Usted está aquí: domingo 23 de diciembre de 2007 Política Malestar en el agro por omisiones e ignorancia de Calderón: Héctor Padilla

Malestar en el agro por omisiones e ignorancia de Calderón: Héctor Padilla

Roberto Garduño

Las graves omisiones e ignorancia del gobierno de Felipe Calderón, sumadas a la carencia de una política agraria capaz de enfrentar la inminente apertura comercial total, provocarán un fenómeno de desestabilización social cuyas consecuencias serán inimaginables, advierte Héctor Padilla, presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados.

A escasos ocho días de abrirse la frontera a los productos agrícolas estadunidenses, el legislador priísta prevé una situación “extremadamente difícil, porque a lo largo de estos 14 años, más el presente que lleva la actual administración, no se ha definido una política de respaldo a los campesinos del país, como si el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) fuera lo más apropiado para México.

Con Vicente Fox, añade, no hubo un solo planteamiento para el campo ni durante el gobierno de Ernesto Zedillo. Ahora, sigue, con la actual administración, las cosas “andan al garete, como si los productores, sin el apoyo del Estado, pudieran definir sus propias políticas y actividades”.

Subraya los casos de la leche y el azúcar, productos que se dejarán al libre comercio a partir del primero de enero y que son considerados “altamente sensibles”, ya que involucran a 90 por ciento de los productores rurales de México.

El impacto será enorme y desastroso para la economía nacional, vaticina el legislador, porque la política de desarticulación del campo, orquestada desde el régimen priísta con Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, y el panismo con Vicente Fox y ahora con Felipe Calderón, ha destruido los instrumentos institucionales que daban fortaleza al agro.

“El campo entró en crisis por los productos que se desgravan, lo cual propició una gran crisis de precios y el éxodo de mexicanos a Estados Unidos. Ahora hay una circunstancia que aminora el impacto y ésta es externa, no es ninguna decisión doméstica del gobierno mexicano: obedece al incremento en el precio de los granos determinado por Estados Unidos, porque le dará un destino diferente al maíz en lugar de mandarlo al mercado internacional. Esto da un respiro que debemos aprovechar en México para replantear nuestra política agropecuaria. Pero el problema es dónde está la propuesta del gobierno de Felipe Calderón”, apunta.

La agudización de la crisis del campo, explica Héctor Padilla, incluye una baja de producción o desabasto que afectará irremediablemente al resto de la sociedad. Menciona como ejemplo el incremento al precio de tortilla de enero pasado. Éste, dice, no le pegó directamente a los productores, pero sus efectos negativos se reflejaron en la mayoría de la sociedad, lo cual propició una amenaza de desestabilización, por el incremento brusco de un “producto sensible”.

“Esa es la situación que se tiene ante el debilitamiento institucional en el campo. México era una potencia en desarrollo agrícola, en desarrollo de tecnología para el sector. Ayudamos a combatir hambrunas en otras partes del mundo, en África e India exportamos tecnología, pero al quitarle dinero al ramo se dejó de generar producto, y es terrible porque en México tenemos científicos que han sido galardonados desde hace muchos años.

“El gobierno destruyó el sistema de asistencia técnica y de extensión, acabó con la Productora Nacional de Semillas, que era una empresa modelo en el mundo en lo relativo a producción y abasto. Se dejó el terreno a las empresas transnacionales, que son las únicas dueñas del mercado en este momento.”

–No sólo las trasnacionales aprovechan las omisiones gubernamentales; otros beneficiados son los monopolios nacionales –se le plantea.

–En el sector pecuario se produjo una enorme concentración de los elementos de producción y comercialización, convirtiéndose en oligopolios. En lo relativo a la carne de pollo tenemos el caso de la fusión de empresas y ahora sólo tenemos tres grandes firmas en el país. Esa es la situación en lo tocante a la leche y a la carne de cerdo. Por fortuna son miles los productores nacionales, aunque han surgido dos grandes empresas, como Lala y Alpura.

“Tenemos un gran desorden, un desastre y no hay una estrategia para darle articulación a la actividad productiva y seguridad a los productores rurales. Esto nos puede llevar al caos. Hasta hoy, en el gobierno de Felipe Calderón no hay nada concreto para dar cauce a la actividad agropecuaria. No hay un planteamiento serio ni formal que dé orden o que determine las grandes prioridades en un entorno de competencia internacional, de articulación con el mercado de Norteamérica, y entonces en este contexto a qué vamos a jugar.”

–¿Esta omisión gubernamental a qué conducirá en las próximas semanas?

–A la desestabilización social. Se va acentuando en el campo la falta de actividad productiva que genere ingresos. Se han fortalecido las actividades ilícitas y vamos a entrando a un asunto de seguridad nacional. Hay regiones enteras con una amplia presencia de cultivos ilícitos a falta de opciones. Dominan bandas de criminales que empiezan a controlar zonas y gobiernos locales, y esto no podemos negarlo. Uno se pregunta qué hay que hacer ante ese escenario; el gobierno no tiene claro o no tiene voluntad para hacerlo.

–Si no hay voluntad del gobierno, ¿qué les espera los productores agrícolas?

–Ante la inmovilidad del gobierno, ante la ignorancia, el desconocimiento de cómo se articulan las actividades rurales y con el convencimiento pleno de que el mercado arregla todo, esta situación es muy grave.

–Frente a la consolidación de monopolios y la ignorancia del gobierno federal ¿qué se prevé?

–Los productores se organizan para defender sus derechos o corren el riesgo de desaparecer; así de sencillo es el asunto. Creo que muchos le van a apostar a organizarse y aplicarán estrategias para enfrentar el desentendimiento del Estado y definir, desde la misma sociedad, las líneas que garanticen el sustento y el abasto de la sociedad.

 
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