Los gobernadores, por revisar el TLCAN agrario: Cárdenas Batel
Prevé el mandatario ola de inestabilidad similar a la del tortillazo
Aún es tiempo, advierte
Tangancícuaro, Mich., 30 de diciembre. El gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel, aseguró que hay consenso entre sus homólogos de distintos partidos para que se revise el capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Previó que ante la inminente liberalización del comercio de granos en un contexto de incertidumbre del mercado, podría producirse una ola de protestas e inestabilidad social, derivado de la obvia desventaja competitiva del campesinado mexicano frente a los agricultores subsidiados de Estados Unidos y Canadá.
Advirtió de algo “igual o peor” a esa competencia asimétrica, cuando empresas estadunidenses importen maíz mexicano sin control, ya sea para producir etanol, uso pecuario u otros, en detrimento de la soberanía alimentaria.
Dijo que comparte la preocupación de “casi todas las organizaciones campesinas”, que han coincidido en oponerse al tratado, porque “no se trata de algunos productos más; no son calzado o textiles chinos, sino los granos, que constituyen la base alimentaria del pueblo de México”.
Se trata, dijo, de maíz y frijol, de profunda raíz histórica y cultural, por lo que consideró que es urgente tomar medidas de protección que impidan una crisis social mayor.
De esta forma, señaló, las perspectivas no serían sólo de competencia desigual ante el “subsidio muy grande (que da) Estados Unidos para su agricultura, sino que podría repetirse la pequeña prueba de inestabilidad que se vivió con el alza a la tortilla a principios de año, ahora ante la probable especulación o franca escasez del grano que pudiera reorientarse a satisfacer el abasto de materia prima en producción de biocombustibles”.
Se trata, dijo, de una “preocupación cualitativamente diferente y mayor”, por lo que no dudó en calificar la apertura agropecuaria de “riesgo muy, muy grande en términos de soberanía alimentaria; un riesgo enorme para el país, muy delicado si no se regulan las importaciones y las exportaciones. Sería algo muy grave”, asentó.
Si bien el mercado de granos ha mostrado crecimiento en los últimos meses –pero con perspectiva incierta– que podría no dejar tan abandonados a los productores en una primera etapa, “como país quedaríamos desvalidos, amarrados, por un producto que se estaría moviendo por intereses distintos al interés de México”, explicó.
Por lo que, dijo, “aún es tiempo de tomar las medidas que debieron emprenderse años atrás, desde que sabíamos que se iba a dar esta apertura (...) para evitar problemas más graves”.
E insistió: “hay que tomar acciones, por eso los distintos gobernadores estamos en contacto, y hay una coincidencia generalizada para revisar el capítulo agropecuario o como país estaríamos en una clara desventaja”, concluyó.
–¿Hay señales de que puedan tomarse esas medidas en el gobierno de Felipe Calderón?
–Hay programas, pero han sido insuficientes; falta que se den pasos más concretos.