Usted está aquí: domingo 3 de febrero de 2008 Política La xenofobia contra los migrantes atenaza a demócratas y republicanos

La creciente fuerza de los latinos podría decidir el resultado de los comicios en EU

La xenofobia contra los migrantes atenaza a demócratas y republicanos

Barack y Clinton se debaten entre garantizar “seguridad” o impulsar amplia legalización

Mientras McCain apoya una reforma integral, Romney es partidario de la línea dura

David Brooks (Corresponsal)

Ampliar la imagen El senador demócrata Barack Obama, hijo de un inmigrante africano El senador demócrata Barack Obama, hijo de un inmigrante africano Foto: Ap

Ampliar la imagen Hillary Rodham Clinton se abre camino hacia  la Casa Blanca, un sitio que ya conoce Hillary Rodham Clinton se abre camino hacia la Casa Blanca, un sitio que ya conoce Foto: Ap

Ampliar la imagen El republicano John McCain, otro de los aspirantes a suceder en el cargo a Bush El republicano John McCain, otro de los aspirantes a suceder en el cargo a Bush Foto: Ap

Ampliar la imagen Mitt Romney, conservador también, ha definido la inmigración ilegal como una plaga Mitt Romney, conservador también, ha definido la inmigración ilegal como una plaga Foto: Ap

Washington, 2 de febrero. Los cuatro principales precandidatos presidenciales –dos demócratas y dos republicanos– abordaron el tema de la migración en los últimos debates antes de que más de 20 estados celebren sus elecciones primarias el próximo 5 de febrero, en el llamado Supermartes.

El tema, aunque no está entre los más importantes en las encuestas –primero están la economía, la guerra y la salud–, sí figura entre los más decisivos de la contienda.

En el lado republicano hay una feroz presión de sectores antimigrantes. Del lado demócrata es un poco más complicada la situación: los candidatos han tenido que equilibrarse sobre la cuerda floja entre el aspecto de “seguridad” (particularmente en la frontera) y el de promover una fórmula que lleve a un tipo de legalización de los indocumentados, pero evitando la palabra “amnistía”.

También hay presión sobre ambos en favor de una reforma: para los republicanos está el consenso entre el sector privado, que desea un programa de trabajadores huéspedes, ya que requiere de cierta estabilidad en la oferta de mano de obra.

Para los demócratas, la intensa competencia por el voto latino y de parte del sector sindical presionan en favor de una reforma migratoria integral. Los precandidatos están midiendo todo esto con la complicada lógica de cuál fórmula gana más votos (o por lo menos, cuál pierde menos).

A continuación, las posiciones más recientes de los cuatro precandidatos sobre migración presentadas en los debates y discursos días antes del Supermartes.

Los votos de blancos, latinos y afros

Con un intenso esfuerzo para superar la ventaja significativa de su contrincante Hillary Clinton por el voto latino, Barack Obama –cuyo padre fue inmigrante africano– ha tomado la posición más liberal.

En respuesta a una pregunta en el debate del jueves entre él y Clinton sobre si los afroestadunidenses sufren económicamente por la presencia de inmigrantes, Obama recordó su trabajo como organizador comunitario entre despedidos del sector siderúrgico de Chicago, los cuales eran de todas las razas, y afirmó:

“Antes de que se presentara esta última ronda de inmigrantes ya había un desempleo enorme entre la juventud negra. Entonces, creo que sugerir que, de alguna manera, el problema que estamos viendo de desempleo en sectores urbanos es atribuible a los inmigrantes es intento de convertirlos en chivos expiatorios, algo en lo que no creo”.

Después de afirmar que se necesita restaurar el control de las fronteras y monitorear el flujo migratorio, y también enfocarse en las prácticas empresariales que buscan explotar esta mano de obra desprotegida, insistió:

“Entendamos que los problemas económicos que están afectando a los afroestadunidenses, los blancos y los latinos en este país todos están enraizados en el hecho de que tenemos una economía fuera de balance” que genera los problemas de infraestructura, educación y la falta de generación de empleo. Por tanto, subrayó, “no debemos usar la migración como una táctica para dividir. En lugar de eso deberíamos unir al país y encarrilar a esta economía”.

Obama se arriesgó en estos últimos días a pronunciarse en favor de emitir licencias de manejo a indocumentados –posición abandonada por Clinton y que ha provocado severos daños políticos a gobernadores desde California hasta Nueva York–. Sin embargo, su postura aparentemente forma parte de la ofensiva para generar mayor apoyo entre ciudadanos recientes, sobre todo en las bases latinas.

Clinton reiteró su posición en favor de una reforma migratoria integral e insistió en la necesidad de imponer mayor control en la frontera, pero buscando alguna fórmula para la regularización de los millones de indocumentados en el país. Sin embargo, en respuesta a la misma pregunta formulada a Obama en el debate, dijo: “Tenemos que ser honestos” al aceptar que “ya que hay empleadores que explotan a trabajadores indocumentados y presionan hacia abajo los salarios, sí hay pérdidas de puestos de trabajo”.

Vale recordar que Obama y Clinton votaron en favor del muro fronterizo.

Los conservadores, divididos

Los precandidatos republicanos fueron mucho más concisos y simples al explicar sus posiciones sobre la migración. El ahora favorito John McCain está identificado con promover y apoyar la reforma migratoria integral formulada en gran parte con el senador Edward Kennedy, por lo cual un amplio segmento de la base republicana lo ha reprobado y muchos analistas consideran que es uno de sus flancos más vulnerables.

Así, McCain rehusó, en repetidas ocasiones, responder sobre si hoy votaría en favor de la reforma migratoria que él mismo ayudó a formular y promover durante el debate entre los precandidatos republicanos de hace dos días.

Mitt Romney, su principal contrincante, tomó la ofensiva y condenó el “fracaso” del gobierno federal en resolver el problema de la migración “ilegal” –una referencia sin nombre a McCain–. “Nos dijeron que darían fin a la plaga de la inmigración ilegal y no lo han hecho”, aseveró. En los últimos días Romney ha reiterado su posición de negar toda vía de legalización a los indocumentados y de establecer una fecha límite para que los “ilegales” regresen a sus lugares de origen y desde ahí soliciten entrar a Estados Unidos legalmente.

 
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