Bajará consumo del sector público y adelantará horario
Lanza gobierno argentino plan de ahorro de energía
Pretende evitar cortes a la industria como ocurrió este año
Buenos Aires, 29 de diciembre. El gobierno argentino lanzó un plan de ahorro de energía que incluye la reducción del consumo en el sector público y el adelantamiento de 60 minutos en el huso horario a partir del domingo para paliar el déficit y evitar cortes a la industria como los que rigieron en 2007.
El plan ordena racionalizar el uso de energía eléctrica en todos los ámbitos del sector público y va desde el apagado de lamparillas de uso ornamental en edificios y monumentos, hasta la regulación de aclimatadores en 24 grados centígrados para extremar el ahorro.
Pero el eje central del plan es el adelantamiento de una hora en los relojes que regirá a partir de las cero hora del domingo y hasta el 16 de marzo con el objetivo de aprovechar al máximo la luz solar, según la ley aprobada días atrás en una sesión parlamentaria convocada de urgencia por el Ejecutivo.
El gobierno de Cristina Kirchner pretende sortear la demanda durante el verano y alejar el fantasma del colapso energético.
El plan estipula facilidades crediticias para la compra de electrodomésticos cuya tecnología garantice un consumo inferior, así como el reemplazo de las lamparillas tradicionales por otras de bajo consumo.
El gobierno espera eludir en 2008 la racionalización de energía a la industria que tuvo que aplicar el ex presidente Néstor Kirchner durante parte de 2007.
Los recortes de suministro a grandes usuarios le valieron críticas de los sectores productivos, que reclamaron sin suerte que la racionalización recayera sobre toda la población para atenuar el impacto sobre la industria, uno de los pilares de la política de la actual mandataria.
Según el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, el plan permitirá al menos un ahorro de uno por ciento sobre la demanda eléctrica nacional, lo que equivale a cerca de 175 megavatios.
El crecimiento sostenido de la economía y las escasas inversiones en el sector de generación eléctrica terminaron en un cuello de botella para el sistema eléctrico argentino.