como los rastreos láser, pero prohíbe explícitamente a cualquier gobierno el reclamo de propiedad de cualquier recurso celeste como la Luna u otros planetas, ya que ambos son patrimonio de la humanidad y no están sujetos a ninguna enajenación catastral ni a ninguna soberanía en particular.

Pese a su hipócrita condena de los ensayos chinos en el espacio sideral, el régimen torturador bushiano prosigue la misma conducta con la instrumentación de sistemas semejantes.

El Pentágono acaba de publicar una considerable cantidad de documentos doctrinarios, donde el foco de atención del espacio sideral se centra en la realización de actividades bélicas. Entre tales documentos doctrinarios destaca el Plan del Pentágono para Controlar el Espacio Sideral (Noah Shachtman.com, 27/1/07), según el cual uno de los caminos principales para la solución del conjunto de tareas consiste en asegurar el funcionamiento perfecto de la infraestructura cósmica estadunidenseal unísono del control total del espacio sideral cerca de la Tierra y de los objetos en órbita, así como la implementación de sistemas militares para poner fuera de funcionamiento total o temporal los aparatos enemigos.

A la fecha, por fortuna todavía no se encuentra ningún tipo de armamento en el espacio sideral. Quedan bien claros los fines aviesos del régimen torturador bushiano y el “peligro” verdadero que provoca su implementación que flagelan los genuinos intereses de la humanidad en la biosfera.

EU se ha caracterizado por votar cada año en contra de las propuestas que restringen la desregulada militarización unilateral del espacio sideral.

El óptimo abordaje para el beneficio del bien común en la biosfera consiste en concretar acuerdos internacionales, donde figuren no solamente las grandes potencias militares (v.gr. aquellas que desean participar en la carrera armamentista del espacio), sino también que incluya la supervisión ciudadana global.

 
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