Si continúa el deterioro en la calidad de vida no será extraña la protesta obrera
El incremento, miserable, critican diputados
El incremento de 4 por ciento al salario mínimo, que alcanza 2 pesos con 2 centavos al día, ubica a la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CNSM) como una “entelequia que apesta y cuesta al erario más de 30 millones de pesos anuales”.
Diputados de los partidos del Trabajo (PT), de la Revolución Democrática (PRD) y Convergencia rechazaron por “indigno” el anuncio de las autoridades de la Secretaría del Trabajo, y advirtieron que de seguir el detrimento en la calidad de vida de los mexicanos no será extraño observar movilizaciones de trabajadores, cuyo resultado podría ser la violencia social.
José Antonio Almazán, legislador del PRD y secretario de la Comisión de Trabajo en San Lázaro, la emprendió contra el titular de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social.
“Sin decoro alguno, el secretario patronal del trabajo, Javier Lozano Alarcón, se adelantó a la CNSM, anunciando que el dizque incremento a los salarios mínimos será acorde con la inflación esperada para 2008, que la alquimia de los datos oficiales sitúa en 3.8 por ciento anual. Los 2 pesos en promedio que el funcionario anunció no alcanzarán ni siquiera para comprar medio Gansito o la mitad de una latita de 200 gramos con chiles jalapeños; a lo sumo servirá para adquirir un boleto del Metro”.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, 5 millones 273 mil trabajadores perciben hasta un salario mínimo y 8 millones 660 mil ganan de uno a dos diarios. Es decir, 13 millones 933 mil personas, que representan 32.5 por ciento del total de la población económicamente activa en México, sobreviven con un régimen salarial de subsistencia.
De acuerdo con datos del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, el costo de la canasta básica alimentaria recomendable asciende a 100 pesos con 69 centavos, “lo cual significa que los miserables incrementos a los salarios mínimos, impuestos por el gobierno espurio de Felipe Calderón apenas alcanzarán para adquirir la mitad de esa canasta básica”.
Paraíso de la oligarquía mexicana
Con enojo, el secretario de la Comisión de Trabajo refirió que el gobierno de Calderón da continuidad a la política de topes salariales impuesta por Vicente Fox, pues durante la gestión del guanajuatense los incrementos a las percepciones mínimas en México fueron a la baja.
Para Almazán, el país se ha convertido en el paraíso fiscal de las grandes trasnacionales y de la oligarquía mexicana, “que prácticamente no pagan impuestos y sí disponen de millones de trabajadores con salarios de hambre para garantizar su insaciable sed de ganancia”.
Por su parte, Emilio Ulloa Pérez, presidente de la Comisión de Cultura, advirtió que tan “miserable” incremento a las percepciones mínimas contribuirá, una vez más, a ahondar las diferencias sociales y afectará la posibilidad de acercar la cultura, la lectura y la música culta y popular a millones de ciudadanos.
“No debe sorprendernos la mediocridad del gobierno de Felipe Calderón. Nos preocupa, por el contrario, que los mexicanos se vean impedidos de desarrollarse intelectualmente. ¿Cómo pretendemos que jóvenes y niños cambien de visión de país si desde las altas esferas de poder los condenan a la mediocridad y a la posibilidad de considerar siquiera la movilidad social en sus vidas?”, comentó el legislador por el sol azteca.
Para José Manuel del Río, diputado por Convergencia, el anuncio del incremento de 4 por ciento a los salarios mínimos “se manifiesta como una lápida, cada vez más pesada, para los trabajadores y sus familias; me pregunto hasta cuándo tolerará nuestra sociedad que las autoridades impongan una política de miseria y hambre. De seguir así la situación no será posible siquiera para pretender que los mexicanos nos desarrollemos”.
Silvano Garay, diputado por el PT, advirtió que el anuncio del incremento a los salarios mínimos implicará permanentemente la posibilidad “de un desbordamiento social; resulta inadmisible que no volteen a mirar la difícil situación económica de millones de mexicanos; que no nos extrañe que las movilizaciones sociales y de trabajadores puedan desembocar en violencia”.