Los trabajos de restauración, por órdenes del párroco, denuncian feligreses
Sin autorización del INAH cambian imagen a Cristo e iglesia de Santa Cruz
Vecinos piden frenar el deterioro del templo
Se usa el atrio de estacionamiento
Ampliar la imagen Atrio y fachada de la iglesia de Santa Cruz de Jerusalén Atoyac, en la delegación Benito Juárez, la cual ha sufrido remodelaciones sin autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia, señalaron vecinos Foto: Josefina Quintero
Sin ninguna autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el párroco de la iglesia de Santa Cruz de Jerusalén Atoyac, Sergio Oliva Martínez, inició trabajos de remodelación del templo y la restauración del Cristo de Pasta de Caña, pese a que están catalogados como monumentos históricos, pues datan del siglo XVI, denunciaron feligreses.
No conforme con ello, afirmaron los también vecinos de la colonia Santa Cruz Atoyac, en la delegación Benito Juárez, el atrio de dicho monumento histórico es usado como estacionamiento público, por el cual se cobra una cuota sin contar con el permiso porque no es un establecimiento mercantil, y este servicio se difunde tanto en oficinas como fondas de la zona.
Los integrantes de la Asociación de Residentes de la colonia Santa Cruz Atoyac manifestaron que en dos ocasiones el párroco de la iglesia solicitó la cooperación para la restauración del templo y los trabajos de demolición se realizaron por donaciones a través de una constructora, por ello solicitaron el apoyo del INHA y se percataron que no había intervenido cuando se trata de un monumento.
Posteriormente empezaron los trabajos de restauración del Cristo de Pasta de Caña, y relataron que “cuando la gente se dio cuenta de los cambios en la imagen, el 14 de septiembre anterior, se solicitó la intervención de la directora de conservación del INAH, Carmen Castro Barrera, quien emitió el oficio número 401-1401/1120, de fecha 28 de noviembre de 2007, en el que informa al párroco que después de una visita que se realizó a la parroquia “no existe proyecto autorizado para la intervención del Cristo de Pasta de Caña”.
Además, la intervención realizada “puede calificarse no sólo de inadecuada, sino como una alteración injustificada y de un completo desconocimiento de los criterios de restauración”.
Ante los señalamientos por el mal trato a la imagen, los vecinos solicitaron la intervención de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos, encabezada por el arquitecto Agustín Salgado Aguilar, para que verificara si los trabajos iniciados estuvieron autorizados y el trato al monumento se realizó de acuerdo con los lineamientos establecidos en las leyes.
Los permisos registrados ante el INAH para el proyecto de obra del templo son del 16 de enero 2006 y los trabajos, manifestaron, se iniciaron antes. La autorización de la restauración del Cristo es un oficio con fecha del 17 de noviembre de 2007, posterior al inicio de los trabajos.
Durante un recorrido con el titular de la coordinación de monumentos del INAH, los vecinos hicieron saber sus inconformidades respecto del templo. Aseguraron que el lugar fue cuidado por sus antepasados y en 1957 quedó en manos de los sacerdotes, “por ser precisamente un monumentos histórico, de capilla pasó a parroquia, por eso luchamos por su preservación”, indicó el sucesor de la familia Hernández Peredo.
Los vecinos no quieren que continúe el deterioro y buscan su preservación, pero el temor surge “porque las decisiones del párroco nunca están sujetas a votación y dañan directamente a la comunidad”, indicó.
Sobre los señalamientos de los residentes, el coordinador nacional de Monumentos Históricos, Agustín Salgado Aguilar, rechazó que los trabajos que se realizan para el rescate y preservación del templo afecten el monumento.
Señaló que a la gente le gusta más la piedra al natural, “pero es un error, producto de la historia porque hubo un abandono del templo, entonces las generaciones actuales ya vieron todo al natural, producto del abandono, no de un sistema de construcción. No es gusto y fundamentos teóricos, sino conocimiento de sistemas constructivos”.
Reconoció que existen visiones encontradas entre los residentes: “hay dificultades por opiniones de qué hacer con su monumento histórico, que es de los pocos que tenemos del siglo XVI. Entonces el INAH ha estado asesorando en los último momentos”.
Salgado remató que el cuidado y la protección del sitio se han realizado ante el abandono que tuvo en su momento, por lo que “tenemos que revertirlo si queremos conservar lo que nos queda de monumento, pero si vamos a hacerle caso a los gustos los sentenciamos a perderlo”.