Industriales estadunidenses predicen caída catastrófica del precio del endulzante
Rechaza Washington propuesta de limitar comercio de azúcar con México
Reabrir el TLCAN pondría en riesgo a exportadores de EU: secretario de Agricultura
Washington, 8 de febrero. El gobierno estadunidense rechazó una propuesta de la industria azucarera para limitar el comercio con México, borrando sus esperanzas de revertir la dirección sólo semanas después de que finalizaron las restricciones del comercio agrícola contempladas en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
“El gobierno no puede apoyar las recientes recomendaciones sobre la política azucarera y se opondrá a los esfuerzos para instrumentarlas por medio de legislación”, dijeron en un comunicado el secretario de Agricultura, Ed Schafer, y la representante comercial Susan Schwab.
Enfrentando la oposición acérrima de Washington, de los fabricantes de alimentos y de otros grupos agrícolas, los productores de azúcar dijeron que abandonaban su idea. El primero de enero los dos países eliminaron todas las restricciones remanentes para el comercio del endulzante en un largamente postergado paso para aplicar plenamente el TLCAN.
Pero la industria azucarera de Estados Unidos, prediciendo una caída catastrófica en los precios para los productores a ambos lados de la frontera, cabildeó durante semanas para obtener la aprobación de un plan que habría frenado las exportaciones de azúcar a México y habría limitado las ventas mexicanas a Estados Unidos.
La propuesta también habría vinculado las importaciones de azúcar de Estados Unidos a las exportaciones a México de jarabe de maíz alto en fructosa, que los productores de ese endulzante rival argumentaron socavaría sus propias oportunidades en México.
La industria azucarera también había estado buscando la aceptación del Congreso para incluir su plan como un cambio de último minuto al proyecto de la gigantesca ley agrícola.
Legisladores están trabajando ahora para arribar a un acuerdo final sobre el proyecto antes de ser enviado al presidente estadunidense, George W. Bush. Jack Roney, economista de la Alianza Estadunidense del Azúcar, preciso que la industria abandonaría sus esfuerzos por insertar su plan en el proyecto de ley agrícola.
“Estamos decepcionados porque el gobierno de Estados Unidos y algunos de nuestros colegas de otras organizaciones agrícolas objetaron las recomendaciones que habrían asegurado que el TLCAN funcionara mejor para ambos países”, agregó.
¿Una pendiente resbalosa?
La alianza había presentado su plan como un modo de evitar la ruina para las industrias azucareras de ambos países. Pero la idea se topó con la oposición feroz de un amplio espectro de grupos agrícolas y fabricantes de alimentos que temieron que afectase sus propios planes de exportación y producción doméstica, e incluso que abriera las puertas a la renegociación del acuerdo comercial completo.
Muchos de esos grupos podrían beneficiarse de precios más bajos del azúcar, que han estado apuntalados por años en Estados Unidos por encima de la cotización del mercado mundial, mediante una combinación de cuotas de importación y restricciones de mercadeo.
“Cualquier reapertura del acuerdo (TLCAN) afectaría el equilibrio y pondría en riesgo a otros exportadores estadunidenses de bienes y servicios”, dijeron Schwab y Schafer en su comunicado.
El comercio del azúcar y del jarabe de maíz alto en fructosa, utilizado comúnmente en Estados Unidos en bebidas, ha sido un punto de tensión en el pasado. Los dos países incluso pelearon por aranceles de dumping para el azúcar, y Washington llevó a México a la corte de la Organización Mundial del Comercio por el asunto.