Cantatas = eternidad

¿Qué obra de Bach?, la que usted quiera. Todas contienen lo perfecto, todas esas partituras son sinónimos de alas de ángel. Si me permiten les recomiendo las cantatas, esa celebración de lo divino al parejo de lo pagano que incluyen lo mismo una deliciosa Cantata del Café, que escribió Bach para celebrar su delectación por las tazas diarias de café que disfrutaba, o bien ese conjunto de aves cantando dentro de una catedral que asemeja su Oratorio de Navidad.

Por lo pronto, entre el cúmulo magnífico de cantantas, sugiero el álbum titulado J.S. Bach Alto Cantatas (discos elatus) con la mezzosoprano Monica Groop. Desde el primer instante nos envuelve esta música en un estado del alma muy cercano al estado de gracia, nos conecta de súbito con lo hermoso, lo esencial, lo íntimo. Nos ata de inmediato con la divinidad. Cuando el escucha se percata, tiene muchos minutos (¿horas? ¿días? ¿años? ¿una eternidad?) que escucha desde adentro de sus párpados, que son cortinas que mueve la música de Bach.