2007, año de convulsiones: la arquidiócesis
La Arquidiócesis de México consideró que en 2007 padeció “convulsiones sociales” que le provocaron “enfrentamientos francos y difíciles”. Destacó el sostenido con integrantes de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y el gobierno capitalino por su oposición a la despenalización del aborto, así como el “asedio” de diversos grupos a la Catedral Metropolitana y las “agresiones” que sufrió el cardenal Norberto Rivera Carrera por sus declaraciones o actitudes.
Asimismo, las acusaciones que en contra del religioso se interpusieron en la Corte Superior de California, Estados Unidos, por presunta protección al sacerdote pederasta Nicolás Aguilar Rivera.
El vocero de la curia, Hugo Valdemar, minimizó en este recuento las diferencias que tuvo el cardenal con medios de comunicación y ofreció para el siguiente año mayor apertura.
De nuestra parte, y así me lo ha comentado el cardenal –indicó– “no hay una ruptura, no hay una situación de rechazo. Queremos en el próximo año entablar una relación que se finque en la cordialidad, en la mutua colaboración y si bien ya no estará dando las conferencias semanales, está abierto a diferentes entrevistas, diferentes encuentros con ustedes”, sostuvo a los reporteros.
Para el presbítero, 2007 fue “un año difícil, muy pesado; tuvimos situaciones críticas, de grandes controversias. La del aborto quizá fue la más dura. Sin embargo, como dice el dicho, lo que no mata fortalece, nos sentimos fortalecidos y sobre todo estamos seguros de que lo que hicimos fue lo correcto: defender la vida hasta sus últimas consecuencias”.
Sostuvo que el incidente del 18 de noviembre pasado, cuando un grupo de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador irrumpió en el recinto en protesta por el repique de campanas durante la realización de la tercera asamblea de la Convención Nacional Democrática provocó que “pudiéramos sentarnos a dialogar (con el gobierno capitalino y con el Partido de la Revolución Democrática), que pusiéramos sobre la mesa las diferencias y que ahora empiece una nueva etapa de colaboración y comprensión mutua”.
En el recuento que ayer fue publicado en el periódico Desde la Fe, se indicó que la arquidiócesis transformó en “la batalla contra el aborto” la idea gestada desde el siglo XIX sobre una “Iglesia acrítica, no opinante, lejana de las dificultades cotidianas de un Estado democrático”.
No obstante, admitió que pese a su oposición, el 24 de abril “se conjuró el crimen y bajo el amparo del derecho, durante los primeros 100 días de la entrada en vigor de esta ley, mil 474 mujeres optaron por asesinar legalmente a sus hijos y convertir sus vientres en tumbas”.
Cuestionó que por este caso “algunos círculos políticos” presentaran una queja ante la Secretaría de Gobernación para “silenciar” al cardenal Rivera Carrera y a Hugo Valdemar, y aunque el Estado mexicano “resolviera en favor de la libre manifestación de ideas” en este asunto, criticó que el Congreso de la Unión aún no tome en cuenta la propuesta de reforma constitucional en materia de libertad religiosa presentada por el Colegio de Abogados Católicos.
La Arquidiócesis de México consideró que las 22 ocasiones en que, dijo, se violentó la seguridad de la Catedral Metropolitana representan “un antitestimonio democrático en el que se vulneró el derecho del otro sólo por su pensamiento político, por su liberad de expresión, libre asociación y participación social”. No olvidó mencionar, sin embargo, que tras los hechos se dio el acuerdo de seguridad para el recinto.
En la lista también ubicó las denuncias que se presentaron contra el cardenal Rivera en California, aunque las atribuyó a la Red de Sobrevivientes de Víctimas de Abusos Sexuales de Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés) y no a dos jóvenes atacados por el presbítero Nicolás Aguilar Rivera. La curia resaltó que la información que al respecto prevaleció en los medios fue especulación con falta de sustento.
La instancia católica sostuvo que aún queda como “herida abierta” la resolución del asesinato del sacerdote Richard Junios Sander, ocurrido el 28 de julio, en la colonia San Rafael.