A 15 años de TLCAN, crece la brecha en productividad
Los subsidios en EU, veinte veces mayores que en México
Después de 14 años de que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la productividad del sector agropecuario mexicano no ha logrado mejorar lo suficiente como para acortar la brecha que existe con los países socios de este acuerdo comercial (Estados Unidos y Canadá), y tampoco se ha mejorado el nivel de ingreso ni los salarios de los trabajadores del campo.
Por otro lado, se ha reducido la participación del sector agropecuario en el producto interno bruto, al pasar de 7.9 por ciento en 1988 a sólo 3.4 en 2005, lo que agravó el desequilibrio estructural de la economía nacional, que se refleja en bajos ingresos y reducción dinámica de los mercados internos, revela un análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP).
Además, las ventajas arancelarias que aparentemente recibió México de parte de sus socios del TLCAN se han erosionado gradualmente por diversos factores, como la revaluación cambiaria, el aumento de subsidios que otorgan los gobiernos de Estados Unidos y Canadá a sus productores agrícolas y los acuerdos comerciales que Washington ha suscrito durante los años de operación del tratado con países cuya producción agropecuaria compite con la mexicana.
El estudio, titulado Los subsidios agrícolas en los países del TLCAN, señala que por esos factores México comenzó a perder presencia en las importaciones agropecuarias de Estados Unidos, incluyendo productos en los que fue exportador de elevada competitividad, como tomate, café y frutas.
El CEFP, organismo dependiente de la Cámara de Diputados, afirma que las barreras no arancelarias y las prácticas desleales de comercio (dumping y subsidios) que utilizan gobiernos y productores agrícolas de los socios de México, es lo que más ha afectado el desarrollo del sector agropecuario, ya que esas prácticas han generado una competencia desleal, en detrimento de los agricultores mexicanos.
Cabe aclarar que los subsidios directos e indirectos son aquellos recursos que otorgan los gobiernos a los productores para facilitarles el acceso a los mercados externos en condiciones ventajosas.
En años recientes, Estados Unidos se consolidó como principal productor y exportador de productos agropecuarios. Se estima que en 2006 el valor total de la producción de ese país ascendió a más de 265 mil millones de dólares, de los cuales 44 por ciento corresponde a bienes agrícolas, 45 a ganaderos y 11 por ciento a productos forestales y servicios.
Debido a los subsidios de Estados Unidos y las quejas de sus socios comerciales, la Organización Mundial de Comercio (OMC) emitió una resolución por la cual se obliga a Washington a limitarlos a un máximo de 55 mil millones de dólares anuales.
Se estima que en 2006 Estados Unidos otorgó subsidios directos e indirectos de 150 dólares por hectárea a cada productor, en promedio, mientras en México fueron de 45 dólares y en Canadá de 52.
Además, ante la caída de los precios internacionales de algunos cereales en 2004, Estados Unidos aplicó otros mecanismos de apoyo, como la eliminación de cuotas al tabaco, que fueron sustituidas por un pago único cada 10 años; se instituyó un fondo de compensación de pérdida de ingresos para lecheros, que se amplió hasta 2007, y se decidió que los pagos a productos como aceite de oliva, lúpulos, algodón y tabaco se incorporarán gradualmente al esquema de pago único a partir de 2006. En tanto, Canadá introdujo en 2004 el programa de Ingresos Agrícolas para otorgar pagos extraordinarios a sus agricultores.
Pese a las limitaciones impuestas por la OMC para la reducción de subsidios, entre 2000 y 2005 Estados Unidos otorgó apoyos agropecuarios por 611 mil 300 millones de dólares, mientras en el mismo periodo los subsidios otorgados por México ascendieron a 46 mil 300 millones de dólares y en Canadá a 51 mil 400 millones.
El estudio señala que los subsidios totales estadunidenses en 2005 fueron casi 20 veces superiores a los que en ese año otorgó México. Para el periodo 2004-2008 se calcula que Estados Unidos subsidie, de acuerdo con la Ley Agrícola de 2002, con más de 150 mil millones de dólares a sus productores agrícolas, mientras en México se prevé que no excederán de 27 mil millones de dólares.