Harán buen papel en Pekín: Mussi Chaya
Pese a adversidades, los atletas se han preparado
Sería lamentable que por las diferencias entre dirigentes deportivos del país, en el pasado reciente, México dejara de conquistar medallas en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, consideró José Mussi Chaya, presidente de la Asociación Mexicana de Medallistas Olímpicos (AMMO).
El también titular de la Federación Mexicana de Frontón (FMF) comentó que tampoco debe “darse por perdido el actual ciclo olímpico”, el cual llegará a su fin en agosto próximo en China, porque “tengo la seguridad de que así como hubo atletas que no pudieron prepararse a plenitud por los problemas que vivieron sus federaciones, otros sí lo lograron”.
Insistió en que “los competidores nacionales, pese a las adversidades con las que se topan para lograr su mejor preparación, siempre se imponen por la entrega con la que trabajan”; de allí que confía en que los deportistas de la organización que dirige harán un buen papel en la justa asiática.
Sin embargo, Mussi Chaya ha percibido que al final del presente año “existe voluntad de los dirigentes de trabajar unidos. Creo que es concepto clave en el deporte nacional, que se den cuenta de que más allá de cualquier interés, juntos pueden trabajar por un fin común; el beneficio del atleta”.
Dijo que ahora deben estar unidos para buscar que se brinde a Iridia Salazar, medallista olímpica en taekwondo, una invitación para que esté en Pekín, “porque ha demostrado calidad y puede hacerlo en los Juegos Olímpicos” una vez más.
Puntualizó que al parecer las diferencias que se dieron en deportes como atletismo y basquetbol, por mencionar sólo los más sonados, están por resolverse, y eso influirá de manera positiva.
Por lo que se refiere a la AMMO, consideró que falta mucho por hacer para lograr que si no todos, por lo menos sí la mayoría se integre al trabajo conjunto de la organización, porque sus mienbros deben ser un ejemplo para la sociedad en general, y para los deportistas en particular, de cómo se esforzaron para conseguir una medalla, a la que todos aspiran, aunque pocos la obtienen.