El obispo Raúl Vera acompañó a Mariana Villarreal, quien fue golpeada en el asalto
Interpuso diócesis de Saltillo denuncia por robo en centro de derechos humanos
El prelado dice que las agresiones surgieron tras su defensa de las sexoservidoras de Castaños
Saltillo, Coah., 26 de diciembre. La diócesis de Saltillo interpuso una denuncia ante la Procuraduría General de Justicia del estado (PGJE) por el allanamiento de las oficinas del Centro Diocesano para los Derechos Humanos, ocurrido el 20 de diciembre.
La secretaria Mariana Villarreal Contreras, quien fue golpeada y secuestrada por los dos encapuchados que allanaron el centro, acudió al Ministerio Público a presentar la denuncia. La diligencia se realizó entre las 12 y las 14 horas, lapso en que la mujer estuvo acompañada por el obispo Raúl Vera López.
Jackie Campbell, vocera de la diócesis, informó que la querella se presentó y se ratificó en la agencia receptora de denuncias de la PGJE, contra quienes resulten responsables por los delitos de lesiones, robo agravado y allanamiento de morada.
La noche del jueves 20 de diciembre, dos sujetos, con los rostros cubiertos con pasamontañas, usaban guantes y calzaban botas tipo militar, irrumpieron en las instalaciones del Centro de Derechos Humanos, cuyas oficinas se localizan en el obispado, a un costado de la casa donde habita el obispo Vera.
Pedro Pantoja, titular de la Pastoral Social de la diócesis de Saltillo, dijo que en las oficinas se encontraba sólo la secretaria Villarreal Contreras, quien fue sometida por los dos encapuchados y luego de golpearla la mantuvieron encerrada en un baño.
El pasado lunes 24 de diciembre, con una férula alrededor del cuello, Villarreal Contreras apareció junto al obispo Vera en una conferencia de prensa donde informaron a la prensa local sobre estos hechos.
Vera López explicó que la denuncia fue presentada por Villarreal Contreras por ser la persona agredida. El obispo afirmó que los dos individuos buscaban los expedientes sobre derechos humanos: “el allanamiento tuvo que ver con la actividad que realiza el Centro Diocesano para los Derechos Humanos”.
En el curso de la semana, el prelado señaló que las acciones intimidatorias en su contra, que van desde amenazas de muerte hasta la irrupción violenta en sus oficinas, “coincidentemente” han arreciado a raíz de que empezó a defender de manera pública a las 13 trabajadoras de la zona de tolerancia de Castaños, Coahuila, que fueron violadas por un pelotón militar.