Demuestra que desarrollaron primero la capacidad de volar y luego la de ecolocación
El hallazgo de un fósil ayuda a resolver enigma sobre murciélagos
El OnyChonycteris finneyi vivió hace más de 50 millones de años
Descubierto en Wyoming, EU, es importante pieza en la historia evolutiva de los mamíferos
Sus diminutos oídos internos, su aparato auditivo y características de la laringe, entre otras, son las pruebas: expertos alemanes
Ampliar la imagen
La imagen muestra el fósil del murciélago, el más primitivo que se ha encontrado
Foto: Reuters
Francfurt/ Londres, 13 de febrero. Con el descubrimiento de los hasta ahora restos más antiguos de un murciélago, los científicos lograron dar respuesta a un enigma: el fósil de 52.2 millones de años de antigüedad demuestra que esos mamíferos desarrollaron primero la capacidad de volar y luego la ecolocación.
Los investigadores, encabezados por Nancy Simmons, del Museo de Ciencias Naturales en Nueva York, analizaron, junto con expertos del Instituto de Investigaciones Senckenberg, en la ciudad alemana de Francfurt, los restos óseos de un animal, que fue hallado en 2003, en Wyoming, Estados Unidos, y publicaron sus resultados en la revista científica británica Nature (volumen 451, página 818).
El alemán Jörg Habersetzer y su colega estadunidense Gregg F. Gunnell, de la Universidad de Michigan, presentaron este miércoles en Francfurt la roca en la que quedó conservado el esqueleto del murciélago.
El descubrimiento es una importante pieza del mosaico de la historia evolutiva de los mamíferos.
OnyChonycteris finneyi, que vivía hace 52.2 millones de años en un ambiente tropical o subtropical al lado de un gran lago y se alimentaba de insectos, podía volar pero no podía orientarse por medio del eco producido por el ultrasonido emitido, como los murciélagos que aparecieron posteriormente.
Resultado de estudio comparativo
Esto fue concluido a partir de comparaciones con restos de murciélagos hallados en Alemania, que vivían unos 5 millones de años después y poseían la capacidad de ecolocación.
El fósil descubierto en el sudoeste de Wyoming corresponde, según Habersetzer, a un murciélago típico, pero su esqueleto tiene considerables diferencias.
Los diminutos oídos internos, la morfología del aparato auditivo y características de la laringe, entre otros, son para los investigadores pruebas de que el OnyChonycteris finneyi no se podía orientar por el eco del ultrasonido.
La especie tenía alas cortas y patas traseras muy largas, con membranas entre los dedos. “Posiblemente voló con fuerte aleteo, la membrana posterior servía de vela estabilizadora”, dijo Habersetzer. Aún no está claro cómo lograba orientarse y atrapar a sus presas.
Es posible que tuviera hábitos diurnos, aprovechara la luz del ocaso o cazara de noche apoyándose en el oído, como las lechuzas.
También algunos murciélagos que viven en la actualidad tienen una capacidad auditiva extraordinaria, explicó Habersetzer.