Imágenes inéditas del enigmático escritor
Recuerdo de B. Traven
Ampliar la imagen En México se le conoció con el nombre de Hal Croves. Fue aquí donde contrajo matrimonio, en 1957, con Rosa Elena Luján (en la imagen), por quien sintió un gran respeto y amor hasta el último día de su vida, según narra Gabriel Figueroa
Ampliar la imagen Ret Marut fue el primer seudónimo que B. Traven adoptó. Bajo esta identidad condenó la actuación de Alemania durante la I Guerra Mundial en su periódico Der Siegel Brenner. Marut fue perseguido y condenado a muerte por lo que escapó, cambió su nacionalidad de inglés a estadunidense y viajó a México, donde vivió hasta su muerte
Ampliar la imagen Cerca de 1938, el señor Croves conoció, mediante Figueroa, a quien fue su traductora y representante en América Latina, Esperanza López Mateos, cuñada del cinefotógrafo, quien aparece en esta imagen tomada en Ocosingo, Chiapas, y que forma parte de la Colección Gabriel Figueroa
Extractos del texto que Gabriel Figueroa Mateos presentó en el seminario que sobre la vida, la literatura y el cine de B. Traven tuvo lugar en abril de 1974, en la Universidad de Arizona. Dedicada a Antonieta, "mi amada esposa", la evocación que el cinefotógrafo hizo de los vínculos laborales y amistosos que tuvo con el enigmático autor de El puente en la selva llevaba por título Recuerdo de B. Traven. Breve narración. El documento fue localizado en el archivo personal de Figueroa, durante el proceso de investigación que Claudia Monterde, Héctor Orozco y Alfonso Morales realizaron para preparar la magna retrospectiva Gabriel Figueroa. Cinefotógrafo. La muestra, auspiciada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Fundación Televisa, se inaugurará el próximo 6 de febrero en el Museo del Palacio de Bellas Artes. El texto, cuyo original es en inglés, fue traducido por Alberto Lima. Fragmentos sonoros de esa narración, en voz del propio Figueroa, serán parte de la instalación que Salvador Quiroz, Luis Lupone y Eduardo Durán diseñaron para la sala José Clemente Orozco del citado museo. La narración y las imágenes inéditas que ahora presenta La Jornada se publican por cortesía de Gabriel Figueroa Flores
15 de marzo, 1917
La abdicación del Zar Nicolás II en el Gran Imperio Ruso.
7 de noviembre, 1915
Kerensky fue derrocado de su gobierno provisional por los bolcheviques. También la dinastía de los Habsburgo cayó en Viena.
7 de noviembre de 1918
En Bavaria los social-demócratas, comunistas y anarco-sindicalistas se reúnen en Theresewiesse Park. Tras el encuentro, marchan todos juntos por las calles encabezados por Kurt Eisner, un social-demócrata de la izquierda independiente de Berlín, quien anunció ese día la conformación de la República de Bavaria. Johaness Hoffman, primer ministro; Gustave Landauer, novelista; Ernest Toller, Eugene Levine, y Max Stirner se unen al Comité, al igual que Ret Marut (B. Traven), escritor, intelectual progresista y anarquista. Marut fue director y editor de la revista Der Siegel Brenner (El albañil). Esta actividad determinó su vocación como novelista.
En cada país existían socialistas y pacifistas que mantuvieron sus convicciones con el llamado a las armas en 1914. En Alemania, los artistas, científicos y filósofos lanzaron el Manifiesto para el mundo civilizado, en octubre de 1914, donde rechazaban las violaciones de Alemania en contra de la neutralidad de Bélgica y otras historias de las atrocidades alemanas. El manifiesto hablaba del penoso espectáculo de las hordas rusas aliadas con mongoles y negros contra la raza blanca. Albert Einstein firmó también el manifiesto. Traven condenó la guerra y el nacionalismo en su periódico Der Siegel Brenner. Actuó y escribió bajo el seudónimo de Ret Marut, indudablemente para ocultar su estatus de extranjero, y con este mismo seudónimo publicó sus primeras cuatro obras en alemán. Letters to Miss S. fue una protesta contra el militarismo, la dictadura, etcétera.
1º de mayo, 1919
La armada de tropas regulares masacró a cientos de personas inocentes con la cooperación de Adolfo Hitler; este acto fue la base de su poder posterior.
Marut fue miembro del Comité preparatorio, que estableció un tribunal revolucionario, y fue miembro también del Comité de propaganda durante los Seis Días de la República Soviética.
Los vehículos para la Guardia Blanca arribaron; un tremendo C8022 abrió fuego matando a muchas personas. Marut y otros ayudaron a algunos de los heridos en el interior de El café; Marut huyó de prisa, pero no muy lejos, ya que fue detenido. Las tropas lo arrestaron, obviamente fue reconocido como miembro del Comité Central. ¡Mi General vive! ¡Hurra! ¡Mi General vive! ¡Hurra!
El General, que era el Ministro de Guerra, lo acusó de una lista enorme de crímenes. Le advirtieron: “Confiesa voluntariamente o traeremos un testigo y terminarás haciéndolo”. El testigo vino, testificó de todo lo acordado según los deseos de sus amos. Fue enviado a la Corte del campo, obviamente no existía ninguna posibilidad de defenderse. La sentencia de muerte fue leída. Después de algunos minutos, un tumulto de gente irrumpió en la Corte y Marut tuvo oportunidad de escapar. ¿Ayudado por quién? Hay otra versión… Tras escuchar la sentencia de muerte fue esposado con otra persona –revolucionario o soldado–, ¿quién sabe? y enviado a bordo de un camión militar para ser ejecutado. Entonces, Marut abrió la puerta trasera y saltó, la otra persona murió y él arrastró el cadáver hasta que pudo liberarse de las esposas. De cualquier modo, escapó. ¿A dónde? Hacia un país muy lejano.
Ret Marut desapareció para siempre y B. Traven comenzó a escribir. Traven mantuvo en secreto su identidad durante toda su vida. Nunca admitió ser B. Traven, ni siquiera con sus amigos más cercanos.
…Sólo Traven sabía en dónde nació y en dónde creció.
12 de julio de 1912
…Una redada de rutina para ilegales extranjeros en Dusseldorf. Ret Marut declaró que había nacido el 25 de febrero de 1882 en San Francisco, California. Sus papeles de nacimiento fueron destruidos durante el terremoto de San Francisco, en 1906. Oficialmente dijo que era inglés.
1914
Movilizaciones bélicas en Alemania. Marut cambia su nacionalidad de inglés a estadunidense.
1930
Su registro legal ante las autoridades de la ciudad de México quedó de la siguiente manera: Nombre: Traven Torsvan Torsvan.
Lugar y fecha de nacimiento: Estados Unidos de América, 1890. Hijo de Burton Torsvan y Dorothy Torsvan. Profesión: Ingeniero. Religión: Protestante. Idiomas: Inglés y español. Domicilio: Isabel la Católica 17, ciudad de México.
17 de junio, 1940
Nuevo registro. Mismas fechas, excepto que nació en Chicago, Illinois. Domicilio actual: Acapulco, México.
Lo conocimos en México como Hal Croves, toda su correspondencia y cartas personales estaban firmadas con las iniciales H.C.
Marut había sido atacado tanto por los judíos como por anti-semitas, quienes aseguraban que ni era judío ni tampoco anti-semita, según fuera el caso. Cito a Hal Croves refiriéndose a Traven, en lo que considero son sus ideas fundamentales: “Traven se opone a cualquier cosa cuya fuerza sea impuesta al ser humano, incluidos el Comunismo o el Bolcheviquismo. Permitan que la gente decida”. ¿Saben por qué los nazis gritaron a todo el mundo que B. Traven era alemán? Ellos clamaban que un nuevo escritor había surgido del seno de la literatura alemana. Creo que esto ocurrió antes de que dicho clamor lo explicará todo.
En 1922 Traven Torsvan, o Ret Marut, se estableció en México donde escribió artículos para el periódico alemán Wordwards, desde Tampico; presumimos que esa conexión provino de la idea de buscar materiales novelescos, que finalmente integró en la edición de El barco de los muertos. Así, viajó a través de todo México, en especial la parte sur. Comenzó a estudiar arqueología y admiró las magníficas culturas maya y zapoteca. Aprendió a amar a los indígenas, sus hábitos, cultura, modo de vida, pensamiento, etcétera.
Durante sus viajes a través de las selvas, pueblos y junglas hizo varias notas, así como amigos. En una ocasión no podía creer lo que veían sus ojos, cuando estuvo frente a la ciudad de Bonampak, la magnífica zona arqueológica de extraordinarios frescos rodeada de una muy hermosa pero altamente peligrosa jungla. Envió un telegrama a las autoridades correspondientes sobre su descubrimiento –mucho antes de que fuera oficialmente “descubierta”. También encontró el verdadero sitio donde se encontraba la tumba de Cuauhtémoc, último rey azteca.
Tomó apuntes y fotografías para un libro acerca del sureste mexicano, el cual fue publicado finalmente nada más en Alemania con el título Land des Fruhlings.
… Alrededor de 1938
Tuvimos la idea de hacer una película sobre un libro que nos encantaba: Puente en la selva. Esperanza López Mateos, mi cuñada, estaba encargada de hallar al autor. Nunca pensamos lo difícil que resultaría. Escribió al editor Alfred Knopf, de Nueva York, para hacerle la propuesta. Pronto recibimos una respuesta negativa. Traven dijo que la traducción de ninguna mujer tendría el poder, la fuerza y la interpretación correcta de la fuerza de los personajes que él describía. La traducción tendría semejanzas flojas. Ella insistió, mostrándole su currículum. Había traducido a S. Freud para Espasa-Calpe Argentina, una casa editorial importante. Hizo una nueva propuesta: ella traduciría cualquier libro que él eligiera sin obligación, cobro o compromiso. Traven aceptó y poco después tuvo la primera traducción en sus manos. Estábamos muy nerviosos. Traven aceptó con gusto el trabajo de ella y le envió diversos tipos de contratos: para publicación, edición, y también la nombró como su representante con todos los derechos para América Latina.
1945
El tesoro de la Sierra Madre, producida por Warner Bros., fue la primera novela de Traven seleccionada para una película. Fue un clásico. Dirigida por John Huston, con actores distinguidos, como Humphrey Bogart, Walter Huston, Indio Bedoya, es más que una historia de aventuras, es el estudio sicológico de la codicia de un hombre por el oro. Nos cuenta sobre tres estadunidenses desamparados que buscan oro en la salvajez de las montañas de México.
Después de que la película fue estrenada, recibí la siguiente carta de Hal Croves, fechada en Acapulco:
“Estimado señor Figueroa: Reciba o no esta carta, no hemos escuchado de usted por casi un mes, quizá debido a que se están robando nuestras cartas. La correspondencia que nos enviamos no está llegando a su destino. ¿Dónde están y quién las tiene? No tenemos idea. Aquí somos importunados por los agentes del servicio secreto, por reporteros de periódicos, así como por fotógrafos y Dios sabe quién más. Todo al respecto se ha vuelto tan irritante como ridículo, además de que pueden estar buscando a alguien que no existe, y que no ha vuelto desde entonces, por razones que usted conoce bastante bien.
“Por otra parte, recibí hace pocos días un cable de Traven en el cual pide información sobre las verdaderas condiciones de salud de E. (Esperanza).
“T. (Traven) escapó de sus custodios como nos enteramos apenas hace unos días. H.C.”
Confusión –Extraño interludio. Esto sucedió 30 años antes. No. El señor Croves enfrentaba a un reportero mexicano que buscaba a B. Traven. Él usaba los métodos más bajos y sucios, como interceptar nuestra correspondencia y publicar los expedientes de la Inmigración Mexicana con fotografías en una revista. Él identificó a Hal Croves como B. Traven. Todo esto provocó la desaparición de Croves de Acapulco, donde había vivido desde 1929. Volvió de nuevo al sur de México. En algunas ocasiones, cuando estaba en la ciudad de México, se hospedaba en nuestra casa de Coyoacán, donde teníamos un departamento permanente. Sólo los veladores vivían allí. A él le agradaba la casa, los perros, los gansos, el jardín, la privacidad y la paz.
1951
Croves se convierte en ciudadano mexicano. “¿Por qué?”.
Septiembre, 1951
Dábamos un paseo por el jardín de Coyoacán, cuando de pronto los perros corrieron hacia la puerta principal, ladrando con alegría. El señor Croves había llegado el domingo. Lo vi acercarse desde cierta distancia, lanzando galletas a los perros. Por primera vez en mi vida no quería verlo. Pero inevitablemente tuve que enfrentar los hechos, un gran abrazo, una emoción difícil. Nos dimos al mismo tiempo las condolencias por la muerte de Esperanza. No quisiera volver a vivir ese momento.
Noviembre, 1951
Hablamos de ir a Chiapas, un estado del sur de México, en parte, para romper la tensión entre nosotros. Pensábamos filmar Puente de la selva. Así que para avanzar fuimos a Chiapas para buscar el río adecuado que necesitábamos para la producción. El director, el productor ejecutivo, Phillipe Subervielle, mi hermano y yo acompañamos a Hal Croves. Él estaba muy entusiasmado por el viaje. Comenzó a reconocer viejos lugares, pueblos, etcétera. Me mostró la ruta para ir hacia la tumba de Cuauhtémoc. Sólo él y algunos indígenas sabían la ubicación correcta. Además hizo varias observaciones de gran utilidad acerca de la magnificencia de la región. Un incidente peculiar ocurrió cuando visitamos San Cristóbal. Hay un museo arqueológico pequeño dirigido por un arqueólogo alemán, Franz Bloom, casado con una fotógrafa notable, Gertrude Duby. Cuando entramos en el lugar, Hal Croves fue el último en hacerlo, permaneciendo sospechosamente en la entrada. Gertrude me reconoció y, con amabilidad, me sujetó del brazo y me mostró varias piezas mayas muy interesantes. Cuando estuvimos a solas, muy en secreto ella me dijo que su marido, Franz Bloom, era el famoso B. Traven. “Por favor, no le diga a nadie”. Por supuesto, mantuve el secreto durante 20 minutos. Tan pronto como salimos de allí, le dije al señor Croves: “Volvamos de nuevo. Quiero presentarle al señor B. Traven, él es el dueño del museo que acabamos de visitar”. El señor Croves, por supuesto, no respondió, algunas veces prefería actuar como si estuviera sordo. Él sabía que Bloom y Gertrude realmente eran…
Traven siempre insistía en que lo importante e interesante de un escritor era su obra y no su historia y hábitos personales. Creía que un autor que se permitía a sí mismo ser identificado y reconocido como un autor desperdiciaba su herramienta más importante. El poder para observar y registrar la realidad con honestidad y claridad como meta suprema. Y para demostrarlo, se dedicó a estudiar temas diversos, así como las características de sus personajes principales en los ambientes que describía tan vívidamente en sus magníficos libros.
Quería descubrir la verdad del México prehispánico y los problemas laborales de hoy. Poseía un enorme conocimiento sobre las selvas, insectos, serpientes y las diversas enfermedades que podían causar. Estudió sicología y la disposición peculiar del indígena mexicano. Aunque las escenas y circunstancias variaban en todos sus escritos, las actitudes de los personajes eran las mismas, ellos encuentran decepción en la civilización y sus falsos valores. Siempre tuvo una cálida simpatía hacia el humilde y el explotado, una gran preocupación por el indígena y su pasado misterioso, el cual trataba con amor profundo.
Como dije antes, Traven siempre mencionó la importancia del poder para observar la realidad con honestidad y claridad. Demostró mi declaración al enrolarse como trabajador en las diferentes actividades de sus personajes. Trabajó en los campos de aceite de Tampico –La rosa blanca–; acarreó carbón –El barco de los muertos–; pizcó algodón y recorrió cuesta arriba las montañas para estudiar a la gente interesada en el oro –El tesoro de la Sierra Madre. También vivió en diferentes junglas –Puente en la selva y La rebelión de los colgados. O en pueblitos y aldeas aisladas –La carreta. Su obra literaria es un llamado continuo y ferviente hacia la conciencia de aquellos que poseen todo en virtud de despertarlos hacia la luz de los otros que viven en un estado permanente de penuria y hambre. Los libros de Traven tienen una profunda dimensión humana porque él conocía la pena y el dolor de nuestras clases humildes, soportó con ellos, compartió sus necesidades sociales y espirituales. Tomó posesión de sus tragedias, de sus cualidades, así como de sus esperanzas.
En consecuencia, gracias a este contacto profundo y sincero, escribió con mano firme todas sus novelas, debido a que tenía un conocimiento profundo de los temas en los que estaba involucrado.
11 de enero, 1952
Recibí esta carta del Hal Croves:
“Mi querido señor don Gabriel Figueroa: Siendo debidamente adoptado como miembro permanente de la honorable familia donde usted nació y cuya adopción fue solemne, legal y oficialmente verificada en presencia de tres testigos imparciales, yo estaba sorprendido tanto como mortificado cuando me di cuenta que yo estaba fuera de la cerca, con mucho miedo en la boda de uno de los, al parecer, dije “al parecer”, más importantes miembros de la familia mencionada. Claro, querido señor, ahora intentará lavar sus manos y gritar: ‘¡¿Por qué, con un demonio?! Eso no. Le envié a ese chico una invitación y lo hice tres días antes’. Eso es lo que crees, pero las circunstancias y condiciones están contra ti.”
Esto fue en ocasión de la celebración de mi boda con Antonieta. El señor Croves culpó a la oficina postal de Acapulco, que normalmente entrega el correo a 12 mil personas, pero que durante los periodos vacacionales entrega correspondencia a 50 mil.
1952
La rebelión de los colgados fue filmada en México con Pedro Armendáriz, en dos versiones: español e inglés. El Indio Fernández comenzó a dirigir esta cinta, pero lo despidieron debido a diferencias con el productor José Kohn y con el representante de Traven, Hal Croves. Crevenna la terminó. Figueroa dirigió la fotografía.
Esta es la quinta de seis novelas sobre la jungla que Traven escribió en las monterías y las plantaciones de café en el sureste de Chiapas.
Esos libros muestran por qué la Revolución era inevitable aquí. En los campos de caoba los peones eran colgados vivos en los árboles y castigados por no ser capaces de talar y ordenar cuatro toneladas de caoba al día. Con este trato, y con 80 por ciento de mortandad en el campo, los peones se revelaron, sublevándose contra sus patrones, incendiando los campos, y escapando de la jungla para dirigirse hacia la capital. La Revolución ya había estallado en diversos puntos, especialmente en el norte, y muy pronto el resultado derrocó al dictador Porfirio Díaz.
1957
Recibimos noticias agradabilísimas. El señor Croves anunciaba su boda con una dama encantadora, Rosa Elena Luján. Antonieta y yo tuvimos la misma reacción: “¡Excelente para él!”, quien había permanecido solo durante tanto tiempo. Tenía todo excepto el amor. ¡Maravillosa idea! Saldremos con ellos a celebrar. Entonces nos dimos cuenta del gran respeto, comprensión y amor que compartían. Aparte había dos factores importantes: ellos formaban una familia completa, ya que Rosa Elena tenía dos maravillosas, inteligentes y encantadoras hijas, a quienes llevó a su nuevo hogar. El otro aspecto importante fue que sus intereses, tanto en la vida como en el trabajo, eran comunes. Pronto, ella fue para él una sobresaliente (traductora)* y representante de negocios. Él mostró hasta el último día de su vida el mismo afecto, respeto y amor hacia Rosa Elena.
1960
Macario, de Bruno Traven, el más maravilloso cuento de hadas, es otra película clásica que ganó 10 premios internacionales. Fue producida por Clasa Films Mundiales. López Tarso y Pina Pellicer fueron los actores principales; fue dirigida por Gavaldón y Figueroa en la cámara.
1961
La rosa blanca estaba lista para ser estrenada, Clasa Films la produjo, pero la película fue retirada de las pantallas a causa de quejas diplomáticas (según se dijo) de naturaleza controversial, como el trato al problema del petróleo en México.
Traven llamó a su novela “documento”. Ésta era una novela épica de dos estadunidenses en ambos lados de la frontera. La historia golpea donde duele: en los bolsillos del petróleo. La cinta fue “congelada” por más de 11 años; en 1973 fue su primera exhibición, cuando el presidente Echeverría concedió al fin la “luz verde”.
Diciembre, 1966
Herd Heidemann, reportero alemán de la revista Stern entra en escena. Arribó a México con un baúl lleno de investigaciones sobre la identidad de B. T. La revista decía haber gastado 300 mil dólares para obtener cualquier evidencia posible. Cientos de fotografías fueron hechas en Chiapas, donde B. Traven vivió primero; copias de 11 por 14 pulgadas de las huellas digitales de Traven. Viajaron también a Chicago y San Francisco en busca de un acta de nacimiento, sin encontrar nada.
Heidemann me visitó en mi casa de Coyoacán, acompañado de un staff completo: fotógrafos, gente de cine, un sonidista y un traductor muy amable, el famoso arqueólogo alemán Ferdinand Anton. Ellos hicieron todas las preguntas posibles y fotos de la habitación de Traven, donde aún permanecían 50 ejemplares de sus libros, cada rincón del jardín, los perros y demás. Heidemann estaba decepcionado por mi reserva, pero le prometí intentar un acercamiento con Rosa Elena, si ella estuviera de acuerdo.
Pregunté a Heidemann qué le hacía pensar que el nombre de Ret Marut correspondía a la misma persona del escritor B. Traven. Respondió que la policía alemana tenía en sus archivos un documento que contenía parte de un discurso de Marut durante un encuentro en Munich, que resultó ser el mismo discurso que publicó B. Traven en su novela El barco de los muertos.
Las investigaciones de Heidemann contienen muchas historias falsas, en lo que a mí concierne, tales como que Traven era hijo del Kaiser Guillermo II y que su madre fue la actriz de teatro Helen Olttarent.
Con toda la información que obtuvieron probablemente pudieron haber logrado un relato periodístico, tal y como lo hicieron, pero les faltó un punto importante: el vínculo que existía entre Ret Marut, Traven Torsvan Torsvan, Hal Croves y B. Traven.
Ret Marut: actor teatral y seudónimo de un periodista alemán.
Traven Torsvan: ingeniero, registrado en México.
Hal Croves: representante de Traven y guionista,
B. Traven: Escritor. Autor de todos los libros publicados en el mundo con el nombre B. Traven.
Todos ellos son la misma persona, sin embargo…
¿Cuál era el nombre original de Ret Marut o Traven?
¿Cuál fue el lugar de nacimiento, los padres, la religión, la ideología de “el hombre que nadie conoce”?
…Hal Croves estaba bastante preocupado con los visitantes.
Además de Stern Magazine, tenía otra visita, la Quiq, otra publicación alemana interesada en el mismo tema.
El señor Croves me pidió hablar con el presidente López Mateos, a quien yo conocía muy bien porque era el hermano de Esperanza.
“Por favor, infórmale a don Adolfo acerca de esta nueva situación. No tengo miedo de que me maten, lo que no quiero es que me lleven de sorpresa de vuelta a Alemania.”
“Don Adolfo, al darme el número telefónico de su mesa de noche, me advirtió: ‘Use este número SÓLO en caso de emergencia de B.T.’”
1969
Primavera. El señor Croves quiere hablar contigo. Está muy enfermo… recibí una llamada de Antonieta, mi esposa, cuando yo estaba fuera, en una locación; por primera vez en mi vida la palabra “apresúrate” tuvo un significado. Volví deprisa y me dirigí a la casa del señor Croves, me encontré a Rosa Elena a media escalera; apenas miré su rostro comprendí la situación, descendía con urgencia, caminé hacia la recámara, estábamos solos…
“Creéme, Gabriel… este dolor es más de lo que puedo soportar… Hazme un favor… –me dijo sujetándome de la mano– date vuelta y asegúrate que estamos solos”; rápidamente me entregó un papelito… en ese momento Rosa Elena ingresaba en la habitación, guardé el papelito en mi bolsillo… Él estaba completamente destruído. Ambos sentimos que esa podría ser nuestra última conversación. Habló con una calma lógica, con su habitual gran filosofía, ternura, generosidad y amor… afuera, por la noche, leí el contenido del papelito… “Dame cianuro” “Adiós, hermano querido”… Dos días más tarde, él nos abandonó… yo sabía que él estaba a bordo de su amado Yorika, navegando hacia su destino… pero ¿hacia dónde?
Escribió Traven: “¿Qué es el mundo? ¿Qué es la tierra donde solemos vivir? Ha desaparecido… ¿A dónde se ha ido la humanidad? estoy solo aquí no existe un paraíso encima de mí sólo hay oscuridad. Estoy en otro planeta, del cual nunca más regresaré para ver a mi gente. Me temo que nunca más veré de nuevo los prados verdes, nunca de nuevo la ondulación de los trigales, nunca de nuevo, me temo, vagaré a través de los bosques y los derredores de los lagos de Wisconsin, nunca más, me temo, recorreré las planicies de Texas y respiraré el aire de los desolados ranchos de cabras, no puedo regresar a la tierra, mi verdadera madre, y nunca más, me temo, veré un amanecer. Estoy junto a criaturas que desconozco, que no hablan mi lengua, y cuyas mentes y almas nunca podré comprender”.
* Palabra suprimida en el manuscrito original (N. del T.)