El Ejército da a conocer acciones para abatir el hampa

Perros de 90 mil pesos para combatir el narco

Jesús Aranda

Son incorruptibles y eficientes, pero cuando cometen “una falta” son castigados con todo el rigor militar y se quedan arrestados en sus jaulas.

Como parte de la lucha contra el narcotráfico y el involucramiento creciente del Ejército Mexicano en el combate al trasiego de estupefacientes, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) creó los “binomios caninos” para detectar drogas y explosivos. Los resultados llevaron a la dependencia a establecer un criadero propio, que según especialistas nacionales “produce” los mejores perros detectores del mundo.

Los perros más avanzados son los de la raza pastor alemán belga, que cuestan hasta 90 mil pesos cada uno, no sólo por su pedigree y ser de raza pura, sino por su crianza y adiestramiento.

Su entrenamiento no podía ser otro que el que mandan los cánones de la férrea disciplina militar. Además de “aprender” a identificar los olores de las diferentes drogas y explosivos, los perros tienen tiempo para comer, descansar, pasear y jugar. Pero si se portan mal, el instructor arresta al infractor y envía el oficio correspondiente a la superioridad.

Esos perros, que reciben alimentación y cuidados de primera, son castigados de la manera que más les duele: se quedan en sus jaulas, mientras sus “compañeros” juguetean en los amplios espacios de la instalación castrense.

Ayer, en el Campo Militar número uno, la Sedena hizo una demostración del entrenamiento permanente que reciben los soldados en su lucha contra el tráfico de drogas.

Tuvo como eje tres acciones.

La primera consistió en un operativo, en el cual los militares detenían a supuestos narcotraficantes que bajaban cajas con droga de una avioneta y se disponían a subirlas a un automóvil.

Durante la acción, el oficial que explicaba a los representantes de los medios de información cómo se desarrollaban los hechos señalaba de manera insistente que las labores del Ejército contra el narcotráfico se realizan “con pleno respeto a los derechos humanos”.

La segunda demostración tuvo que ver con la forma en que operan los retenes mixtos –con agentes de otras corporaciones policiacas– en las carreteras del país. Cuando un automóvil trató de evadir la revisión y aceleró, los soldados de inmediato reaccionaron. Le dispararon y metros adelante el vehículo se detuvo abruptamente, debido a una línea de acero “ponchallantas” que está oculta en el camino, la cual se activa automáticamente cuando algún vehículo pretende evadir el retén.

Por último, tocó a los perros hacer su demostración. Con ladridos llamaban la atención de sus entrenadores para avisarles que personas, vehículos o mochilas que revisaban tenían drogas.

Ellos sí obtienen recompensa cuando hacen las cosas bien: un bocado que los deja contentos, aunque saben que si no hacen algo correctamente serán “arrestados”.