Mägo de Oz, remedio contra la soledad
“Creo que la gente joven merece respeto y tiene que pensar, incluso estar en desacuerdo con lo que nosotros pensamos; queremos que lean libros y por eso los discos de Mägo de Oz tienen mucho de literatura y de poesía. No deseamos que en las escuelas a los niños se les introduzca El Quijote a empujones, a los 11 años. Eso es una locura. Una persona joven debe leer cosas de su edad”, expresó ayer, en conferencia de prensa, Txus di Fellatio, baterista del grupo español que anunció que el próximo abril iniciarán en México una gira por más de 18 ciudades.
En sus conciertos ahora promueven el disco La ciudad de los árboles, “inspirado en un cuento que descubre la historia de un bosque encantado donde los árboles se transforman en personas que al morir no han podido cruzar la frontera entre la vida y la muerte.” (Está heavy… metal.)
Armonías ninfómanas
Txus añadió: La ciudad de los arboles es un disco lleno de armonías ninfómanas, de estrofas canallas, de amoríos de contrabando. Sus canciones huelen a besos furtivos en el rincón de un bar, a güisqui barato en compañía de almas gemelas. Tiene el sabor de la alegría y del olvido, sabe a abrazos fronterizos entre la melancolía y las ganas de vivir… Porque a pesar de todo, necesitamos sonreír, porque a pesar de todo necesitamos canciones para tapar la boca a la tristeza, porque a pesar de todo… ¡todavía amanece gratis!”
La charla se realizó en su casa disquera, donde proyectaron el video del primer sencillo, titulado Y ahora voy a salir (Ranxeira), que es una ranchera heavymetalera, la cual dedican a sus fans mexicanos. La verdad, el video se bien hermanos Almada. El Txus dijo: “el video de esta canción se grabó en una finca en las afueras de Aranjuez, Madrid. La filmación estuvo a cargo de Rafa Sañudo y está basado en la película clásica Grupo salvaje, que se sitúa justo en la frontera de México con Estados Unidos.”
Firman autógrafos
Hoy harán su primera mega firma de discos, en el Mixup de Monterrey; mañana harán lo mismo en Gudalajara y el sábado en el Mixup de Cuicuilco del Distrito Federal. La última firma de autógrafos en México fue toda una experiencia, pues estuvieron dándole a la pluma más de nueve horas. Hasta el último fan. “A ellos –a los fans– les debemos todo; estamos muy comprometidos con los pequeñajos”, dijo Txus, quien fundó el grupo con otros amigos en 1988.
Abundó en que su nuevo disco está lleno de “armonías ninfómanas, es decir, de música que quiere disfrutar, que no mira con quién; la palabra ninfómana refiere esa persona que no se sacia nunca. No es sobre lo sexual, sino para huir del ostracismo, de la melancolía. La música es la mejor pastilla que se ha inventado contra la soledad y la tristeza”.
Recordó que vinieron por primera vez a México en 1999 “y tocamos en Neza, Chalco y Ecatepec, porque sabíamos que para ganarnos el respeto no teníamos que ir directamente al Auditorio Nacional. Teníamos que empezar desde muy abajito”.