Luz María Muñoz niega que esté relacionada con grupos armados o con El Chilango

Mi hija no es terrorista ni está en el narco, asegura la madre de Tania Vázquez

La mujer herida ya rindió declaración ante el subprocurador de la PGJDF, Héctor Carreón

Mirna Servín Vega

“Mi hija no es terrorista ni está en el narco”, afirmó Luz María Muñoz, madre de Tania Vázquez, quien fue hospitalizada con quemaduras de segundo y tercer grados luego de la explosión ocurrida el viernes pasado en avenida Chapultepec, a unas cuadras de las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF).

Afuera del hospital Rubén Leñero, la madre de la joven de 22 años dio a conocer que Tania ya rindió su primera declaración preparatoria ante las autoridades ministeriales, la cual, según mandos judiciales consultados, no aportó ningún dato nuevo a la investigación.

En cambio, la madre dijo que el día de los hechos fue trasladada directamente a las instalaciones de la procuraduría capitalina, donde declaró durante cuatro horas.

Entre los cuestionamientos más relevantes, se le pidió identificar y aclarar su relación y la de su hija con el joven que cargaba el artefacto explosivo y que murió en el lugar de los hechos.

Aunque le mostraron una foto, con el rostro quemado, y le dieron el nombre del supuesto autor de la explosión, Luz María Muñoz no pudo reconocerlo. Sin embargo, estos hechos apuntan a que las autoridades ya conocen su identidad.

Asimismo, la señora fue cuestionada sobre la posible relación de Tania con Rogelio Mena El Chilango, líder de la banda detenida el pasado miércoles con un arsenal que según declararon pertenece al cártel de Sinaloa.

La madre negó todo vínculo de su hija con el detenido, quien al igual que su familia habita en Tepito, motivo por el cual se investigó su relación.

“Por ser nativos del barrio muchos nos conocemos, pero eso no significa que se tenga alguna relación”, apuntó.

También fue cuestionada sobre la posible relación entre Tania Vázquez Muñoz y grupos armados o del narcotráfico. Sin embargo, también negó cualquier relación.

Por el contrario, dijo que su hija nunca ha sido una persona conflictiva ni problemática; por el contrario, es muy alegre y muy sociable.

Luz María Muñoz dio a conocer que en todo momento fue atendida personalmente por el procurador capitalino Rodolfo Felix Cárdenas y que fue ella quien les permitió entrar a su domicilio a tomar fotografías y verificar cómo vivían, pero que en ningún momento se trató de un cateo.

A pesar de que las instalaciones del hospital se encuentran fuertemente custodiadas, tanto el exterior como el área de terapia intensiva, la señora declaró que no siente ningún nerviosismo porque no han hecho nada ni están relacionados con ningún grupo y que su hija se dedica más bien al comercio informal de ropa en Tepito

“Yo le comentaba al procurador que a ella le gusta salir a ver tiendas, ropa, al fin de cuentas ella es joven y le gusta andar bien arreglada”, dijo al explicar por qué Tania se encontraba en la zona durante la explosión.

Lo único que lamenta, añadió, es que hasta la tarde del domingo no se le había permitido ver a su hija.

“Dicen que por su propia seguridad no me permiten pasar a verla y evitar infecciones en sus heridas”, detalló, pero “en realidad, no sé de que se trata todo esto”.

Al lugar, arribó el subprocurador de Averiguaciones Previas Centrales, Héctor Carreón, quien permaneció cerca de dos horas dentro del hospital. Sin embargo, no quiso dar ninguna declaración sobre los testimonios realizados por Tania, ni sobre el curso de la investigación.

Evolución favorable

Por su parte, el subdirector del hospital Rubén Leñero, Alejandro de Artola Noble, aseguró que Tania no está en calidad de detenida pero que el área donde se encuentra está resguardada por un fuerte operativo de seguridad.

Dijo que la joven podría recuperarse en unas dos semanas, que actualmente su estado de salud es estable y está consciente, por lo que ya hizo su declaración ministerial ante personal de la procuraduría capitalina.

Explicó que tiene quemaduras de segundo y tercer grados en 28 por ciento del cuerpo, particularmente en cara, brazos y piernas, pero que ha evolucionado favorablemente.