TOROS
La torería de Flores
Humberto Flores tuvo el primer éxito franco, rotundo, incondicional en la México. Triunfo que le valió el grito consagrador de “torero, torero” en la primera de las corridas de aniversario del coso. Tarde llena de torería y toques de sentimiento que levantaron a los cabales de sus asientos. Años de estar y no estar, siempre pundonoroso y entregado. Sólo le faltaba el visto bueno de la afición, ¡y vaya que lo consiguió!
Humberto estableció rápidamente una perfecta correspondencia entre su torear y la sensibilidad del público; no hubo exceso ni teatralidades en la personalidad del torero respecto de la masa que gustó de su toreo. En su primero, de la ganadería de San José, el cual vino de más a menos, se dejó ver en verónicas cargando la suerte y el despliegue de su fantasía capotera. En su segundo enemigo, de nombre Gallito, incierto y difícil de salida, fue el reverso al venir de menos a más. Le encontró la distancia al bravo toro, al que dominó con varoniles doblones de recibo. Le fue encontrando la distancia al burel y poco a poco fue trazando, pase a pase, un buen estructurado trasteo con la mano derecha. Rematada con una estocada en todo lo alto. Bella, soberana faena matizada por la unidad y una lidia extraordinaria en redondos en que el espléndido Gallito planeaba al compás de la muleta dominadora.
Los toros de San José, bien presentados, tuvieron dificultades, a excepción del bravo Gallito. Débiles, quedándose cortos con la cara arriba y recibiendo un puyacito. Lo que estrelló las expectativas de Leopoldo Casasola, quien de todos modos pegó una tanda de pases naturales chipen.
Por otra parte, el rejoneador Gastón Santos se encontró con un bravo toro de Rancho Seco; codicioso a los caballos, con recorrido, y fijo que le permitieron realizar una lidia que gustó. Qué bien lo templó en recorridos con el bravo toro a la grupa transmitiendo su emoción a los tendidos.
Calentó el ambiente Humberto Flores y las corridas del lunes y martes se espera que se mantengan en ese nivel.