El acuerdo, que traería desarrollo y modernidad, disparó importaciones y desempleo
En 14 años, el TLCAN apuntaló el dominio de firmas foráneas en México
El atraso ha expulsado en este lapso a 4.5 millones de connacionales, según cifras oficiales
Al paso de cuatro presidentes, dos surgidos del PRI y dos del PAN, la apertura de México iniciada en 1994 con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), consolidó el dominio de empresas extranjeras sobre la economía del país, las cuales han invertido 295 mil millones de dólares; permitió importaciones masivas que sólo en el sector manufacturero han generado un déficit de 200 mil millones de dólares, y posibilitó que los mexicanos más poderosos enviaran 60 mil millones de dólares para depósitos en cuentas bancarias y la compra de acciones de empresas en el extranjero.
México se volcó al campo internacional pero en condiciones poco favorables para impulsar su desarrollo.
Entre 1994 y septiembre de 2007, la economía mexicana registra una tasa de crecimiento anual de 3.02 por ciento en promedio, una de las más bajas en la región latinoamericana, a pesar de que en este lapso los grandes capitales internacionales ingresaron al país 295 mil millones de dólares, destinados particularmente a la adquisición de empresas y bonos de la deuda interna gubernamental.
Con estos recursos, el saldo de la inversión extranjera en México llega a 587 mil 945.5 millones de dólares. Esto es, una cantidad equivalente a 66 por ciento del producto interno bruto (PIB) de 2007, es decir, dos terceras partes del valor de la producción nacional.
El sector más afectado de la economía nacional es, sin duda, el campo.
De acuerdo con informes oficiales del Banco de México y del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), la tasa de crecimiento de la producción agropecuaria en el país fue de 1.9 por ciento en los 14 años pasados.
En términos generales, puede considerarse al campo como el más afectado, hasta ahora, con la apertura comercial. La participación agropecuaria en el PIB pasó de 6.1 por ciento, en 1993, a 3.7 por ciento, en el tercer trimestre de 2007.
El saldo de las asimetrías entre las economías de México, Canadá y Estados Unidos se ha observado particularmente en la migración. Según el Consejo Nacional de Población (Conapo), en los pasados 14 años habrían emigrado del país 4.5 millones de mexicanos. Esto, por los niveles de pobreza, la falta de oportunidades y la escasez de inversiones para generar empleos.
Pero este sector no ha sido el único mal parado con la apertura “a la modernidad”. Según datos del INEGI, la tasa de crecimiento de la industria en México fue de 2.97 por ciento anual en promedio a partir del 1º de enero de hace 14 años. En las manufacturas, el área más dinámica de este sector, más de 22 por ciento de los establecimientos que operaban antes de la entrada en vigor del TLCAN, cerraron definitivamente sus puertas.
Aunque basados en el sistema de muestreo, y por tanto con relativas limitaciones, las encuestas del INEGI permiten observar que de las 6 mil 856 empresas encuestadas, al menos mil 500 establecimientos industriales cerraron sus puertas para siempre.
Pero también se puede observar que en octubre de 2007 la industria manufacturera establecida en México operaba con 14.3 por ciento menos trabajadores que en diciembre de 1993, a escasos días de iniciarse la apertura comercial que supuestamente llevaría al país a la modernidad, según pregonaba el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994).
De manera más específica, los indicadores del INEGI en materia de empleo dan muestra de que el desarrollo fue una quimera del TLCAN, pues en el sector manufacturero del país ninguna de las ramas industriales que lo integran reporta crecimiento en el personal ocupado. La desocupación actual afecta a un millón 800 mil personas, una dimensión sin precedente, que implica un crecimiento de 194 por ciento sólo en los pasados siete años.
Las ramas manufactureras más afectadas han sido: la textil, prendas de vestir y del cuero, en la cual fue despedido 35 por ciento del personal que laboraba en diciembre de 1993; la industria de la madera y sus productos, con una contracción laboral de 33 por ciento; el sector de minerales no metálicos, con una caída de 20.3 por ciento en el empleo y la de fabricación de sustancias químicas, derivados del petróleo y plásticos, con casi 16 por ciento menos trabajadores.
Saldo del intercambio comercial
La apertura comercial de México iniciada con el TLCAN tuvo como objetivo central el impulsar la capacidad exportadora del país y convertirla en “el motor del crecimiento” nacional.
Sin embargo, el saldo de la balanza comercial, es decir, el resultado neto entre el ingreso por ventas de productos en el exterior, menos el gasto por la adquisición de mercancías se mantiene deficitario para el país, y en los pasados 14 años significó una pérdida neta de divisas por 81 mil 645 millones de dólares, de acuerdo con registros del INEGI.
Efectivamente, las exportaciones crecieron con el TLCAN. A tal grado, que en octubre y noviembre de 2007 el ingreso de divisas por este concepto equivalió al total obtenido en todo 1993. Pero el gasto por la importación de las mercancías aumentó. Y la estructura deficitaria de la balanza comercial se mantuvo invariable; sólo cambiaron las magnitudes y las pérdidas.